Hablando de financiación
Los bancos centrales hicieron lo correcto. Pero reconocer esto no significa que no se pueda cuestionar la permanencia en el[…]
Los bancos centrales hicieron lo correcto. Pero reconocer esto no significa que no se pueda cuestionar la permanencia en el tiempo de medidas monetarias expansivas decididas inicialmente con carácter excepcional. Especialmente cuando un argumento para mantenerlas es precisamente el temor a las potenciales consecuencias negativas si se eliminan. Por ejemplo, en términos de una vuelta al deterioro de las condiciones de financiación.
¿Quieren que ponga números en las afirmaciones anteriores? Para hacerlo voy a utilizar un reciente artículo publicado por el Banco de España con el título «Tendencias globales de financiación en los mercados de capitales en 2016». De acuerdo con este documento, la emisión total de bonos a nivel internacional durante el año pasado fue de 9.190 mm. dólares, lo que supuso un aumento del 5,05 por ciento anual. De esta cifra más de 8.726 mm. correspondieron a los países desarrollados, con un incremento anual en la emisión de papel del 3,7 por ciento. Las emisiones de deuda del sector público crecieron un 4,09 por ciento (5.921 mm dólares), las de empresas no financieras lo hicieron un 8,47 por ciento (1.677 mm) y las del sector financiero al alza un 8,38 por ciento (1.334 mm). Naturalmente, en los dos primeros casos influyó de forma importante el QE del BCE tanto bajo el impacto directo en términos de mayor demanda como de forma indirecta al reducir el tipo de financiación mayorista. Esto último también ha favorecido la diversificación de la financiación de la gran empresa desde el crédito bancario a la emisión de papel en el mercado. Por lo que respecta a la emisión de deuda por los bancos, aquí debemos considerar varios factores siendo destacable especialmente los requisitos regulatorios.
Los bancos centrales con sus actuaciones también han favorecido la diversificación en las fuentes de financiación a nivel empresarial. En Europa, combinado con el objetivo explícito de un mercado de capitales único, ya estamos viendo cómo las grandes empresas han apelado en mayor medida a la financiación mayorista frente a la bancaria. En el caso de las pymes y familias, la importancia de la financiación bancaria sigue siendo evidente. Y con condiciones favorables no vistas en décadas. Volviendo a las empresas, de nuevo utilizando el trabajo del Banco de España, la emisión neta de papel y crédito de la banca en Estados Unidos, Reino Unido y en la zona Euro fue durante los tres primeros trimestres del año pasado de 1.083 mm. dólares muy por encima de los 782 mm. del mismo periodo de 2015. La mejora económica sin duda ha contribuido al aumento de la demanda de financiación empresarial.
¿Se dan ya las condiciones para iniciar el proceso de normalización monetaria? Aquí no podemos generalizar. En Estados Unidos por ejemplo el mercado ya descuenta con un 80 por ciento de probabilidad la subida de tipos de interés en marzo, que podría ser seguida de hasta dos subidas adicionales de tipos en el resto del año. En Europa, por el contrario, los mensajes desde el BCE siguen apuntando a un sesgo neutral de la política monetaria tras la decisión en diciembre de recortar el volumen de papel comprado bajo el QE. Poco a poco, es cierto. Pero sin pausa. Esto último lo añado yo.