Aprovechar la oportunidad
Nadie puede negar que las condiciones financieras actuales son muy favorables para el crecimiento económico a nivel mundial. Los datos[…]
Nadie puede negar que las condiciones financieras actuales son muy favorables para el crecimiento económico a nivel mundial. Los datos están siendo muy positivos este año, cuando todos éramos mucho más prudentes a finales del año pasado. Quizás la elevada oferta de liquidez también explique la bonanza en los mercados financieros internacionales. Las fases expansivas del ciclo económico y de crédito vienen ahora de la mano. Una relación mutuamente beneficiosa que se prolonga en el tiempo.
¿Por qué es importante iniciar ya la normalización monetaria? La inflación no parece ser un problema a corto plazo, con presiones a la baja derivadas de la nueva caída del precio del crudo y por la aparente ruptura de la Curva de Philips. Los bancos centrales enfocan el diseño de su política monetaria en la evolución de las expectativas de inflación, que ahora están moderándose. El riesgo de inflación parece contenido, bajo un escenario de aceleración del crecimiento económico. ¿Quién se acuerda ahora de la teoría del estancamiento secular? Tal vez los propios bancos centrales, como reflejan sus dudas a la hora de eliminar parte de la liquidez excesiva. En principio tienen tiempo para hacerlo, ante la ausencia de potenciales excesos de precios en los mercados financieros. Claro que tener tiempo no significa aplazar la decisión de forma indefinida. De hecho, sería deseable plantear una estrategia que retire los estímulos monetarios de forma ordenada.
Los mercados financieros viven de expectativas. Lo realmente determinante en estos momentos para los bancos centrales es enfocar una política de comunicación que genere mayor certeza futura, limitando al mismo tiempo su potencial coste negativo a corto plazo. Es importante que con sus decisiones den prioridad a la estabilidad financiera a medio y largo plazo sobre el corto plazo por tres razones. La primera es la anomalía de compartir un escenario de certidumbre económica en estos momentos con incertidumbres políticas. La segunda razón es la relevancia que ha asumido la política monetaria en el pasado reciente. Y la tercera, las dudas, más que razonables, de la eficacia de la política monetaria en el futuro.
Los bancos centrales deben reforzar su credibilidad tomando las decisiones adecuadas en el momento oportuno. El escenario de optimismo económico y excelentes condiciones financieras que estamos viviendo supone una oportunidad de oro para estructurar un proceso transparente y responsable de normalización monetaria. Un momento idóneo también para llevar a cabo las reformas necesarias que permitan prolongar la buena situación económica actual. Aunque esto no es responsabilidad ya de los bancos centrales.