Compañías que revolucionan su mundo: por qué las debe tener en cartera

Cada vez se habla más de la inversión en megatendencias. ¿Por qué es tan crucial pensar en la disrupción al componer una cartera diversificada? ¿Cómo están transformando estas compañías al mundo?

«Cada vez se habla más de la inversión en megatendencias. ¿Por qué es tan crucial pensar en la disrupción al componer una cartera diversificada? ¿Cómo están transformando estas compañías al mundo?»

Las tecnológicas encadenan tres años de resultados espectaculares. Y solo por ello ya hay quien habla de una burbuja como la de los 90. Pero no es el caso. En la cima de la burbuja tecnológica los gigantes de entonces cotizaban a 40 veces sus beneficios. Ahora, el sector se mueve a 18 veces su beneficio esperado. Pero lo que para mí es la principal diferencia es el modelo de negocio de las tecnológicas de ahora. Son compañías que han generado millones, incluso billones, de usuarios en las últimas décadas y tienen la capacidad para monetizar sus suscriptores. Son datos reales. No las extrapolaciones erróneas en las que se basó el rally de los 90. Están generando caja, que pueden reinvertir en innovación. Y son compañías que están revolucionando la manera en la que las personas interactúan entre sí. Piense en las redes sociales, pero también en cómo ha cambiado la movilidad, cómo puede acceder a información desde cualquier parte del mundo. 

La tecnología clave que se necesita hoy para desarrollar los vehículos autónomos, o la inteligencia artificial, etc. se nutre de componentes que se han ido incubando en los últimos 17 años. Desde el nacimiento de Internet al principio del milenio, se ha construido la infraestructura necesaria y la tecnología ha mejorado. Hoy nos encontramos en un punto de inflexión. Es ahora cuando estamos recogiendo el fruto de la innovación tecnológica. Y por eso es por lo que estamos viendo esta explosión de nuevas ideas, de nuevos robots, de coches sin conductor. Porque ahora la tecnología necesaria existe y, además, está disponible a una fracción del coste que suponía hace décadas. La capacidad computacional que en los años 90 costaba más de 500 dólares hoy vale meros céntimos. Es una democratización de la innovación clave necesaria en la actualidad.

La tecnología está asumiendo un papel importante en múltiples sectores. La sociedad se está digitalizando. Industrias como la financiera está atravesando una revolución, liderada principalmente por servicios de préstamos en su intento de desintermediar al sector. En el de la salud, proveedores como Medidata están desarrollando soluciones que mejoran la productividad de la industria. Y año a año aumentan las capacidades de la ciberseguridad ante los nuevos ataques informáticos. Por eso desde Pictet vimos la necesidad de crear vehículos, como el Pictet Robotics, el Pictet Digital Communications y el Pictet Security, que se pudieran beneficiar de estos cambios seculares que han llegado para quedarse. 

A día de hoy, todos los gigantes tecnológicos incluyen en sus productos algoritmos que se nutren de la inteligencia artificial con el objetivo de mejorar la calidad de su servicio. En Amazon, por ejemplo, lo vemos en su Amazon Echo. En Zendesk, es su servicio de atención al cliente online. El 80 por ciento de las llamadas que atiende las gestionan robots. Es la tecnología que utiliza cuando llama a un Uber o compra en L'Oreal. Todos estos esfuerzos en innovación van orientados a una mejor eficiencia. El mercado de la inteligencia artificial ya es grande, con un valor de unos 5.000 millones de dólares. Pero para 2025 se estima que rondará los 25.000 millones

El crecimiento nace tanto de los nichos de 'software' como de 'adware'. La inteligencia artificial necesita capacidad alta para hacer funcionar sus plataformas, así como una latencia (periodo de espera) muy baja para tratar el flujo de información en tiempo real. Esto es especialmente importante en vehículos autónomos, que deben analizar al instante todos los datos que le llegan de las cámaras y sensores. 

Al hablar de disrupción es imprescindible mencionar la revolución que llega desde Asia, especialmente las tecnológicas chinas como Tencent o Alibaba. Año tras año hemos aumentado nuestra exposición estructural a compañías asiáticas hasta llegar al 22 por ciento en la actualidad China es clave, pero también Corea del Sur. Allí nació Naver, el 'Google' de Corea, que además es la propietaria de Line, la aplicación de mensajería líder de Japón.

Desde el punto de vista del inversor es crítico entender el modelo de negocio de estas compañías. Es decir, cómo están generando sus beneficios; cómo están monetizando a sus usuarios. Por eso creemos que es importante ir de la mano de expertos, de quienes han visto evolucionar a estas compañías y han aprendido de los errores del pasado. Es así como hemos entendido que pese a que la mayoría de estas compañías no tienen activos tangibles en el balance son una fuerza que tener en cuenta.

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Alexandre Mouthon, CFA, especialista de fondos temáticos de Pictet AM

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