"La regulación llevará a los inversores a demandar comisiones más bajas por la gestión pasiva"
Pero abrirá la mentalidad a pagar un precio justo por quien cree valor a largo plazo, afirma este experto
La gestora internacional BMO Global Asset Management aterrizó en España a finales del año pasado de la mano del veterano de la industria Luis Martín, ahora responsable de la distribución de los productos y estrategias de la firma en España. En nuestras fronteras ya han triunfado con el F&C Real Estate Equity Long/Short (ahora cerrado por capacidad), un fondo que ofrece exposición a cotizadas del sector inmobiliario, pero con un enfoque 'market neutral'. «Hay una clara necesidad de estrategias que ofrezcan una descorrelación del mercado», afirma David Logan, jefe de distribución de la firma, que nos recibe en el marco del Foro Inversis de Innovación y Liderazgo.
BMO Global Asset Management está dando sus primeros pasos en España. ¿Qué significa el país para vuestro negocio?
Es un mercado en el que históricamente no hemos estado así que es un paso emocionante. En España queremos «desvelar» el secreto que sigue siendo BMO GAM. Somos una gestora internacional con más de 225.000 millones de dólares bajo gestión, pero relativamente desconocida en varios países europeos. Hemos venido para el largo plazo. Queremos crear sólidas relaciones con jugadores y asesores claves de la industria y para poder hacerlo hemos empezado a crear una presencia en el mercado en vez de intentar hacerlo de manera remota.
¿Qué soluciones están demandando los inversores ahora?
Es un reflejo del entorno del mercado en el que nos encontramos. Una parte sustancial de las clases de activos tradicionales está cara. Vemos a la vez rentabilidades muy bajas en la renta fija y múltiplos altos en la renta variable. ¿Dónde nos lleva eso? A mayor interés por productos de asignación de activos, donde se cede al gestor mayor flexibilidad para encontrar las mejores oportunidades del mercado más que hacerlo a nivel de inversor. Pero también más interés por activos descorrelacionados, como los alternativos.
¿Cómo se puede elegir al gestor correcto en el que delegar esa gestión?
Algo que ha cambiado con la crisis es una desconfianza en la complejidad. Los que buscan ese tipo de productos probablemente quieran más simplicidad, más transparencia. En esto los alternativos UCITS cumplen mejor los requisitos que los hedge funds privados del pasado. También poder entender cómo se están generando los retornos y si estos realmente se pueden replicar en diversos entornos del mercado.
Pero los alternativos no son precisamente los productos más sencillos...
La categoría de alternativos es muy amplia. Productos que se clasifican como «complejos» en realidad pueden ser muy sencillos de comprender. Por ejemplo, los fondos long/short (largos y cortos). Hay fondos de capital riesgo (private equity) más fáciles de entender que algunos multiactivos.
¿Cuáles son las consecuencias de una mayor complejidad en la formación de carteras? ¿Qué implica para el coste final del fondo?
Es un debate a tener. Porque estamos en un entorno de mercado en el que los retornos son bajos y es probable que sigamos así durante tiempo. El interés del inversor por el coste que deben pagar por generar esos retornos ha aumentado en consecuencia, tanto directamente por la comisión de gestión como el coste de transacción dentro del fondo. Hay mayor expectación de que el gestor consiga una exposición a esa parte determinada del mercado de la manera más eficiente posible y es la tendencia a la que está llevando la regulación.
¿Cree que los inversores verán justas las comisiones que están pagando?
No todo en la vida es buscar lo «low-cost». Se trata del valor que uno genera con su gestión, que el inversor sienta que está pagando un precio justo por unos retornos justos. Si es capaz o no de ofrecer una rentabilidad mejor que la del mercado de manera regular y sistemática. Habrá una mayor bifurcación entre pagar más comisiones por un producto más complejo que haya demostrado generar retorno adicional y, al otro lado, un mayor uso de vehículos más baratos, más pasivos, para mercados más simples y directos.
En España está creciendo la demanda por soluciones alternativas, ¿qué debe exigirle un inversor a este tipo de fondos?
Debe ser comprensible, debe poder mirar el folleto del fondo y poder entender de dónde y cómo se generan los retornos. También debe ser una estrategia que se pueda escalar a los distintos tipos de mercados y poder replicarse. Es decir, donde se pueda ver claramente el proceso de inversión. Es importante a su vez conocer cómo pueden producirse las caídas. Muchos alternativos se están vendiendo como descorrelacionados del mercado, por lo que hay expectación de preservación de capital y hasta retorno absoluto en periodos bajistas. En cuanto a las comisiones, transparencia y valor justo y en consonancia con los retornos que aspira a generar.
El capital riesgo inmobiliario (real estate) es otro de los focos de interés ante la falta de rentabilidad de los activos tradicionales. ¿Preocupa esa falta de liquidez?
Hay parte de la industria que está construyendo vehículos con liquidez diaria, como son los fondos, con activos intrínsecamente ilíquidos como el inmobiliario. Obviamente debe haber un entendimiento por parte del inversor del riesgo de liquidez. Para quien pueda permitirse pensar a largo plazo, invertir en capital riesgo del sector inmobiliario es una oportunidad atractiva. En BMO GAM hemos buscado ofrecer algo a medio camino. Se puede invertir en el sector como clase de activos a través de vehículos como los reits o las socimis en España, que ofrecen una correlación más a activos físicos que al mercado bursátil.
En esa carrera entre inversión pasiva y activa, ¿quién ganará?
Dependerá de las necesidades del inversor. Nosotros como negocio nos hemos posicionado para cumplir con ambas. Tenemos una plataforma de ETFs y una oferta de gestión muy activa con una fortaleza en alternativos. Habrá un crecimiento continuo de la gestión pasiva en Europa en los próximos años; la regulación lo favorece, en cierto modo. ¿Significa eso que no habrá espacio para la gestión activa capaz de ofrecer mejores retornos con una protección frente al riesgo? No, no lo creo.
¿Cómo se enfrenta a ese inversor conservador que aún tiene la necesidad de generar rentabilidad, pero que no consigue dar con la solución adecuada?
Ahí es donde una forma apropiada de multiactivo entra en juego. La división europea de BMO GAM nació del antiguo F&C, una gestora británica especializada en productos multiactivos que ofrecía a los pequeños inversores acceso a las diversas clases del mercado. Esa visión es igual de relevante hoy en día que en el siglo XIX, cuando se puso en marcha. Los inversores quieren una marca de confianza y un gestor profesional que les ayude a generar retornos a través de las diversas condiciones del mercado.