Depósitos vs hipotecas: quién acusa más rápido la bajada de los tipos de interés 

Los recortes de tipos del Banco Central Europeo están teniendo una rápida respuesta por parte de los bancos españoles, que están bajando la rentabilidad de sus depósitos y abaratando sus hipotecas a toda velocidad.  

Se trata de las dos caras de la misma moneda: lo que dan por un lado (rebajando los préstamos hipotecarios), lo quitan por el otro (disminuyendo el retorno de las imposiciones a plazo fijo).  

Si bien, se trata de un fenómeno que no está ocurriendo al mismo ritmo. Así, los depósitos han protagonizado más de 130 bajadas de la remuneración en los últimos dos meses; frente a menos de 70 rebajas de las hipotecas. 

Solo en octubre, la remuneración de los depósitos se ha contraído un 3,4 intermensual y un 11,3 por ciento interanual, según los datos del comparador financiero Kelisto. 

Unos porcentajes que son aún más acusados si solo se tienen en cuenta las entidades españolas. En ese caso, el retorno de las imposiciones a plazo fijo ha caído un 3,5 mensual y un 12,4 por ciento anual. 

Asimismo, hay plazos que han sufrido caídas más acusadas, como ocurre con los depósitos a dos años, cuya remuneración se ha desplomado un 26,5 por ciento anual, según datos del comparador. 

Evolución desigual de las hipotecas

La evolución de las hipotecas, en cambio, es más desigual, en función de la modalidad de producto. 

Así, las hipotecas a tipo variable se han mantenido prácticamente invariables en los últimos dos meses, pero han vivido rebajas de entre el 11,6 y el 18,4 por ciento interanual en las fijas (en función del plazo) y de hasta el 16 por ciento en las mixtas que tienen un periodo fijo inicial. 

Según el Instituto Nacional de Estadística, los préstamos a tipo fijo suponen el 57,4 por ciento del total, respecto al 42,6 por ciento de las hipotecas variables y mixtas. 

Más variedad de depósitos que de hipotecas 

Si bien, hay que tener en cuenta que el número de depósitos que se comercializan en España es más elevado, al incluir los productos de las entidades extranjeras que operan a través de Raisin. Esto no ocurre con las hipotecas, donde las entidades extranjeras y los neobancos han entrado con menos fuerza. 

Por eso, las estadísticas pueden estar algo distorsionadas. 

Además, la portavoz de Kelisto, Estefanía González, aventura que la situación se va a dar la vuelta en los próximos meses. 

“Lo lógico es que, de aquí a final de año, veamos cambios más agresivos en las hipotecas que en los depósitos. Entre otras cosas porque, cuando llega el final del año, muchos bancos se ven forzados a meter el turbo para poder llegar a sus objetivos de generación hipotecaria, por lo que es habitual que se vean rebajas acusadas”, explica.  

Esto es así porque un cliente con una hipoteca “es más valioso que uno con un plazo fijo”. 

“Un préstamo hipotecario es un producto de larga duración (de media, unos 25 años), por lo que, durante todo ese tiempo, el banco podrá venderle al cliente más productos o servicios que a uno que contrate servicios que caducan antes”, recuerda González. 

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