Alerta en las Bolsas y en los bonos por los datos económicos

Jornada de nervios en los mercados, tanto en la renta variable como en la renta fija, ante referencias económicas a uno y a otro lado del Atlántico que hacen temer una desaceleración intensa.

Los mercados, todos, los de deuda y los de renta variable, han cotizado hoy un gran pesimismo sobre la situación económica. El BCE y la Reserva Federal norteamericana ya habían avisado con sus perspectivas, su negativa a subir tipos, las nuevas inyecciones de liquidez o el punto final a continuar reduciendo su balance. En la jornada de hoy, hemos contado con nuevas evidencias de que las cosas no van precisamente bien. En primer lugar, en la zona euro. El índice de gestores de compras del sector industrial europeo ha caído por sorpresa desde los 49,3 hasta los 47,6 puntos, cuando los expertos esperaban que se colocara en los 49,5 puntos. En los 50 puntos se encuentra la frontera entre la expansión y la contracción económica. La industria, pues, está en zona contractiva. No así el sector servicios, que ha cumplido expectativas al colocarse en los 52,7 puntos. Con ello, el índice compuesto, que incluye ambos sectores, ha pasado de los 51,9 hasta los 51,3 puntos, cuando se esperaba que se situara en los 52 puntos. Se trata de datos preliminares para el mes de marzo.

La caída del indicador industrial de la zona euro se explica en gran medida por el hundimiento del alemán, que ha retrocedido desde los 47,6 hasta los 44,7 puntos. En Francia, están en zona contractiva, es decir, por debajo de los 50 puntos, tanto el índice del sector servicios como el industrial. 

Como consecuencia de esos datos, hemos visto una fuerte caída de los intereses de los bonos en Europa. El del título alemán a diez años ha entrado en zona negativa por primera vez desde el otoño del año 2016, hasta colocarse en el -0,03%. 

El rendimiento del bono francés a diez años ha pasado del 0,40% hasta el 0,34%. El interés de su comparable español ha pasado del 1,09% al 1,06%.

Esta evolución muestra que los inversores esperan menos crecimiento, menos inflación y que no haya subidas del precio oficial del dinero en la zona euro. Esta situación convierte a los títulos de deuda en más atractivos. En ellos, precio y rentabilidad discurren por caminos opuestos. Eso implica que si ha bajado la rentabilidad es porque ha entrado dinero en ellos en busca de refugio. Los bonos soberanos -no tanto los de las empresas- se consideran activos seguros en un contexto de desaceleración. En definitiva, las rentabilidades de los bonos bajan porque los inversores están comprándolos porque les ven más seguros que los activos de riesgo, como la bolsa, que suele hacerlo mejor cuando hay crecimiento y peor cuando éste empieza a faltar. 

Curva americana invertida

También vimos movimientos de gran calado en la deuda estadounidense. El interés del título americano a diez años ha pasado en la sesión de hoy desde el 2,53% hasta el 2,43%, su nivel más bajo desde diciembre de 2017. El peor síntoma de todos, de hecho, llegó del mercado de deuda de Estados Unidos: la curva de los tres meses a los diez años se ha invertido por primera vez desde 2007. Esto significa que los inversores piden una rentabilidad mayor para invertir en bonos a tres meses (2,45%) que para hacerlo a un plazo de diez años (el ya mencionado 2,43%). Ven más riesgo en el corto plazo que en el largo, cuando, intuitivamente, conlleva más incertidumbre prestar a diez años que a tres meses. Este indicador, la curva invertida de tipos, se considera un preludio de una recesión porque los actores económicos dejan de invertir en el corto plazo por su mayor coste y ello genera un parón de la economía. 

Este comportamiento en los bonos americanos porque también en Estados Unidos se publicaban caídas en los índices de gestores de compras de los sectores industrial y servicios, aunque por el momento continúan holgadamente por encima de los 50 puntos. 

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El Ibex-35, por debajo de los 9.200 puntos

El dinero entró en los bonos y salió de la renta variable. Y, así, todas las Bolsas sufrieron fuertes descensos. El Ibex-35 terminó el día con un recorte del 1,67%, para dar un último cambio en los 9.199,4 puntos. 

El resto de indicadores europeos también cerraron a la baja. Los peores fueron el PSI-20 de Lisboa, el Cac 40 francés y el Ftse 100 británico, que se dejaron poco más de un 2%. El Dax alemán, por su parte, retrocedió un 1,61%. El Ftse Mib de Milán, mientras, bajó un 1,38%. 

El selectivo español ha pasado esta semana de atacar los 9.500 puntos a cerrar la semana por debajo de los 9.200 puntos. El saldo de la última semana ha sido de un recorte del 1,5%. 

En las cinco últimas sesiones, el peor de todos los indicadores ha sido el Dax alemán, que se ha hundido un 2,75%, mientras que el Cac 40 francés ha perdido un 2,50%. El Ftse Mib de Milán ha sido el único que ha cerrado en verde, al anotarse un 0,16%. 

Los valores cíclicos, contra el selectivo español

En la jornada de hoy, únicamente dos valores del selectivo español han cerrado al alza: Endesa, que se ha apuntado un 0,92%, y Acciona, que ha ganado un 0,10%. 

En rojo, ArcelorMittal ha sido el peor, con un descenso del 5,31%, seguido de Cie Automotive, que ha perdido un 3,98%. Santander, Meliá, Acerinox, BBVA y Siemens Gamesa también han bajado más de tres puntos porcentuales. Los valores más bajistas, pues, han sido los más cíclicos, los más expuestos al enfriamiento de la economía. 

A continuación se han situado más entidades financieras, como Bankia, que ha bajado un 2,89%, mientras que CaixaBank y el Sabadell han retrocedido un 2,54% y un 2,19%. 

Entre los grandes, importantes recortes para Telefónica, que ha perdido un 1,77%, mientras que Repsol se ha dejado un 1,65%. 

Descensos en la Bolsa americana

En Wall Street, pérdidas también. Al cierre de la sesión europea, el Dow Jones y el S&P 500 retrocedían alrededor de un 1,6%, mientras que el Nasdaq bajaba alrededor de un 2%. 

En el mercado de divisas, el euro perdió posiciones frente al billete verde. Al cierre, la moneda comunitaria retrocedía desde el nivel de 1,1385 unidades hasta la cota de 1,1280 dólares en que se situaba al cierre. 

El temor económico también cotizó en el mercado de materias primas. Así, el barril de Brent, de referencia en Europa, cedía casi un 2%, hasta los 66,5 dólares. El de West Texas, de referencia en Estados Unidos, bajaba un 2,33%, hasta los 58,6 dólares. 

El oro, en cambio, como activo refugio que es, ganaba posiciones: se apuntaba un 0,25%, hasta los 1.312 dólares la onza. Y, junto al oro y a los bonos, también atraían capitales el yen japones (se apreciaba un 1,6% frente al billete verde) y el franco suizo (0,54%). 

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