El petróleo: ¿un riesgo para las Bolsas este verano?
Los expertos creen que el mercado está protegido porque la causa de la caída está en la sobreoferta, no en una débil demanda
Aunque el precio del petróleo ha acumulado media docena de sesiones seguidas de subidas, aún se encuentra, con la cotización actual (47 dólares), diez dólares por debajo de los niveles en los que estaba antes de la última caída. ¿Es fiable este rebote? Carlos Hernández, de Andbank, comenta que espera que vaya a niveles de 51 o 52 dólares, donde podría frenarse para volver hacia el soporte de los 43,57 dólares. Por el camino, en esa senda, se puede topar con resistencias relevantes en los 47,76, los 49,15 o los 50,74 dólares. Para Óscar del Diego, de Ibercaja Gestión, cuando el crudo, a principios de semana, rondaba los 45 dólares y mínimos desde noviembre, el pesimismo respecto al barril era máximo, lo que adelantaba un rebote, pero advertía de los límites de ese repunte: hay muchos inversores escaldados por los últimos movimientos vividos en el crudo, lo que implica que podría tardar en volver la confianza.
Estas dudas provocan que se considere al crudo uno de los riesgos del verano. «Existe la enorme posibilidad de que el crudo por sus recientes comportamientos en precios (bajos) sea un riesgo para los mercados este verano», comenta Rodrigo Villamizar, profesor del IEB. Sobre todo si hay caídas por debajo de los 30 dólares, algo que no se descarta, el mercado se pondrá nervioso, anticipa Álex Fusté, de Andbank.
La causa de la caída: clave
Una de las claves que aporta Borja Gómez, de Dunas Capital Inverseguros, para analizar las consecuencias de la caída del petróleo es el análisis de las causas de ese descenso y éstas no residen en una demanda decreciente porque la economía se deteriore, sino en la oferta: la última acción de la OPEP (la prórroga del recorte de producción decidido en noviembre) fue, según Gómez, menos ambiciosa de lo esperado, y el mercado tiene miedo de que la producción estadounidense, creciente, acabe por borrar su efecto positivo en los precios. Como resume Nitesh Shah, de ETF Securities, la caída de los precios puede indicar una recesión cuando la debilidad del precio viene de una falta de demanda. Ahora, los bajos precios son resultado de la fortaleza de la oferta. A principios de 2016, la situación era bien distinta: la caída del barril venía motivada por las dudas que suscitaba la economía china en particular y la global, en general. Como recuerda Stéphane Colliac, de Euler Hermes, en enero de 2016, el mercado también tenía que digerir la primera subida de los tipos de interés en EE.UU., que tuvo lugar el diciembre anterior. Todos estos factores, continúa Colliac, llevaron a que el PIB mundial creciera menos de un 2,5%, su menor tasa desde 2012. Ahora, que, como apunta Jorge Nuño, de Fidentiis Gestión, la economía mundial crezca a su mejor tasa en cinco años y con una aceleración sincronizada entre desarrollados y emergentes limita el potencial riesgo que pueda tener un crudo a la baja. Pero Tomás García-Purriños, de Morabanc, señala que hay que seguir vigilando la demanda, porque si fuera menor de lo previsto podría adelantar una economía creciendo menos de lo esperado. En este caso, la Bolsa y el crédito podrían corregir, aunque dentro de una estructura alcista, en línea con un crecimiento bajo.
¿Sufrirán los emergentes?
