El regreso de los BRIC: un término demodé de nuevo rentable
Brasil, Rusia, India y China, aunque con diferencias, vuelven a dar rentabilidades atractivas, pese a que no se las prometían muy felices con la llegada de Donald Trump al poder. ¿Seguirán subiendo? Los analistas evalúan sus perspectivas país por país.
Los BRIC, una denominación muy popular hace años y venida a menos, han vuelto. No por separado, sino juntos. Los fondos que invierten en ellos se encuentran entre los más rentables del año. Los que apuestan por Brasil son los que más ganan, con una revalorización del 18,36 por ciento, mientras que los que apuestan por India y China avanzan alrededor de un 10 por ciento. Se quedan un poco atrás los productos que invierten en Rusia, que están prácticamente planos, lo que hace una media para los que invierten en los cuatro países del 10 por ciento desde que comenzó el año. En enero, como destacan los expertos de Franklin Templeton Investments, los BRIC lo llegaron a hacer mejor que el resto de emergentes.
¿Qué está ocurriendo? Para Ludovic Subran, de Euler Hermes, si fueron todos mal -o regular- a la vez, ahora en todos ellos parece ir mejor: las materias primas han consolidado su recuperación y la crisis china ha pasado a mejor vida, además en muchos de estos países se está afianzando la salida de un periodo de desaceleración o incluso de recesión. Para Pedro Lacambra, de Ibercaja, se une además el 'reflation trade', la apuesta inversora por la aceleración del crecimiento y de la inflación global, que favorece a los activos más cíclicos y con más riesgo, y, por tanto, también a los emergentes. Y todo ello, a pesar de Donald Trump. Como explica Marian Fernández, de Andbank, si a pesar de la nueva Administración americana estos mercados suben es porque sus nuevas políticas aún no están definidas y por eso se ha frenado la apreciación del dólar y también la subida de los intereses de los bonos. Según Lucía Catalán, de Goldman Sachs AM, los inversores han podido reconocer que el potencial de las promesas de campaña de convertirse en realidad ha podido haberse sobreestimado. Y, además, como añade Rosa Duce, de Deutsche Bank España, tienen a su favor un fuerte potencial de crecimiento doméstico, lo que les aislaría parcialmente del proteccionismo.
¿Es de esperar que la buena marcha de los BRIC siga? Según los expertos de Lombard Odier, «una visión constructiva sobre las perspectivas de EE.UU., China y las materias primas debería ayudar a la recuperación de las economías emergentes, a pesar de las amenazas proteccionistas de Trump». Según Fernández, aunque estos mercados aún tienen potencial en su mayoría, no hay que bajar la guardia por las incertidumbres sobre Trump y las consecuencias que tengan sus políticas en el dólar, el bono y las relaciones comerciales, así como por su sensibilidad a la evolución de los flujos. Por eso, para Rosa Duce, que cree que aún hay oportunidades, el objetivo de inversión debería ser el medio plazo, dado que todo esto traerá volatilidad.
Brasil: ganador
El principal índice brasileño subió cerca de un 40 por ciento el año pasado y en éste ya acumula una revalorización superior al 14 por ciento. Ello, como señalan los expertos de HSBC por dos razones fundamentales: el cambio político (el impeachment a Dilma Rousseff y su sustitución en el cargo por el liberal y pro-mercado Michel Temer) y la estabilización del precio de las materias primas. La subida más reciente, la del recién estrenado año, el equipo de Franklin Templeton que dirige Mark Mobius la atribuye a una bajada de los tipos de interés superior a la que esperaba el mercado, así como a una importante entrada de fondos. Ahora Pedro Lacambra tiene una exposición neutral ante lo mucho que ha subido este mercado. Asimismo, para Marian Fernández, Brasil ya estaría en precio, porque ya cotizó su vuelta macro y también la mayor estabilidad política, aunque todavía tiene a su favor el hecho de que pueda permitirse una mayor expansión monetaria. Desde Schroders, Alan Ayres comenta que si bien han reducido su posición en Brasil tras los fuertes retornos de 2016, se mantienen sobreponderados. Destaca como factores positivos, además del cambio político, la posibilidad de más reformas y las potenciales bajadas de tipos por la caída de la inflación, además de que las exportaciones estén apoyando la recuperación.
