Grifols: Barclays pone deberes al nuevo CEO

Barclays apunta que el nuevo CEO de Grifols, Nacho Abia, tendrá que despejar las dudas sobre la caja y aplicarse a fondo para refinanciar los vencimientos de la deuda

La recuperación de Grifols y el cambio de rumbo que se inició bajo el mando de Steven Mayer todavía es posible, pero el nuevo consejero delegado, Nacho Abia, tendrá que poner toda la carne en el asador para sacar a la compañía del atolladero en el que está tras los ataques de Gotham City Research.

“Seguimos siendo positivos con el negocio de plasma y pensamos que la historia de recuperación sigue vigente, pero pensamos que tendrá que ser mayor de lo esperado inicialmente”, dijo el banco británico en un informe donde recortó el precio objetivo desde 18 a 13 euros.

Los analistas identificaron en la figura de Abia la de un ejecutivo “verdaderamente externo”, con un “sólido historial” en el sector y particularmente bregado para lidiar con escándalos financieros y cooperar con los reguladores, el “candidato ideal” para llevar a Grifols hacia su próxima etapa de crecimiento.

Su éxito al frente del grupo pasa por una tarea prioritaria que responde a la gran pregunta que se hacen ahora mismo los inversores. Comprobar si la compañía es capaz de generar el flujo de caja suficiente para poder atender a los vencimientos de su deuda sin tener que hacer más desinversiones.

La clave de Grifols es la generación de efectivo

Los expertos tienen claro que la tarea a la que se tendrá que aplicar Abia es a la generación de efectivo para hacer frente a la deuda. El problema es que esta capacidad del grupo se ha puesto en duda dados sus compromisos de gasto en capital extraordinarios por Inmunotek.

Las dudas sobre la caja ya provocaron a finales de febrero la mayor caída de la historia en Grifols, con un desplome del 34 por ciento.

El director financiero, Alfredo Arroyo, no fue capaz de explicar con claridad cómo es posible que la caja del grupo se iba a quedar este año en el punto de equilibrio, y tuvo que ser la compañía quien aclarase al día siguiente en un hecho relevante las partidas extraordinarias relacionadas con Inmunotek.

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Alfredo Arroyo, en el punto de mira

En este sentido, el feedback de Barclays con sus inversores sugiere que las preocupaciones respecto a la caja han sido “constantes”. No obstante, el banco dice que “aún no hemos visto mejoras”. Es aquí donde Abia tendrá que emplearse a fondo, porque la respuesta de los inversores ha sido “unánimemente pesimista”.

Los expertos del banco británico no entienden cómo un ejecutivo como Alfredo Arroyo, con una experiencia superior a una década en Grifols, no fuera capaz de explicar al mercado la situación del flujo de caja.

Es más, “cabría esperar que, si el nuevo CEO decidiera buscar un sustitutito, sería bien recibido por el mercado”, dijo la entidad.  

Shanghái Raas, el catalizador de las acciones

El panorama actual deja a un Grifols excesivamente penalizado, precisamente por las dudas sobre el flujo de caja, pero también por la presión de los inversores bajistas, apuntó el banco británico.

El remedio para revitalizar las acciones consiste en cerrar la desinversión de Shanghái Raas, que está a la vuelta de la esquina y a falta del visto bueno de los reguladores.

España ya ha dado luz verde a la operación, y faltan otros países implicados, especialmente China, donde es probable que tarde más, no por la ley antimonopolio, sino por el proceso natural de estas operaciones en el país asiático.

Aunque la empresa está cómoda con el comprador, Haier Group, los analistas están tranquilos. “En caso de que ocurra lo peor, había otros compradores”. Lo que de ninguna manera contempla la compañía es ampliar capital.

La espinosa refinanciación de la deuda de Grifols

Finalmente, los 1.600 millones de euros recaudados por la venta de la filial china servirán para atender la refinanciación de la deuda en 2025, que asciende a más de 2.500 millones de euros.

Por un lado, hay un bono senior no garantizado de 1.000 millones de euros, más otro bono senior garantizado de 905 millones, además de 667 millones en otros préstamos relacionados con Biotest.

El banco británico espera que Grifols haga frente a todos estos vencimientos con los 1.600 millones de Shanghái Raas, más la emisión de un nuevo bono por 500 millones de euros.

Es una solución muy parecida a la que ya apuntaron los analistas de Société Générale. La diferencia es que el banco francés auguró una revalorización significativa de sus acciones, hasta los 19,2 euros, pero Barclays no va más allá de los 13 euros.  

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