Golden visa: las preguntas que no responderá Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pone fin a la Golden visa, que permite obtener el permiso de residencia si se invierte medio millón de euros en un inmueble, pero deja una serie de preguntas en el aire
Si la Golden visa, la medida que puso en marcha en 2013 el Gobierno de Mariano Rajoy para atraer inversiones extranjeras después de la crisis de 2008, es especulativa y tensiona el mercado inmobiliario, según Sánchez, ¿por qué la ha mantenido durante los seis años que lleva en el poder?
Esta medida de la que ahora reniega el presidente del Gobierno ha estado más tiempo en vigor con un Ejecutivo socialista que con uno del Partido Popular.
Y es más. En 2022 ya tuvo una gran oportunidad para eliminarla, con la invasión rusa de Ucrania, porque a partir de ese momento se dejó fuera de la Golden visa a los ciudadanos rusos.
Era la ocasión idónea para que esta iniciativa, si no era del agrado del presidente, llegara a su fin. Pero no, no hizo nada y la mantuvo para el resto de los ciudadanos extranjeros no residentes.
¿Por qué no ha actuado hasta dos años después, sin tan mala era?
El mismo modus operandi
El Gobierno justifica ahora su decisión en que el número de visas se había disparado. Pobre argumento. Una medida es buena o mala y a partir de ahí se actúa. Y si para el Ejecutivo es especulativa, da lo mismo que la soliciten 100 o 10.000 personas. Tendría que haberla eliminado hace seis años. Y, en cualquier caso, no parece que 14.500 en más de una década sea una cifra preocupante.
El trasfondo de todo esto es que Sánchez, cuando se encuentra en una situación delicada, como la de ahora, acorralado por casos de presunta corrupción, siempre actúa igual: gira internacional, en primer lugar, y anuncios de medidas aliñadas con una buena dosis de populismo, a continuación.
Y al tirar de fondo de armario se ha encontrado con la Golden visa, que podía cumplir este papel.
Pero eliminar esta medida no va a cambiar nada, porque su impacto en el mercado inmobiliario, por mucho que quiera exagerarlo el presidente del Gobierno, era mínimo.
Solucionar el problema de la vivienda requiere de iniciativas más valientes y ambiciosas que, además de anunciarlas, hay que cumplirlas.
Lo de la Golden visa no deja de ser otra maniobra de distracción, típica de la Moncloa en momentos de apuros.
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