Borja Gómez explica que los países productores de crudo sí pueden sufrir con caídas del crudo. Especialmente sus divisas. Según ha observado, con precios por encima de los 50 dólares, la sensibilidad de las monedas a la evolución del crudo baja, pero se incrementa cuando cae de la barrera de los 50. Se refiere sobre todo a Rusia, México y Colombia. Pero, tal y como explica Nuño, los países productores llevan tiempo ajustándose a la nueva realidad de bajos precios del crudo. Y, de hecho, según apunta, durante estos meses de corrección del petróleo, los activos ligados a los mercados emergentes no han sufrido impacto, sino lo contrario: los flujos de fondos a emergentes han seguido siendo positivos y los activos emergentes registran las mejores rentabilidades este año. Sí concede que el deterioro de la posición fiscal de los más dependientes de los ingresos petrolíferos puede continuar, aunque sin poner en peligro la buena marcha de la economía mundial. Álex Fusté señala que los países emergentes, además de productores, son grandes consumidores, por lo que el efecto neto de la caída del precio del petróleo puede ser beneficioso, sobre todo en China o India. Aunque también apunta que países como Rusia o Brasil o los latinoamericanos en general pueden verse más perjudicados. Pero, según Villamizar, a los emergentes productores, como Brasil, Irán, Irak y Arabia Saudí les afectará más en lo social (y en lo geopolítico) que en sus cuentas fiscales.
¿Afecta a otras 'commodities'?
El riesgo que señala García-Purriños está en un peor comportamiento de las materias primas en general y no sólo en el crudo. Según Rodrigo Villamizar, «un petróleo por debajo de 45 dólares con seguridad arrastraría a la baja con él a otras materias primas vitales para el crecimiento de los países emergentes y su capacidad de pagar sus hinchadas deudas». Y Shah añade que el petróleo, además de afectar a sus derivados (gasolina y diésel), puede también pesar sobre sus sustitutos, como el gas y el carbón. Además, agrega, las 'commodities' cuya producción es intensiva en energía, como los materiales básicos o los productos agrícolas, también pueden verse afectadas por la evolución del crudo. Álex Fusté, más que atribuir a la caída del petróleo la bajada de otras materias primas, señala que detrás de los descensos de todas ellas, desde el cobre hasta el café, se esconde la misma causa: un ciclo de grandes inversiones que ha provocado un exceso de 'stock' generalizado.
¿Se trasladará a la renta fija?
Uno de los efectos de la caída del crudo en 2016 fue el contagio al 'high yield'. ¿Puede pasar ahora lo mismo? «La caída del crudo impacta en los ingresos del sector y pone en riesgo a las compañías con balances más débiles, afectando a acreedores e inversores. Sin embargo, el factor determinante en los últimos meses ha sido la inmensa disponibilidad de capital para recapitalizar y refinanciar a las compañías con mayores dificultades», explica Nuño que, por eso, apunta que, a diferencia de 2016, no hemos visto un repunte preocupante de los 'spreads' de crédito. Pero Villamizar se muestra más preocupado: en su opinión, el hecho de que los fondos de cobertura ahora estén apostando por la caída del petróleo indica que estos precios pueden llegar a afectar a fondos o entidades expuestos a esta materia prima.
Según Shah, si bien el contagio se suele canalizar a través de las compañías o los fondos ligados al crudo, la debilidad del petróleo puede llevar a una huida del riesgo de mayor alcance. Pero cree que el mercado continuará diferenciando entre la caída del crudo y la fortaleza del ciclo, por lo que la probabilidad de un contagio más amplio al mercado es limitada.
¿Afectará a los tipos?
Si la caída del petróleo preocupa también es porque está reduciendo las expectativas de inflación y, por tanto, las de subidas de tipos, cuando el mercado había basado su última subida en la reflación. Pero Stéphane Colliac, de Euler Hermes, comenta que el precio del petróleo aún no está evolucionando lo suficiente como para provocar un cambio dramático en términos de inflación. Para Álex Fusté, de Andbank, la evolución del crudo sí puede influir un poco en las políticas monetarias, porque contribuirá a la desinflación mundial, que tiene otros ingredientes, como la caída de otras 'commodities', las nuevas tecnologías, así como la demografía. En todo caso, contribuirá a que los bancos centrales no se vean presionados a subir los tipos de interés. Borja Gómez, de Dunas Capital-Inverseguros, señala que las consecuencias del crudo en la inflación son de corto plazo, aunque avisa de efectos de segunda ronda, dado que influye en los precios de otros productos. En ese caso, los bancos centrales serían cuidadosos. En todo caso, este experto no cree que el crudo baje de 45.