Invertir en hipotecas a las puertas de la recesión
A las puertas de una posible recesión, la directora para España de Aegon AM, Elena Delfino, detalla su apuesta por bonos colateralizados con hipotecas
A medida que el arranque de 2023 coge tracción en el mercado, los inversores tratan de perfilar sus carteras de manera que puedan dejar atrás las pérdidas de 2022.
Y de acuerdo a la responsable de Aegon AM en España, Elena Delfino, una apuesta segura pasa por dirigir el dinero hacia instrumentos de renta fija garantizados por deuda, como pueden ser los bonos colateralizados con hipotecas.
"(Con esta estrategia) al final tienes una diversificación más grande, porque dentro de cada instrumento tienes 20.000 hipotecas individuales. Y también es verdad que, en una situación de recesión, lo primero que pagamos a final de mes es la hipoteca", apuntó Delfino.
"Entonces, en una situación de estrés e inflación elevada, los consumidores, los particulares, van a recortar algunos gastos, pero lo más importante que van a pagar es su vivienda", agregó, reiterando también que "los bancos han estado mucho más conservadores, más defensivos a la hora de ofrecer hipotecas en los últimos años, y el mercado, y sobre todo los consumidores, tienen niveles de ahorro medios o bastante elevados".
Un optimismo que, con el recuerdo en mente de la gran crisis financiera, podría rechazarse al considerar que esta estrategia de inversión es una apuesta arriesgada.
Delfino, sin embargo, dejó claro que la estrategia de su gestora, dependiente al fin y al cabo de una aseguradora, siempre busca, precisamente, eliminar riesgos.
Hipotecas y tarjetas de crédito sin intereses abusivos
Un ejemplo de esta tesis de Delfino de buscar la estabilidad dentro de sus estrategias de inversión podía verse en que, según apuntó la responsable de Aegon Am en España, su compañía no compra "bonos que tengan tarjetas de crédito revolving como colateral".
"Tenemos unos criterios muy estrictos de análisis de cada bono que ponemos en la cartera", aseguró.
"Sobre todo, a nivel ESG, tenemos unos límites muy fuertes de intereses que se pueden cargar y que creamos que sean correctos", agregó.
Unos niveles de intereses que, como se recordó en el podcast en el que participó la experta, es importante limitar para saber que no se está siendo víctima de usura.
"Como inversores queremos que las personas que están usando esas tarjetas tengan unos intereses que sean sostenibles en el tiempo y que les permitan seguir usando sus tarjetas, y pagando sus cuentas a final de mes", aclaró Delfino.
"Ser conservadores en este sentido nos ha protegido desde el 2000, cuando comenzamos a invertir en este tipo de activo, y nos ha permitido no tener ningún impago en cartera", añadió.
Por ello, matizó Delfino, el 100% de bonos que incluyen en sus carteras, pasan por "un proceso de análisis muy exhaustivo".
Una estrategia que se puede extrapolar a la renta variable
Esta lógica de que los consumidores pueden recortar en gastos en los próximos meses, pero que no dejarán de pagar sus hipotecas, se apoya sobre el hecho de que, a ojos de Aegon AM, la economía global vivirá una ralentización en su crecimiento, que llegaría a partir de la segunda mitad del año, pero que no pasaría de ser más que una recesión técnica.
Bajo esta premisa, por tanto, Delfino indicó que, al margen de en hipotecas y tarjetas de crédito, sus carteras de renta fija están más invertidas en bonos colateralizados con préstamos para empresas "muy grandes, muy diversificadas, en sectores que no son cíclicos".
"Así, de cara a una posible ralentización de la economía, queremos estar también invertidos en la parte corporativa, pero en sectores que no van a sufrir tanto", explicó la experta.
Sectores como puede ser el farmacéutico, y donde el ocio, los viajes o la restauración serían partes del mercado a evitar durante el próximo año.
Un juicio que se puede extrapolar también a una renta variable que, pese a venir de "un año muy complicado", puede dar alegrías durante el próximo.
Delfino, no obstante, pronosticó que 2023 va a ser, todavía y al menos durante la primera parte, un año de value, pero con un sesgo de calidad.
"Habrá más atención a que las empresas tengan balances saneados y que no tengan demasiado apalancamiento. Que tengan flujos de caja constantes y coherentes con su negocio, y que tengan una posición de líder dentro de su segmento", predijo Elena Delfino.