Remdesivir. Las razones del éxito contra el Covid-19
La aprobación de este medicamento por Europa y los Estados Unidos para tratar el coronavirus es la mejor noticia de la pandemia. Gilead Sciences estaba preparada para combatirla.
La pasada Nochevieja, Tomas Cihlar, vicepresidente de virología de Gilead Sciences, recibió un inquietante correo electrónico de uno de los principales expertos en enfermedades infecciosas de la Universidad de Virginia.
Este investigador había trabajado con Cihlar en un plan para probar el medicamento de Gilead Remdesivir como tratamiento para el síndrome respiratorio de Oriente Medio, una enfermedad mortal provocada por un coronavirus.
El MERS llevaba resurgiendo de forma ocasional en Arabia Saudí y en otros lugares desde 2012, pero este correo electrónico era sobre algo más inquietante. Se habían detectado casos repentinos de neumonía en Wuhan, China. «Echa un vistazo a esto», advirtió el virólogo. Podría tratarse de un nuevo coronavirus.
El Remdesivir era uno de los pocos medicamentos experimentales que había arrojado resultados prometedores en los test de laboratorio contra una amplia variedad de coronavirus. Como el resto del mundo, Gilead no sabía casi nada de este nuevo virus.
La Organización Mundial de la Salud aún no había confirmado que hubiera una propagación sostenida de persona a persona, y el alcance del brote en Wuhan tardaría aún varias semanas en aclararse. Nadie sabía en aquel momento que se convertiría en una pandemia, pero Gilead empezó a hacer planes asumiendo que podría ocurrir.
Cómo probar el Remdesivir
En pocas semanas, el director general Daniel O’Day formó un grupo de trabajo para estudiar cómo probar el Remdesivir y, si funcionaba, producirlo en masa.
Incluso siguiendo las estrictas normas del sector farmacéutico, el Remdesivir es difícil de producir; el proceso lleva un mes e incluye 70 materias primas, reactivos y catalizadores. El principio activo resultante, o API, es un polvo blanco, del cual una dosis de 1,1 gramo constituye un tratamiento de 10 días para una persona.
Nadie sabía en ese momento que el brote de Wuhan se convertiría en pandemia, pero Gilead empezó a hacer planes
El Remdesivir se administra por vía intravenosa, lo que supone una complejidad adicional en la fabricación: el polvo tiene que disolverse en una solución y depositarse a continuación en recipientes de vidrio en condiciones estériles.
Suministro a mano
Gracias a su trabajo con el ébola, Gilead contaba con un pequeño suministro de Remdesivir a mano. En cámaras frigoríficas de Suiza y California había almacenados viales de 30 mililitros suficientes para tratar a 5.000 personas, lo que permitió comenzar con ensayos en humanos en Estados Unidos, China y otros lugares.
En una fábrica de Edmonton, Gilead también tenía 100 kilogramos de polvo a granel, suficiente para tratar a unos 90.000 pacientes.
Sin embargo, para llenar viales de Remdesivir suficientes para tratar a millones de personas en una pandemia, haría falta una tonelada métrica o más del medicamento a granel. Gilead no contaba una cantidad ni remotamente cercana.
Así que en enero pidió más de una docena de los principales materiales de base y reactivos a proveedores de China, Europa y otros lugares. Gilead también ayudó a sus contratistas a localizar suficientes suministros de compuestos necesarios para fabricar dichos materiales de base.
El Remdesivir se ha situado por delante del Aplidin, aunque algunos estudios dan más potencial al medicamento de Pharmamar
Esta pandemia no se está caracterizando precisamente por la previsión y la preparación. Pero esta es una excepción. Después de un ensayo a gran escala patrocinado por el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, el 1 de mayo se autorizó en los Estados Unidos el uso urgente de Remdesivir para el tratamiento del Covid-19.
Y el pasado 25 de junio la Agencia Europea del Medicamento dio luz verde al Redemsivir como el primer fármaco para tratar el Covid-19 en Europa. Se ha situado así, por delante del Aplidin de Pharmamar, a pesar de que algunos estudios ven más potencial en el medicamento de la compañía gallega.
