Lagarde admite un incremento del desempleo por el alza de tipos
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha reconocido que la subida de tipos ya está impactando negativamente en el mercado laboral
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha comenzado la rueda de prensa posterior a la decisión del Consejo de Gobierno señalando que la inflación sigue siendo demasiado alta.
Y es que el BCE decidió aumentar todas las tasas en 75 puntos básicos, colocando los tipos de interés en el 2 por ciento, la facilidad de depósito en el 1,5 por ciento y el marginal de crédito en el 2,25 por ciento.
Con este tercer gran aumento consecutivo de la tasa oficial, el Consejo de Gobierno ha logrado avances sustanciales en la retirada de la política monetaria acomodaticia, ha reiterado el organismo en nota de prensa.
Sin embargo, no será la última subida. El Consejo de Gobierno también ha reconocido que espera aumentar aún más las tasas de interés para garantizar el regreso oportuno de la inflación a su meta del 2 por ciento.
En ese sentido basará la trayectoria futura de la tasa de política en la perspectiva de evolución de la inflación y la economía, siguiendo su enfoque de reunión por reunión.
“Ya hemos logrado avances significativos. Aún no hemos terminado”, ha reiterado la experta.
Impacto de la subida en el empleo
Lagarde también se ha referido a los efectos de la inflación en la economía. “La actividad probablemente haya disminuido significativamente en el tercer trimestre”, reconoció.
En ese sentido, el BCE espera que en lo que queda de año, la economía se irá ralentizando. “Esperamos un mayor debilitamiento para el resto del año y para el siguiente”, ha aseverado, quien ha admitido que puede haber efectos negativos en el empleo.
“La ralentización de la economía podría provocar un cierto aumento de la tasa de paro. Los datos que llegan y los recientes acuerdos salariales indican que la dinámica salarial puede estar repuntando”, ha reconocido.
En los últimos meses, el aumento vertiginoso de los precios de la energía y los alimentos, los cuellos de botella en el suministro y la recuperación de la demanda posterior a la pandemia han llevado a una ampliación de las presiones sobre los precios y un aumento de la inflación, señalan desde el BCE.
No obstante, aunque los cortes de suministro sigan suponiendo un viento en contra, la banquera central ha puesto en valor las medidas restrictivas de los bancos centrales que “tendrán como resultado una demanda mundial más débil”, permitiendo controlar la inflación.
Reducción del balance
El mercado estaba muy pendiente de las pistas que pudiera dar Lagarde en relación con la reducción del balance.
En ese sentido, el BCE decidirá en la reunión de diciembre los términos para reducir su programa APP, el programa de compras de activos, después de que suspendiera las compras en junio.
Actualmente tiene 4,9 billones de euros en cartera de bonos (a través de los APP y PEPP). Se espera que pueda comenzar a reducirlos en el segundo o tercer trimestre del próximo ejercicio.
En esta reunión, el BCE ha señalado que el organismo revisará las condiciones de las TLTRO, las inyecciones de liquidez a la banca, a partir del 23 de noviembre. La máxima responsable de la política monetaria ha señalado que las decisiones se han tomado por cuestiones de política. Y es que el hacerlos más costosos hará que pierdan atractivo y combatirán esos "beneficios caídos del cielo".
En cuanto al euro, la depreciación de la moneda única ha aumentado la inflación. “Las presiones sobre los precios son evidentes en cada vez más sectores. La demanda reprimida disminuye, pero los precios siguen subiendo”, explican desde el BCE.
En la rueda de prensa también ha lanzado una advertencia: "la aprobación de amplios paquetes fiscales contrarrestaría las medidas del BCE”, ha señalado.