¿Trump quién? Sigue el órdago por la bolsa europea
Los inversores comienzan a asumir que las promesas del actual presidente de Estados Unidos no se darán, pero eso no provocará una fuga hacia activos refugio. La renta variable de Europa y Japón sigue siendo la apuesta favorita
Tras años afirmando que "este" sería definitivamente el año para apostar por la bolsa europea y luego asumiendo la decepción cuando los beneficios empresariales no cumplían expectativas, al fin, 2017 ha sido -está siendo-, en efecto, el año de la renta variable europea.
En el arranque de año las apuestas estaban en Estados Unidos, ante el temor de que la inestabilidad política causara la destrucción de la Unión Europea, cuenta Wei Li, responsable de estrategias de inversión de iShares para la región EMEA de BlackRock. Ahora, la gestora internacional cree que probablemente la administración Trump no lleve a cabo ninguna reforma fiscal, al menos en el corto plazo y, al mismo tiempo, el sentimiento hacia Europa ha mejorado.
Así se ha notado en el "estelar" recorrido de las bolsas europeas. Es cierto que la excesiva calma en los mercados preocupa. El Vix sigue en mínimos históricos y muchos clientes preguntan si es señal de complacencia. Li no está de acuerdo: "Es cierto que hay que estar en alerta por posibles cambios, pero la baja volatilidad por sí sola no exige retirarse a la cautela". El soporte de los bancos centrales y del crecimiento justifica el rally de este año.
Además de la macro, los resultados empresariales están batiendo expectativas, tanto en Europa como Japón. Por eso, aunque las bolsas han subido mucho, en BlackRock defienden que aún hay recorrido. "El año pasado salieron un 40.000 millones de la renta variable europea y hasta el momento solo han vuelto 20.000 millones", recuerda Li.
LOS INDICADORES MUESTRAN FORTALEZA
Sigue percibiendo apetito por el riesgo por parte de sus clientes. De ahí que cualquier corrección sea breve. Incluso en plena crisis de confianza en Brasil la semana pasada se vio como inversores aprovechaban las caídas para entrar en el mercado del país.
Hay indicadores que pueden hacer temblar el 'reflation trade'. Los datos del primer trimestre de 2017 fueron más débiles que los del último trimestre de 2016, pero, como señala Li, "estamos en un ciclo lento". "No buscamos señales de aceleración, sino que los niveles actuales se mantengan". En BlackRock están tranquilos.
La clave está en que, si bien hace años Estados Unidos era el motor de la economía global, ahora las turbinas se han multiplicado. El crecimiento mundial ahora se apoya en mayores regiones, Europa entre ellas, con lo que la proyección es más sostenible. Incluso la de los mercados emergentes, ahora que el comercio global está repuntando.
¿QUÉ ESPERAR DE LOS BANCOS CENTRALES?
Li cree que la subida de tipos en junio es algo definitivo en Estados Unidos. Y que incluso hay espacio para una segunda. Esta no está en precio, por lo que puede haber alguna corrección en los precios actuales de los bonos para ajustarse, pero no implicará un segundo 'taper tantrum'. "A diferencia de otros años, en 2017 hay que prestar mucha atención y credibilidad a la gráfica de puntos de la Fed", afirma.
Europa es una historia distinta. La inflación subyacente aún está débil y es en lo que se fija realmente el Banco Central Europeo, por lo que BlackRock no espera un cambio brusco en su política monetaria en el corto plazo. El problema es que el BCE se está quedando sin papel que comprar y la deuda que ya tiene en su balance está próxima a vencimiento, por lo que algo deberá hacer. Aún así, "hasta como mínimo septiembre no creo que sea un determinante del sentimiento de mercado", defiende.