Ante la escasez de alternativas y el número creciente de contagios de Covid-19, es probable que el medicamento tenga una elevada demanda hasta que se encuentre un tratamiento mejor o una vacuna.
Un fabricante exitoso
Gilead, con sede en Foster City, California, es el fabricante de medicamentos antivirales más exitoso de la historia. La compañía se fundó en 1987, y sus químicos inventaron el medicamento contra la gripe Tamiflu.
En la década de 2000 comenzó a suministrar múltiples medicamentos potentes contra el VIH en simples píldoras de una sola dosis al día, reemplazando así las complicadas pautas de múltiples píldoras.
Hasta el pasado mes de enero, las farmacéuticas no tenían muchas razones para trabajar con coronavirus. Durante años, se consideraron meras molestias, responsables principalmente de gran parte de los resfriados comunes.
La primera enfermedad humana mortal causada por un coronavirus, el síndrome respiratorio agudo severo o SARS, se frenó en 2003, antes de que llegara a asentarse de forma significativa en humanos. El siguiente coronavirus mortal, el MERS, no se contagia de forma eficiente en humanos.
En 2009 los químicos de Gilead crearon un precursor del Remdesivir
El virus que causa el Covid-19 guarda más relación con el SARS, hasta el punto de que su denominación oficial es SARS-CoV-2.
En 2009 los químicos de Gilead crearon un precursor del Remdesivir, buscando un medicamento para la hepatitis C. Pero resultaba difícil de administrar y Gilead contaba con medicamentos más prometedores para la enfermedad, en forma de pastillas, por lo que básicamente, el medicamento se guardó en un cajón durante años.
Pero al estudiar el compuesto, los científicos de Gilead demostraron en el tubo de ensayo que podía retardar la replicación de un amplio número de virus.
Brote del ébola
Durante el brote de ébola en el África occidental en 2014, Gilead reunió a un equipo de científicos para analizar si alguno de sus medicamentos existentes podía ayudar a tratar ese u otros virus emergentes. Enseguida se pensó en el Remdesivir.
A mediados de 2015, en colaboración con científicos del gobierno, Gilead había demostrado que el medicamento resultaba efectivo contra el ébola en animales de laboratorio y había comenzado a realizar ensayos de seguridad en humanos. Pero para cuando el Remdesivir estaba listo para probar su eficacia en humanos, el brote del ébola se estaba disipando.
Durante el mismo período, se invitó a Gilead a participar en un consorcio junto con investigadores académicos patrocinado por el Gobierno, para trabajar en posibles fármacos para virus emergentes.
Dos virólogos de este grupo, Mark Denison, del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, y Ralph Baric, de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, llevaban varios años trabajado juntos en coronavirus. Baric advirtió por primera vez sobre la posibilidad de que causaran enfermedades humanas significativas a finales de los 90.
Potencia y eficacia
Denison era escéptico en cuanto a la eficacia de los compuestos de Gilead. Pero cuando probó un análogo del Remdesivir contra un coronavirus en ratones, en su laboratorio, funcionó. Durante los siguientes años, Baric y su colega de la UNC, Timothy Sheahan, probaron el medicamento contra el virus del SARS, el MERS y muchos otros coronavirus de murciélagos.
El Remdesivir funcionó mejor que casi todos los demás medicamentos que probaron. «Demostró una potencia y una eficacia muy elevadas con todos los virus en los que lo probamos», recuerda Denison.
Como primer medicamento de una nueva categoría, puede sentar un precedente para otros tratamientos contra el Covid-19. El coronavirus ya ha provocado un daño económico incalculable. Y no parece que el virus vaya a desaparecer.
Puede que sigamos necesitando vacunas y medicamentos contra el Covid-19 durante años. Podríamos pasar años preguntándonos cuánto está dispuesta la sociedad a pagar por una cura.