Las 'farmas' españolas no se despeinan con Trump
El nuevo presidente de Estados Unidos ha colocado en el punto de mira al sector de la salud. ¿La causa? Los precios desorbitados que pueden llegar a cobrar por sus medicamentos. ¿Deben preocuparse las cotizadas españolas?
El sector que más celebró la victoria de Donald Trump ha sufrido un duro revés del propio presidente. «Están cometiendo un crimen sin castigo». Con estas palabras se refirió a la industria durante una rueda de prensa la semana antes de su sesión de investidura. Las farmacéuticas norteamericanas, con una regulación mínima, llevan años bajo crítica por los precios elevados de los medicamentos ya que no hay organismo público que fije los precios, como ocurre en Europa. Aunque celebraron la posible rebaja de impuestos que propone Trump, este nuevo giro pone en duda las perspectivas para el sector. ¿Deben temer al nuevo presidente las cotizadas españolas? Los expertos no lo creen.
Grifols. Dentro del Ibex-35 solo hay una compañía del sector: Grifols, que desde el punto de vista de sus ingresos es más estadounidense que española. A cierre de 2015, un 65 por ciento procedía de Estados Unidos frente al 12 por ciento de España. Y los últimos movimientos empresariales apuntan a que la tendencia se acentuará. En los últimos meses han comprado la división de diagnóstico de Hologic por 1.750 millones de euros, así como la compra del 49 por ciento de Access Biologicals por 51 millones de dólares.
El presidente, Víctor Grifols, ha asegurado que la victoria de Trump no afectará a su negocio en EE.UU. Y que incluso se beneficiarían de una mejora fiscal. Tampoco preocupa a sus inversores. Para Gesconsult, que tiene una pequeña exposición al valor, es positivo. Como apunta Diego Salvador, analista de la firma, el efecto neto más positivo es el dólar. Al tener un porcentaje tan alto de sus ventas y beneficios en Estados Unidos, al final se traslada a un incremento en euros. Aunque recuerda que parte de su coste también se genera en esa divisa por lo que competitivamente no tiene tanta ventaja. «La industria a la que se dedica, la del plasma y derivados, es un oligopolio. El coste por unidad no es demasiado alto, pero sí es una industria que mueve millones», afirma Antonio Aspas, socio de Buy&Hold. Aún así, a lo que alude Trump es a los precios de medicamentos muy, muy elevados, por lo que a Aspas no le parece algo demasiado preocupante para Grifols. Su división más expuesta al Medicaid, el programa de seguros de salud del gobierno americano, cuenta Salvador, es bastante pequeña. Solo supone un 17 por ciento de sus ventas estadounidenses.
El consenso de analistas consultados por Bloomberg le augura un buen año a Grifols. Solo 1 analista vendería frente a los 16 que recomiendan comprar. Y le dan un precio objetivo para 2017 de 21,70 euros por acción; un 9,70 por ciento más que los 19,78 en los que se mueve estos días.
Almirall. Aunque en menor medida que Grifols, también en Almirall procede un peso importante de sus ventas de Estados Unidos. Alrededor de un 20 por ciento. Aún así, para la gestora española Magallanes Value Investors, que invierte en la compañía, no es un factor que deba espantar al inversor. «Las ventajas competitivas de su modelo de negocio y la calidad de su equipo de gestión permitirán a la compañía adaptarse al nuevo entorno regulatorio que será definido para el sector en EE.UU.», asegura Diogo Pimentel, analista de inversiones de Magallanes.
Tampoco es algo que preocupa a Aspas. «Tiene una posición de caja neta», recuerda. Vendió su negocio respiratorio a AstraZeneca en 2014 por 1.500 millones y lo ha aprovechado para comprar compañías pequeñas para seguir creciendo. Además, el negocio al que se está enfocando, la dermatología, que le ayudó a elevar sus ventas un 30 por ciento según sus cuentas de la primera mitad de 2016, no tiene unos costes de medicamentos demasiado elevados.
Al igual que Grifols, Almirall también cuenta con el beneplácito del consenso de analistas consultados por Bloomberg. Solo uno recomendaría vender. Cuatro mantendrían, aunque le dan un precio objetivo superior al actual. Y 10 comprarían. Para los próximos 12 meses, estos expertos ven a la compañía en los 17,12 euros por acción, es decir, un 15,3 por ciento arriba.
Faes Farma. Es la cotizada del sector 'más iberica'. Aunque un 45 por ciento de su negocio procede del exterior, es una cifra que engloba el 14 por ciento del total que representa Portugal, según datos del departamento de relación con inversores. De hecho, como destacan desde Magallanes, solo un 16 por ciento de sus ventas proceden de su división internacional y, dentro de esta, la mayor parte proviene de Latinoamérica y África, por lo que su exposición a Estados Unidos es más bien reducida. Desde la compañía tampoco se muestran consternados con los comentarios. «No nos preocupa la posición que Trump vaya a adoptar respecto la industria farmacéutica, pensamos que finalmente los efectos serán muy reducidos en comparación con lo que se intuye puede ser. Por otra parte, nuestro negocio en USA es, de momento, de menor importancia por lo que el efecto directo será muy reducido», afirman desde Faes Farma.
«Además, el crecimiento futuro de la compañía se prevé que venga de su reciente entrada en Japón», defiende Pimentel. Según cuentan fuentes de la entidad, la línea de antihistamínicos será un área que impulsarán «con fuerza», tanto en desarrollo de nuevas formas farmacéuticas como en ampliación a otros objetivos, como el segmento pediátrico. «Es una referencia en el grupo tras el éxito de la comercialización de Bilastina».
Quizás, el punto de mayor discordia sea su precio. Cotiza en torno a los 3,43 euros por acción. Es decir, a un PER estimado con beneficios de 2016 de 24,55. Así, solo dos analistas recomendarían comprar el valor, ya que lo ven en los 3,76 o en los 4,10 euros respectivamente. Uno mantendría y los cinco analistas restantes que siguen la empresa optan por vender. El más negativo es Santiago Marín, de CaixaBank, que lo ve en los 2,90. En su conjunto, el precio de consenso para el año es de 3,38 euros.
Independientemente de que el desenlace sea el escenario más adverso, los expertos no se muestran muy preocupados. «En Magallanes creemos que las compañías donde invertimos están por encima de los políticos que las gobiernan», tranquiliza Pimentel.