«Cuando China se mueve en una dirección, el mundo entero reverbera»
Amiral Gestion desembarcó en Asia con una oficina física con el fin de captar esas oportunidades que nacerán del 'boom' del consumo en la clase media
Hace ya más de 12 meses que François Badelon hizo las maletas para cumplir unos de los sueños de su carrera profesional: desembarcar en Asia. El gestor y fundador de la boutique francesa Amiral Gestion siempre había tenido especial predilección por los mercados menos explotados por los analistas, pero hasta 2017 no pudo 'poner la primera piedra'. Ahora, desde Singapur, sigue de cerca y con un contacto más directo -algo esencial como inversor- compañías que operan en países en profunda transformación. «Es increíble cómo han evolucionado estos países. Han logrado pasar de una pobreza profunda a ser los pioneros de unos proyectos impresionantes», cuenta. Durante una breve parada en España, Badelon nos habla de las ideas más interesantes que está encontrando en estas regiones.
¿Por qué decidisteis establecer una oficina en Asia?
Fue un paso natural para nosotros. En Amiral nos gustan las empresas 'mid cap' (de mediana capitalización). Compañías en las que no hay una sobreabundancia de noticias o cobertura de analistas. Para encontrar esa información, hay que ir a buscarla. Para invertir en Asia hay tres círculos de 'proximidad'. Uno puede organizar una conferencia telefónica con la ayuda de un traductor; o llamar directamente si hablas su mismo idioma; pero en nuestra opinión, cuanto más cerca estemos de las empresas en las que nos interesa invertir, mejor. «Ser su vecino». Ya habíamos comenzado a invertir en Asia en los fondos, pero ahora lo haremos mejor directamente desde Singapur. Además, por la naturaleza intrínseca de nuestro estilo de gestión, no solo nos hace falta estar en un contacto estrecho con el mercado, sino que necesitábamos un equipo más grande. Hay gente con mucho talento en Asia, ¿por qué no incorporarlos al equipo? De momento ya se ha unido un analista hindú y dos chinos. Es una decisión que habíamos tomado prácticamente desde que nació la gestora. Casi un sueño podríamos decir. Pero primero nos hacía falta establecer bien el equipo en París antes de enviar recursos a Asia.
¿Por qué mirar hacia Asia frente a otros mercados emergentes?
En Asia percibimos un desarrollo mucho más interesante. Son países que han llevado a cabo unas reformas agrarias eficaces. Repartieron tierra entre los ciudadanos, con lo que la productividad se elevó. Esa mayor inversión en la industria ha impulsado, en consecuencia, factores como el consumo. Por eso regiones como Corea o Japón tienen economías muy desarrolladas. Simplemente son países que se han organizado mejor y que siguen invirtiendo en su progreso. Pero es que incluso sin las reformas implementadas habría que destacar el enorme potencial que esconden estos países meramente por su enorme tamaño.
¿Cuál es el motor de las oportunidades que estáis encontrando?
El consumo es lo que está impulsando las economías. En países como China la riqueza se está repartiendo mejor. Y esto es bueno para nosotros como inversores. Es cierto que en la India se está activando el consumo, pero con China hablamos de otra escala. Cuando China se mueve en una dirección, el mundo entero reverbera. Empezaron a comprar apartamentos en Vancouver y mira: los precios de la vivienda se han disparado. Hace dos años descubrieron el turismo en el norte de las montañas de Tailandia, etc. Hemos invertido en una empresa de Singapur que hace unos años invirtió en hoteles en Japón. El verano pasado nuestro 'risk officer' (responsable de gestión de riesgo) fue de vacaciones al país y la presencia de turistas chinos era abrumadora. Desembarcan por millones. Son una fuerza absolutamente increíble. Hay dos factores a tener en cuenta sobre su consumo. Primero, que son muy numerosos. Y segundo, que compran todo por internet. Por lo que todo se desarrolla a velocidades muy rápidas.
¿Cómo ha visto la evolución socioeconómica de Asia?
Tienen una cultura muy arraigada en la educación. La noción de que los asiáticos no tienen creatividad, que sólo saben copiar ideas, es completamente falsa. Mira los coreanos: sus películas, sus telenovelas, su música, etc. Los grupos de música más famosos en Asia son coreanos; mientras nosotros vemos series norteamericanas, los chinos ven telenovelas coreanas. Las empresas de cosmética coreana que tanto están triunfando en el mundo están compitiendo con la fama de los productos franceses.
¿Me podría poner un ejemplo de ideas que esté implementando en el fondo Sextant Autour du Monde para captar esa transformación del consumo?
Una idea interesante que estamos viendo ahora es todo lo que está pasando con los derechos de autor en China. Hasta hace poco, no había regulación alguna al respecto. Era el reino de los piratas. El gobierno ha puesto coto a esto. Ahora se respetarán los derechos de autor y se pagará por ello. Y hay empresas que han «recuperado» sus ideas que incluso podrán comercializar con ellas.
En los últimos años varias compañías asiáticas han desembarcado en Europa y EE.UU. ¿Son interesantes estos nuevos gigantes tecnológicos?
Sí, incluso antes de establecer la oficina teníamos posiciones como Baidu o JD.com. Pero ahora, con una presencia directa, tenemos una mejor capacidad para detectar esos sectores que están pasando por un momento de disrupción. Por ejemplo, la banca. En China, las entidades financieras están en manos del Gobierno. Y son poco eficaces, para ser sinceros. Una de las formas en las que las autoridades están solucionando el problema es permitir a las plataformas de internet ofrecer servicios bancarios. Y es lo que está pasando con el WeChat ('app' similar a Whatsapp) de Tencent o Alipay de Alibaba. Puedes ir a una frutería en el rincón más remoto de China y pagar con tu móvil.
¿Cómo difiere el estilo de gestión de las empresas asiáticas?
Como inversores, es verdad que tienden a ver la bolsa más como un casino. La banca privada de Asia no es como la de Europa. Aquí se puede buscar la preservación de capital, pero en países como Singapur el cliente lo que pide es mayor apalancamiento. Pero en cambio, en las empresas privadas es todo lo contrario. Son muy prudentes. Una seña distintiva es que les gusta tener la posesión física de los edificios en los que operan. Prácticamente cualquier empresa tiene inversiones inmobiliarias que luego no tocan. El problema es que como accionista no siempre es la opción que más nos favorece. En Occidente son más disciplinados con la asignación de capital.