¿Por qué las familias se aferran a los depósitos a pesar de sus bajas rentabilidades?
Los depósitos se han convertido en el activo preferido por las familias para ahorrar. Según datos del Banco de España,[…]
Los depósitos se han convertido en el activo preferido por las familias para ahorrar. Según datos del Banco de España, la inversión en este tipo de productos conservadores cerró 2018 en 806.900 millones de euros, un 4 por ciento más que hace un año. Se trata de un nuevo máximo y, además, la primera vez que supera el umbral de los 800.000 millones de euros. Asimismo, supone un incremento del 22 por ciento si se compara con 2008, el año en el que estalló la crisis.
Esta apuesta por los depósitos por parte de las familias españolas contrasta con la escasa rentabilidad que ofrecen, salvo excepciones. El tipo medio ronda el 0,05 por ciento como consecuencia de la política de tipos cero que mantiene el Banco Central Europeo (BCE) , nivel que se mantendrá un ejercicio más.
Lucía Veiga, experta de iAhorro, explica los motivos por los que el ahorro en depósitos se ha disparado: «España es un país donde la mayoría de los inversores son tradicionales», aunque reconoce un gran esfuerzo por parte del mercado para impulsar la inversión en planes de pensiones o fondos de inversión que no ha tenido el éxito esperado «porque el ahorrador los percibe como productos con mayor riesgo y más complejos». A lo que tampoco ha ayudado que la rentabilidad de los fondos de inversión no haya sido positiva como consecuencia del mal año que vivió la renta variable en 2018.
Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, cree que la falta de inversión en fondos se debe a dos motivos. «Por un lado, estructural. La inversión en fondos de inversión adolece de un asesoramiento independiente». Alvargonzález reconoce que a las familias les gustaría mejorar la rentabilidad de sus inversiones pero «perciben que las entidades financieras están para vender y no para asesorar», lamenta, a lo que se une «un motivo coyuntural que está relacionado con la rentabilidad: prácticamente todos los fondos de inversión cerraron el año en negativo», sentencia Alvargonzález. Javier Mezcua, experto de HelpMyCash, destaca que mientras que el patrimonio en depósitos ha experimentado un crecimiento, «el de los fondos ha caído un 3 por ciento» y cree que este traspaso de fondos a depósitos ha sido mayor «entre aquellos que saltaron de los depósitos a los fondos en busca de mejores rentabilidades y han acabado decepcionados».
Estefanía González, portavoz de finanzas personales de Kelisto, añade otro factor más: «La mejora del crecimiento económico, que mejora otros sectores como el empleo, ha permitido que la capacidad de ahorro sea algo mayor».
Invertir en depósitos a plazo fijo ofrece al ahorrador «tranquilidad» destaca Veiga. Sin embargo, si se tiene en cuenta la inflación, la rentabilidad real puede llegar a ser negativa. «Si se tiene en cuenta la inflación de 2018, que cerró en el 1,2 por ciento, la rentabilidad neta de los depósitos debería haber sido, como mínimo, de esa cifra para no perder dinero», advierte González. Esta posibilidad es menor que con otros productos, opina Veiga, quien recuerda que «la probabilidad de perder más dinero del aportado en otros productos de inversión le quita importancia a la posibilidad de perder poder adquisitivo invirtiendo en un depósito con bajos intereses», reitera Veiga.
En ese sentido, Alvargonzález cree que las familias no pierden tanto poder adquisitivo si cogen como referencia la inflación subyacente «mucho menos volátil». A lo que se une un factor psicológico. «El ahorrador que pierde dinero con un depósito no lo nota en su cuenta corriente, a diferencia del que lo hace con un fondo».
Excepciones
A pesar de que la rentabilidad de los depósitos está herida de muerte, en el mercado hay ciertas excepciones. González señala que estas vienen de la mano de bancos extranjeros. También en depósitos a corto plazo cuya finalidad es atraer clientes o en la banca online.
Dentro de los primeros destacan los ofrecidos por Raisin, la plataforma que funciona como un supermercado de depósitos, a través de la cual se pueden contratar diferentes imposiciones a plazo fijo comercializados por países europeos con rentabilidades por encima de la media española. Además, Raisin ha dado un paso más en España y ha firmado un acuerdo con Santander de 'Open Banking' con el cual se podrán compartir datos y los clientes de Santander podrán contratar depósitos con Raisin a través de un botón denominado 'Santander Connect'. Entre los depósitos más rentables de la plataforma están el Depósito a 12 meses de Banca Sistema, con una rentabilidad del 1,25 por ciento y una inversión mínima de 5.000 euros. El Depósito a un año de Haitong, con una remuneración del 1,17 por ciento y un mínimo de 10.000 euros y el de Blue Orange, a doce meses también, y al 1,15 por ciento.
En el segundo apartado, destaca el Depósito Facto a un año, con una rentabilidad del 0,75 por ciento y disponible desde 10.000 euros. Wizink también cuenta con otro al 0,65 por ciento y 25 meses mucho más asequible.
Todos estos casos, destaca Mezcua, permiten al ahorrador dormir tranquilo porque están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos de cada país, que cubre hasta 100.000 euros por cuenta y cliente.
No obstante, González también añade como alternativa las cuentas remuneradas con vinculación, aunque tienen algunas limitaciones «como un lado máximo a remunerar limitado». En ese sentido, Mezcua añade las cuentas puramente de ahorro: «Aunque su rentabilidad suele ser más baja que las de las cuentas nómina y a veces están reservadas sólo para nuevos clientes o tienen un periodo de alta rentabilidad breve y, luego, su interés cae».
En cuanto al futuro de la rentabilidad de los depósitos, no parece que sea muy halagüeño como explica Alvargonzález: «Van a ofrecer rentabilidades cercanas a cero durante mucho tiempo, más de lo que piensa el mercado». Sin embargo, Alvargonzález propone varias alternativas. Por un lado, será un buen año para las bolsas y, por otro, continúa asegurando el experto, subirá la rentabilidad de los bonos corporativos de alta calidad. «De hecho, ya están subiendo, en lo poco que llevamos de año, se han revalorizado alrededor del 0,70 por ciento».