¿Tiene sentido una fusión entre Bankia y BMN?

El próximo gobierno tendrá en sus manos la decisión sobre este tema. ¿Sería una operación con lógica industrial o una maniobra política para evitar que el Gobierno cierre en pérdidas la desinversión en BMN? Preguntamos a los expertos sobre cómo va a afect

El debate sobre una fusión de las dos entidades participadas mayoritariamente por el Estado lleva tiempo sobre la mesa. El último en avivarlo ha sido el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, quien ha declarado recientemente que la operación tendría un sentido industrial «bastante claro» desde el punto de vista de la distribución geográfica de las oficinas. Si bien, hizo esta afirmación sin demasiado entusiasmo, advirtiendo sobre la tendencia a infravalorar «las dificultades» de las fusiones, que no son un antídoto frente a los problemas de solvencia y suponen unos costes iniciales. Asimismo, Goirigolzarri observó que cualquier operación debería ser «muy respetuosa con el interés de los accionistas minoritarios», dado que Bankia es una entidad cotizada. ¿Pero qué opinan los expertos sobre esta hipotética operación?, ¿beneficiaría a Bankia o supondría un lastre para el valor?

En general, los expertos coinciden bastante con la visión del presidente de la entidad. Por eso, destacan que ésta lograría incrementar la cuota de mercado de Bankia en zonas en las que no tiene demasiada presencia. «Una hipotética integración de ambas entidades permitiría a Bankia incrementar su volumen de activos en torno a 40.800 millones de euros (casi un 20 por ciento del balance actual), su cartera de inversión crediticia en 30.000 millones de euros (el 27,4 por ciento de la cartera actual) y ganar cuota de mercado en las regiones de origen de actividad de BMN (Granada, Murcia e Islas Baleares)», decía recientemente un informe de Bankinter.
Asimismo, los analistas opinan que tiene lógica unir dos entidades con un mismo accionista de control y subrayan las sinergias, ahorros de costes e incrementos de eficiencia que obtendría la fusionada. 

Si bien, los expertos (y el propio Goirigolzarri) avisan de que el ahorro de costes no sería inmediato. Más bien al contrario, la puesta en marcha de esas sinergias implicaría un incremento de gastos inicial en un entorno desfavorable para la banca. «En las últimas operaciones hemos visto una serie de ajustes que han supuesto un importante impacto en costes. Los efectos positivos se han visto a partir del segundo año», avisa Nuria Álvarez, de Renta 4.

Asimismo, otro factor que preocupa a analistas como Álvarez es el hecho de que BMN tiene peores ratios que Bankia en aspectos como la eficiencia o la tasa de cobertura, que podrían afectar negativamente a Bankia en cuanto a provisiones y capital si la entidad presidida por Goirigolzarri pretende equipararlos con los de Bankia.

Pero el aspecto que genera más dudas en el mercado es el precio al que se efectuaría la operación pues el Gobierno podría verse tentado de presionar a Bankia para que ofrezca un sobreprecio por BMN para no deshacer su inversión en la entidad con demasiadas pérdidas, según los expertos. «Desde el punto de vista de negocio, nos parece lógica una integración pero, en la situación actual del sector, genera muchísimas dudas. Porque, al final, la inyección que hizo el FROB en BMN no se cubriría a los múltiplos actuales. Las entidades están cotizando a múltiplos muy bajos y pagar un sobreprecio penalizaría a Bankia desde un punto de vista de la cotización», explica Nagore Díez, de Norbolsa.

Por todos estos motivos, los analistas creen que la operación genera más dudas que beneficios en un valor que se mueve en un entorno ya de por sí desfavorable para el sector bancario, con la elevada volatilidad de los mercados y los bajos tipos de interés. «La operación tiene lógica por el lado empresarial, por la búsqueda de una salida para BMN (que no es demasiado grande para Bankia) pero tiene asociadas una serie de incógnitas que no son de orden empresarial y que son decisivas», reconoce Jesús de Blas, de Crédit Agricole-Mercagentes.

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Por ejemplo, existe un tema regulatorio que impide la fusión en el momento actual, pues Bankia tiene prohibido realizar compras hasta 2017 según los términos del rescate pactados con Bruselas.

Si bien, los expertos dan por hecho que el próximo Gobierno va a tener que renegociar con Bruselas algunos aspectos del memorando y podría aprovechar para incluir la cuestión de la fusión en el paquete. En concreto, el Gobierno podría pedir a Bruselas que alargue el plazo que le ha dado para desinvertir en Bankia (se acaba a finales de 2017), teniendo en cuenta que desinvertir a los precios actuales significaría «recuperar la mitad de lo que podría haber recuperado», según De Blas. Este experto recuerda que la entidad cotiza a unos niveles muy lejanos a los 1,50 euros a los que el Estado vendió el anterior paquete. 

La cuestión es que este asunto depende en gran medida del próximo Gobierno, otro factor de incertidumbre adicional para el valor. «Bankia ahora mismo tiene un componente de riesgo político importante. El nuevo Gobierno es quien tiene que tomar una decisión», relata De Blas.

«Ahí dependes de cómo se puedan fraguar los pactos para formar gobierno. A día de hoy, hay mucha incertidumbre por ese lado y es uno de los principales factores que están afectando al valor, impidiéndole recoger en precio todos los factores positivos que tiene», añade Nuria Álvarez.

Por todo ello, Díez avisa a los accionistas de que el tema de la fusión «es una incertidumbre que puede pesar en la cotización hasta que no se aclare si se va a hacer y cómo».

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