Trump, aranceles y comercio: tres apuntes para los inversores

¿Cuáles son las implicaciones para el inversor del plan de aranceles implementado en Estados Unidos?

El Gobierno de Donald Trump ha puesto el foco principal, en este año de elecciones legislativas, sobre la política comercial. Se trata de un tema con el que el presidente ha sido muy crítico desde la década de los noventa, con frecuentes peticiones de políticas más justas y «recíprocas», un término que ha utilizado en numerosas ocasiones durante su campaña presidencial y desde que ocupó el Despacho Oval. Es probable además que el reciente aumento del déficit comercial estadounidense, hasta alcanzar los 57.000 millones de dólares (figura ajustada y anualizada), incremente la sensación de urgencia por parte de su Gobierno. El aumento de los aranceles al acero y al aluminio de un 25 por ciento y un 10 por ciento, respectivamente, anunciado por Trump el pasado 8 de marzo, ha centrado la mayor parte de la atención y de las respuestas por parte del resto de potencias económicas. Sin embargo, creemos que aún quedan por anunciarse acciones de mayor alcance económico y mayor potencial impacto en los mercados. A la espera de que se conozcan esas medidas, por el momento consideramos que los inversores deben prestar atención a algunos aspectos clave. 

El efecto directo sobre la economía estadounidense de los nuevos aranceles que entraron en vigor la semana pasada será relativamente suave. Sin embargo, su implementación dará lugar a que surjan ganadores y perdedores; en este contexto, y si las reacciones de respuesta escalan, puede haber implicaciones más profundas que afecten al crecimiento de EE.UU. y a las relaciones comerciales claves para el país. La magnitud del impacto de los nuevos aranceles variará mucho de una industria a otra, así como de una región a otra, pero, en general, aquellas industrias con gran dependencia de los metales, que se ven afectadas de manera negativa por un incremento de los precios de entrada, suponen una fracción mayor dentro de la economía estadounidense que aquellas industrias que están protegidas. Por ejemplo, los productores de acero norteamericanos probablemente se beneficiarán de los nuevos aranceles, pero la contrapartida será para aquellas otras industrias que son consumidoras primarias de acero, incluyendo petroleras, extractoras de gas o automovilísticas, así como fabricantes de maquinaria y electrodomésticos. 

Peso de favorecidos y perjudicados

Los datos ofrecidos por la oficina de análisis económico del gobierno estadounidense (Bureau of Economic Analysis) sugieren que la industria del acero en EE.UU. representa aproximadamente el 0,8 por ciento del PIB, mientras que las que utilizan el acero como material principal de su actividad productiva conforman alrededor del 3 por ciento del PIB en términos de valor añadido. El potencial de emprender acciones de represalia por parte de los socios comerciales de EE.UU. en respuesta a los aranceles es un riesgo añadido. 

Pero este anuncio no debería haber llegado en realidad como una sorpresa, tal y como muchos actores del mercado parecieron recibir la noticia. El proceso de la Sección 232 comenzó en abril de 2017, cuando el Departamento de Comercio inició una investigación en torno al acero y el aluminio; en mayo, las compañías fabricantes de paneles solares y lavadoras presentaron una petición al organismo solicitando estudiar supuestas prácticas desleales por parte de socios comerciales. 

Además, como comentábamos al principio, aquellas acciones comerciales que pueden tener un impacto más significativo -en especial el resultado de la investigación de la Sección 301 sobre China- aún no se han dado a conocer. Esta Sección del Acuerdo comercial de 1974 es otra área de legislación comercial que se ha usado en raras ocasiones en la historia reciente, que concede al presidente responder con bastante libertad a prácticas comerciales injustas. El hecho de que esta investigación se centre únicamente en China, a diferencia de otras medidas recientes con aplicación más general, y que su enfoque sea más amplio, incluyendo aspectos como la propiedad intelectual y el uso de tecnología podría magnificar su impacto. 

Esperamos una decisión a este respecto mucho antes de agosto de 2018, cuando finalice el plazo del gobierno para anunciar el resultado de la investigación. Dependiendo de los mismos, podríamos asistir a la imposición de aranceles que se aplicarían incluso a artículos de consumo como teléfonos móviles, lo que afectaría la inversión china en Estados Unidos. Nuestra visión es que la respuesta de China a estas acciones sería relativamente moderada, pero aun así vemos un riesgo en la escalada de las tensiones entre ambas potencias, dependiendo del tamaño y alcance de las restricciones y aranceles que se anuncien en el futuro.

- Libby Cantrill, responsable de Políticas Públicas de PIMCO, y Tiffany Wilding, economista EE.UU de PIMCO

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