Según Lacambra, en Brasil no hay gran riesgo de caídas importantes si las materias primas siguen estables, pero tampoco cree que vaya a haber grandes avances desde estos niveles.
Para Subran, en Brasil hay tres problemas: el proteccionismo, lo que le hace poco dinámico, el hecho de que hay pendientes reformas y la situación política es precaria, con un presidente casi interino, y el canibalismo existente en América Latina entre países. También para Duce la incertidumbre política (además de a la a su juicio aún alta inflación) puede frenar a Brasil, aunque sí cree que el Gobierno de Temer acabará su mandato. Respecto al canibalismo, Subran cree que los capitales podrían preferir Argentina sobre Brasil, por la mayor estabilidad política del primero respecto al segundo. «Los inversores aún no están seguros sobre la evolución de Brasil a largo plazo», comenta Subran. Lombard Odier, que coincide en el riesgo político del país agravado por el 10 por ciento de déficit y por la necesidad de medidas impopulares, sí percibe al menos que el círculo vicioso alta inflación-tipos de interés al alza-reducción del crecimiento puede haber terminado.
Rusia: ¿decepción?
Rusia es, entre los BRIC, el mercado que se ha quedado atrás, lo que no deja de resultar sorprendente si tenemos en cuenta que Putin parece tener una relación privilegiada con Trump. Como explica Lucía Catalán, el MSCI Rusia está dominado por el sector de las materias primas, con la energía representando el 50 por ciento del índice. Por lo tanto, según Catalán, las acciones rusas tienden a estar muy correlacionadas con el crudo. Así, en 2016 fuimos testigos de un fuerte rebote de las materias primas que contribuyeron al retorno del 50 por ciento de las acciones rusas, convirtiendo a este mercado en uno de los mejores emergentes.
Asímismo, sigue Catalán, otro catalizador estuvo en las expectativas de que podrían relajarse las sanciones que pesan sobre el país ante una mejor relación con el nuevo Gobierno americano. Pero, como concluye Catalán, este año, en ausencia de evidencias sobre las sanciones, las acciones rusas están prácticamente planas, en línea con los precios del petróleo, y, por lo tanto, haciéndolo peor que el conjunto de los emergentes. Los expertos de HSBC confían en que las sanciones impuestas por la UE podrían reducirse a mediados de este año, así como en una revisión por parte de Estados Unidos. Subran comenta que si se eliminan las sanciones, se añadiría un punto al PIB ruso.
Subran enumera entre las fortalezas de Rusia su cercanía a Europa, así como su más larga historia como país con una potente clase media. También señala este experto la resiliencia que ha mostrado, tras sufrir crisis política, de materias primas y de políticas públicas, lo que le empujó a un cambio de régimen, hacia una economía más cerrada, más autárquica, que les ha funcionado. «En cuanto se vuelva a reconectar con el resto del mundo, recuperará el interés de los inversores», afirma Subran. Los analistas de Lombard Odier ya señalan que ha recuperado credibilidad entre los inversores, lo que reduce su vulnerabilidad a las salidas de capitales incluso si la Fed se vuelve más restrictiva: la balanza por cuenta corriente tiene superávit, el déficit fiscal está bajo control y el rublo lleva flotando libremente durante dos años. Y Ayres continúa: «La inflación está cayendo, los tipos de interés reales son altos y tienen margen de bajada y la credibilidad que ofrece el banco central es buena». Para añadir: «Rusia mostró un comportamiento fuerte en 2016 y ahora estamos viendo una recogida de beneficios en cierto modo, pero las valoraciones son atractivas. Nos mantenemos sobreponderados».
Pero según Lacambra, sobre el ánimo de los inversores puede aún pesar la incertidumbre política: quizás Trump no vaya a ser tan amigo de Rusia ni tan enemigo de México. La inicial buena sintonía entre Putin y Trump puede romperse en cuanto choquen sus intereses, si Rusia se decide a incrementar su influencia sobre Europa oriental y, a continuación, sobre la occidental. Hablando de sectores, de acuerdo con Catalán, en Rusia, como también en Brasil, están encontrando algunas ideas interesantes en el sector financiero.
India: ¿el país favorito?
