La fractalidad de los mercados
Es común escuchar que «la bolsa no hay quien la entienda»; ante los mismos datos macro, el mercado sube o[…]
Es común escuchar que «la bolsa no hay quien la entienda»; ante los mismos datos macro, el mercado sube o baja, ante la publicación de unos buenos resultados de una compañía le sigue una cotización a la baja, todo parece no tener lógica alguna pero puede que sí la tenga, y de hecho la tiene. Lo que hay que hacer es mirar todo desde otra perspectiva, ver el bosque y obviar el árbol. Los conceptos preestablecidos como válidos, no aportan ninguna información útil para el inversor, solo le confunden ya que la diferencia temporal entre los hechos y la cotización es enorme porque el precio descuenta con anterioridad todo. Ya lo dijo Keynes, uno de los más reconocidos economistas de la historia: «Los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo del que tú puedes permanecer solvente»; por lo tanto, podemos decir en base a esta máxima que la racionalidad basada en datos no es compatible con la inversión por diferencia temporal, al producirse en diferentes momentos la evolución del precio y las noticias; el precio es lo que importa y en base a este solo se puede establecer un patrón de un sistema de inversión.
Cada cruce de negocio que ocurre en el mercado queda graficado con ticks (mínimo movimiento de un producto), esa es la realidad que dista mucho de la subjetividad e interpretación de ningún informe o dato que en muchos casos quedan abiertos a revisiones posteriores.
Todo movimiento en el mercado tiene su réplica proporcional y simétrica, y está entrelazado con los anteriores ya sea alcista o bajista. «El número áureo», al que también se le denomina como el número de Dios, está presente en todo rango de precio, sí. Como digo, solo se trata de precio no de datos, éstos canalizan los movimientos y en sí mismos no crean tendencia, es la interpretación que se hace de los mismos. El mercado es como una gran puzle de piezas infinitas y de tamaños distintos, es un sistema fractal en el que hasta el menor de los movimientos tiene la misma proporción que el todo; solo acercándonos al mercado desde esta perspectiva podremos encontrar una lógica y poder predecir los objetivos de los siguientes desarrollos.
Concepto del término fractal: un fractal es una forma geométrica cuya estructura básica, aparentemente irregular, se repite a diferentes escalas. El término fue dado por el matemático Benoît Mandelbrot y proviene del latín fractus, que significa quebrado o fracturado. Este tipo de estructuras las podemos encontrar en muchísimas formas en la naturaleza y nosotros al formar parte de ella dejamos esta impronta con nuestra participación en los mercados. La propiedad matemática clave es que su dimensión métrica fractal es un número decimal, el número áureo 1,618.
Rangos áureos
El gran matemático Fibonacci con su famosa serie de números que entre ellos guardaban esta proporción, nos dejó un inestimable legado para ser utilizado y aplicado a nuestros métodos de inversión. Si un rango de precio (máximo y mínimo relevante) no guarda al menos una corrección del 40 por ciento (redondeando el número de Fibonacci 0,3820), no nos va a servir de nada porque la información que nos reporte no está enlazada con el resto. Podemos comprobar en la imagen como cada círculo pequeño está dentro de otro mayor y el conjunto es la suma de todos ellos, esta es la fractalidad de cómo se estructura el mercado. Es la composición de rangos pequeños que uniéndose simétricamente forman otros mayores y así sucesiva e infinitamente.
Disponemos en bancos públicos de una cantidad de indicadores abrumadora, pero no conozco ninguno que me indique ninguna proyección del precio, hasta donde me puede llegar el siguiente movimiento; por este motivo no utilizo ninguno ya que toda la información que reportan la ofrecen con retardo. En cambio, si sé como se estructura el mercado, ante un movimiento ya sea al alza o a la baja, si puedo determinar objetivos y establecer mis beneficios.
En base a este concepto desarrollé hace años mi método al que denomine S.A.R. (System Áureos Ranges), que está compuesto de diversos algoritmos iterativos y recursivos, ofreciendo un esperanza matemática muy alta en las predicciones de los movimientos del mercado, superior al 80 por ciento, y de gran precisión en el cálculo de las proyecciones y desarrollos de las cotizaciones. Mi interés en esta breve exposición que bien hay temario como para un libro, es que usted vea el mercado desde otro punto de vista, infinitamente más práctico y más acorde con lo que se cuece cada día en las bolsas.