2018 nos trae el cambio regulatorio del mercado
El mayor cambio regulatorio europeo que se ha realizado en la última década se está implementando con normalidad y desarrollándose sin problema.
El mayor cambio regulatorio europeo que se ha realizado en la última década se está implementando con normalidad y desarrollándose sin problema. Por el momento el regulador no ha visto ningún tipo de error relevante y la implementación se está llevando de una manera correcta.
Aunque algunas voces determinan que sería raro que todos los entes que componen el mercado estén preparados. Mandos importantes de la Autoridad Europea del Mercado de Valores, comentan que todo se está llevando sobre el plan establecido.
El cambio es crucial en el apartado de trasparencia, ya que por primera vez se ven datos de todos los instrumentos e integrantes financieros de la UE.
La preparación durante los dos últimos años para tener un comienzo adecuado hacia el mayor cambio regulatorio de la historia de Europa (para proporcionar la mayor trasparencia posible al sistema) está siendo positivo. Aunque para que todo haya sido fructífero, los reguladores han agilizado y prolongado los periodos para que los bancos y los gestores de activos llegaran a tiempo para cumplir los plazos.
Por estacionalidad la elección de la modificación es correcta, en fecha, ya que la primera semana del año suele ser tranquila con los volúmenes de negociación por debajo del promedio diario. Se estima que la negociación durante este periodo de transición sea levemente más baja de lo habitual, aunque puede ser que, esa diferencia, sea inapreciable a finales de este mismo mes.
Tanto el mercado como los clientes van a asumir más reglas, será crucial categorizar bien a los clientes y que el estatus del mismo le asegure al cliente sólo recibir lo que la normativa establece.
Este motivo podría condicionar el negocio de firmas especializadas en productos concretos. La normativa favorecerá a la inversión pasiva y perjudica la inversión activa. Las compañías minoristas que realicen asesoramiento de inversión y gestión de carteras serán las más perjudicadas en este punto.
En el corto plazo parece que la regulación no tendrá un gran impacto, pero la realidad es que en el medio-largo plazo, se podrá comprobar que este cambio regulatorio determinará vencedores y perdedores con una clara diferenciación.
La nueva regulación muestra otro gran reto para las compañías que quieran cotizar en bolsa, ya que el acceso al capital va a ser limitado.