Seguramente, India es el país favorito de los analistas. Por ejemplo, de los de Andbank. Marian Fernández argumenta: «Es una economía en la que las reformas persisten. La desmonetización puede reducir el crecimiento a corto plazo, pero lo potencia a medio y hace aflorar economía sumergida. Además, tiene un banco central muy prudente del que se pueden esperar bajadas de tipos de interés a mediados de año». En este sentido, Lacambra explica: «El año pasado este mercado no hizo nada. El Gobierno de Modi es muy reformista. Los cambios al principio pueden ser vientos de cara, pero después son de cola. India puede ser la próxima China, tiene el déficit controlado casi nada de deuda emitida en dólares». Eso es exactamente lo que destaca Lucía Catalán, que ya ve en la vuelta de la India a crecimientos del 7 por ciento los frutos de la agenda de Modi. También en su presupuesto para este año, que se ha fijado en la revitalización de la economía rural impulsando las infraestructuras y racionalizando la política fiscal al tiempo que mantiene la disciplina. A los expertos de Lombard Odier les gusta, en particular, la apertura de ciertas industrias a la inversión extranjera así como la ampliación de la base impositiva, lo que ayudará a alcanzar los objetivos de déficit. También, que el nuevo banquero central esté dando más señales pro-crecimiento, algo posible gracias a la batalla contra la inflación de su predecesor.
Además, es una economía aislada del posible impacto del creciente proteccionismo global. Catalán también está viendo revisiones al alza de los beneficios y, como las valoraciones se encuentran en la media de largo plazo, considera que aún éste es un interesante punto de entrada. Por sectores, favorece los más ligados a la economía doméstica, como el consumo, financiero y materiales de construcción.
Desde Schroders no tienen tan buena opinión. Ayres explica que es un mercado caro y que las reformas han sido decepcionantes. Señala que la desmonetización deterioró el sentimiento por el potencial impacto en el crecimiento. Apunta también que los últimos indicadores han sido mixtos. Y ahora le perjudica que los precios de las materias primas hayan subido, puesto que es neta importadora de ellas. «A medio plazo, India debería hacerlo bien, pero ahora estamos infraponderados, principalmente debido a las elevadas valoraciones», concluye Ayres.
China: ¿fuera de peligro?
China es la principal posición que tiene Franklyn Templeton. Según los expertos de esta firma, su buen comportamiento de principios de año se debió a la solidez de los datos económicos (y una mejor composición del PIB, como señala Fernández), así como a la aceleración de las salidas a bolsa. Ello ha logrado compensar que la divisa esté depreciándose gradualmente y que los niveles de deuda aún estén creciendo. Según los analistas de Lombard Odier, existen suficientes palancas para que continúe su crecimiento y evitar una devaluación desordenada de la moneda: las políticas monetaria y fiscal, pero también el ahorro privado. «No todo está bien en China, pero el momento de ser 'ultranegativo' con las salidas de capitales era en 2011 y 2012, no hoy», apuntan desde la firma.
Para Fernández, a la bolsa china medida por el índice Shenzhen le quedaría un potencial del 10 por ciento. Ayres apunta que, con un congreso clave del Partido Comunista Chino este año, el Gobierno continuará apoyando la economía y mantendrá abundante liquidez. Pero se mantiene neutral en el país porque si bien las valoraciones son razonables, la política comercial de Estados Unidos es aún incierta.
A Lacambra el chino es un mercado que no le disgusta, pero siempre que los inversores se centren en las empresas dependientes del consumo interno y se eviten las controladas por el Estado, los bancos y las compañías industriales. Así se evitaría el riesgo derivado de las posibles medidas proteccionistas de Trump, así como el exceso de deuda. Catalán, por su parte, comenta que están encontrando buenas oportunidades en la nueva economía china, en particular en el 'e-commerce' y en el segmento de viajes. Según explica Klaus Bockstaller, de Pictet AM, una de sus mayores adquisiciones recientes ha sido Agricultural Bank of China, que gestiona una de las mayores redes bancarias de China y posee el Sannong Finance, que puede aprovechar el amplio volumen de ahorro rural y cuenta con una valoración atractiva.
Para Ludovic Subran la duda sobre este país está en si no sólo ha logrado detener la salida de capitales, sino también captarlos y no sólo flujos de corto plazo, sino los más estructurales.