Un mercado de consolidación
Tras un 2017 espectacular para prácticamente todas las clases de activos, ¿qué le deparará al inversor los próximos 12 meses?
Uno de los ejercicios que me gusta hacer al principio de cada año es echar la vista atrás. A cómo entendíamos los mercados en años anteriores. ¿Qué hemos aprendido de ellos? Tomen 2011 y 2012, por ejemplo. En ese momento, los inversores verdaderamente aceptaron que nos encontrábamos en un entorno de retornos mínimos. Recuerden los titulares de la época; portadas de periódicos que vaticinaban correcciones en los bonos y en la bolsa. Pero, es irónico, en el punto en el que los ahorradores se resignaron con sus perspectivas, los retornos de los últimos cinco años han sido espectaculares en prácticamente todas las clases de activos.
Uno puede pensar que el rally que llevamos viviendo años responde a una confianza plena. Pero no. Los ahorradores han invertido su dinero más por miedo que por avaricia. No han invertido para la multiplicación de su capital, sino para su preservación. Es lo que explica por qué se han comportado así ciertos activos. Porque al inversor medio no le ha importado tanto qué retornos iba a generar. Ante todo, han valorado la estabilidad. Pues quizás precisamente porque algunos ahorradores han estado dispuestos a pagar lo que hiciera falta por evitar la volatilidad, habría que pensar que estas estrategias se están agotando.
Esa búsqueda de rentabilidad, agnóstica a los precios, se está materializando en asignaciones de activos erróneas. Observe el nivel medio de los bonos high yield (alto rendimiento). La prima añadida que se le debe exigir a estas compañías de peor calidad crediticia no compensan las perspectivas a futuro en cuanto a las tasas de impagos. La liquidez que han inyectado los bancos centrales en el mercado ha mantenido las quiebras empresariales en mínimos.
Pero que hayan más compañías en bancarrota no debe interpretarse como algo puramente negativo. Más bien, es una señal de que estamos volviendo a una normalización de la economía. Nos estamos moviendo de un estancamiento secular a una economía sorprendentemente normal. De baja o incluso negativa inflación a un repunte de precios modesto. ¿Sorprende que hable de inflación? No creo que veamos unos precios disparados. Pero es que los modelos tradicionales utilizados para calcular el crecimiento no están adaptados a la actual realidad tecnológica.
Hablo tanto de crecimiento económico porque es el año en el que empezaremos a hablar de la retirada de estímulos monetarios de los principales bancos centrales en todo el mundo. Es un evento que se percibe como negativo para la economía mundial. Pues yo creo que ocurre al contrario. Que precisamente una vuelta a la normalidad monetaria será un impulso.
Qué implica para el mercado
A medida que nos movemos hacia esta 'nueva normalidad', de un mayor optimismo con la economía mundial, ¿qué perspectivas nos plantea para los mercados de cara a 2018? Pues bien, posiblemente implique el fin de este rally alcista en el que llevamos los últimos años. Porque el mercado, a estos precios, ya descuenta parte de esa mejora. Dicho lo cual, tampoco significará entrar en una espiral bajista. Porque el balance de las compañías sigue siendo sólido. Hay mucha liquidez aún pendiente de ponerse a trabajar. Es muy difícil entrar en un escenario de recesión cuando la economía es buena. De hecho, mi escenario más probable para los próximos años es que entraremos en un mercado de consolidación.
Pero para un gestor, la consolidación no es sinónimo de falta de oportunidades. En Fidelity aún encontramos nichos atractivos. Las compañías 'value' estadounidenses es un ejemplo. En estos días en los que Wall Street derriba sus máximos históricos jornada a jornada, puede parecer que la bolsa americana está cara. Pero, en verdad, las 'mega caps' (compañías de gran capitalización) tecnológicas responden casi por el 50 por ciento de la revalorización de 2017. Interesantemente, en Europa es el caso contrario. Las acciones 'value' lo hicieron muy bien el año pasado. Si bien estamos positivos con la economía del Viejo Continente, creemos que las sorpresas ya están descontadas. Y, además, es muy raro que se dé una oportunidad como la que tenemos ahora: que las compañías de mejor calidad 'growth' estén a un precio tan atractivo en términos relativos. Y por último, destacaría Japón, un mercado tradicionalmente encajonado en un rincón de la cartera, pero donde al fin estamos viendo la clave necesaria en las compañías: las reformas.
- Paras Anand, CCO de renta variable europea de Fidelity