Las mineras reviven de entre los muertos

Los valores desechados el año pasado brillan en unos meses convulsos para las bolsas. La posible formación de un suelo en los metales y crudo animan a los inversores a buscar valor en compañías que ya han recortado durante el dolor.

¿Ganar con las materias primas? Hace dos meses estar alcistas en compañías de materias primas era apostar por el caballo perdedor. Pero el mercado, en ocasiones, recompensa a los contrarian que resisten los envites de las bolsas. AngloAmerican ( 71 por ciento), Rangold y Glencore ( 50 por ciento), Royal Dutch Shell y Antofagasta ( 8 por ciento). Mientras los inversores buscaban refugio durante el colapso bursátil, las mineras -el activo desechado el año anterior- se disparaban.

El mini-rally de las mineras tiene su explicación en la confluencia de dos factores, explica Albert Enguix, de GVC Gaesco. Por una parte, por la fuerte reestructuración y recorte de gasto por la que pasaron la mayoría de estas empresas el año anterior: Glencore, Antofagasta, etc. Algunas aún lo tienen pendiente, como BHP Billiton o Rio Tinto, pero haberse enfrentado ya el año pasado al ajuste necesario para los nuevos precios les permite entrar con buen pie en un año en el que las perspectivas de los precios parecen estar cambiando. «A pesar de que la demanda por parte de China ha disminuido, sigue estando fuerte a nivel global», afirma Enguix.

Ante la previsión de un suelo o un posible rebote en las materias primas, el experto recomendaría apostar, si entra ahora en el mercado, por ETFs ligados al sector, porque las mineras ya han tenido un buen recorrido y su potencial ya es menor. Comparte esa visión Fernando Hernández, de Andbank. Más que intentar dar con los valores que lo harán mejor, optaría mejor por un ETF que se beneficie de la recuperación generalizada del sector. Porque para Hernández la gran pregunta es si hay que estar o no en la industria. «¿Volverán a ser las materias primas las referencias para el mercado como en sus años de fama? No, pero sí podemos hablar de un suelo y de un rebote técnico», sostiene.

Primero llegó el turno de las petroleras europeas, que lograron capear mejor la caída vertical de los precios gracias a un sólido balance. El castigo a las mineras fue mucho más fuerte, señala el analista. En torno al 70 - 80 por ciento de su valor. Aunque sus cuentas no estaban tan saneadas, Hernández reconoce que quizás la caída tan grande fue una sobrerreacción. Las compras en la industria este año responden a unos inversores que se han dado cuenta de que estaban demasiado infraexpuestos al sector. Todo depende de cómo se mire el vaso. Para los que ya tenían los valores en cartera, el rebote de estos meses es un pequeño consuelo, pero para el que no, habrá sido una entrada atractiva.

Algo comenzaba a avistar el equipo de analistas de Citi hace unas semanas. «¿Es el oro un preludio de lo que pueda llegar para los demás metales?» se preguntaban en un informe reciente. Llegan señales alentadoras. «Prevemos que todas las mineras generen retornos positivos en los próximos cinco años», afirman, con BHP y Glencore liderando. Eso sí, el dividendo y la presión para su recorte seguirá pesando. Pero las «cuatro grandes» ya han dado los pasos clave. Y son las que resurgen. La supervivencia depende de la diversificación.

Los gestores mueven ficha

Los últimos 18 meses han sido infernales para los gestores de fondos especializados en las materias primas o recursos naturales, pero ahora el mercado parece presentarles una nueva oportunidad para brillar. Tras la tormenta, en Carmignac comienzan a estar más constructivos con el sector viendo cómo las valoraciones han encontrado un nuevo suelo y porque las leyes de la demanda y oferta apuntan a un balance eventual. El número de plataformas sigue disminuyendo por lo que esperan una caída significativa de la producción en 2016. Ello se sumaría un su proyección de que el desequilibrio de la demanda se estrechará en un 2 por ciento. La proyección de que Irán aumentará la exportación en 500.000 barriles al día les parece sobreestimada. Sus fuentes apuntan a que ya han dado salida a su exceso de producción vía Irán. Así, vaticinan un rebote en los precios del crudo a lo largo de 2016, pero permanecen selectivos en cuanto a cómo lo aplicarán a sus inversiones.

Michael Hulme, responsable de renta variable de materias primas de la gestora, divide al sector en tres tipos de compañía: los que descuentan severamente la deuda en su cotización y son meramente una jugada a través del rebote del valor; los que tienen un elevado apalancamiento, pero cuya administración se está poniendo las pilas para salir de la zona de peligro; y las raras fortalezas con un balance sólido. Muchas energéticas siguen sin aceptar la idea de una nueva era en las materias primas. Las primeras serán eliminadas; las segundas saldrán del paso, pero con el coste de una dilución; y las terceras lo están haciendo bien, aunque su precio ya lo refleja. El gestor encuentra las oportunidades en estas dos últimas. Han vendido su pequeño nicho en las exploradoras y productoras de crudo mientras que han aumentado su exposición a Occidental Petroleum -uno de los balances más sólidos del sector, apunta Hulme- así como una apuesta modesta por el ruso Novatek, que está bien posicionado para utilizar la debilidad del rublo para compensar la reducción de beneficios; y en áreas nicho de nutrientes para la agricultura, energía renovable y servicios auxiliares.

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Matthew Michael, director de producto de deuda emergente y materias primas de Schroders, también está alcista en el crudo, apostando por compañías de petróleo y gas cuidadosamente elegidas. Afirma que en los últimos seis meses la oferta se ha estado quedando atrás, pero ahora espera que la caída se acentúe, y de manera fuerte. «2016 será un buen año para las inversiores en crudo», defiende, en vistas de que la OPEC ceda a la presión de actuar. Así, están presentes en selectas compañías de exploración y producción.

En el Eurovalor Recursos Naturales, de Allianz Popular Asset Management, también están concentrando sus inversiones en empresas energéticas, concretamente, en petroleras importantes, así como en compañías de materiales básicos. «Ambos tipos son atractivos por valoración», explica Rafael Hurtado, director de inversiones de la gestora. Piensan que el crudo no permanecerá bajo durante años, sino que, poco a poco, y a medida que se ralenticen las inversiones, su precio irá subiendo gradualmente, lo cual se trasladará a los resultados y cotizaciones de las energéticas.

Pero no solo en el crudo se pueden encontrar oportunidades. El Amundi Funds Equity Global Resources es un ejemplo de cómo un buen gestor puede ganar incluso en un entorno complicado. Henrietta Lance, la experta al frente, acumula una rentabilidad del 12 por ciento en el año y lo logra buscando compañías fuertes y dinámicas que se anticipen, no solo a los ciclos económicos, sino también a la evolución en las materias productoras. En energéticas tiene Royal Dutch Shell, Total o Exxon, porque su negocio downstream (refinería) compensa los precios bajos, y en el sector de materiales opta por Alcoa, un ejemplo perfecto, afirma, de una compañía que invirtió fuertemente en materiales avanzados para la ingeniería aeroespacial y automovilística.

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