Leve respiro para reorganizar las carteras
La mejora de las cotizaciones bursátiles durante los primeros días de la pasada semana han sido una oportunidad para que[…]
La mejora de las cotizaciones bursátiles durante los primeros días de la pasada semana han sido una oportunidad para que algunos gestores reorganicen sus carteras hacia posiciones más conservadoras, mientras otros siguen manteniendo que hay sobrerreacción del mercado y esperan un importante rebote en breve. Alguna entidad española se ha permitido el lujo de señalar que la Bolsa española podría subir un 30 por ciento de aquí a finales de año y colocarse en los 12.000. Las apuestas son gratis y, por desgracia, ni siquiera funciona la hemeroteca en estos casos para recordar a los adivinos tanto optimismo poco justificado.
Pero el comportamiento de las cotizaciones ha puesto en evidencia la debilidad de cualquier reacción. Ni siquiera un incremento del precio del petróleo es suficiente para que se mantenga la buena racha. Al menor rumor o declaración institucional, como la última de la OCDE advirtiendo de una caída de la actividad económica mundial, los bancos se ponen a liderar, todos a una, las pérdidas y los índices terminan por claudicar en rojo.
Curiosa la situación de los bancos europeos. Aprobaron en su gran mayoría los test a los que fueron sometidos no hace mucho por la autoridad bancaria y ahora resulta que su solvencia no está tan asegurada. Algunos de los más señalados ahora por su riesgo lograron incluso sacar un notable en las pruebas de fuerza. Un amigo exbanquero me contaba esta semana que lo que ocurre es que los test y las inspecciones de los bancos centrales no buscan donde podrían encontrar debilidades y realizan un labor más academicista que práctica. Él esta convencido de que los responsables de los bancos centrales deberían ser profesionales que hubieran trabajado en entidades financieras y "a ser posible de las que tuvieran dificultades porque ellos saben mejor que nadie donde se ocultan los problemas de solvencia".
Entramos así en la última semana de un mes que puede convertirse en el tercero consecutivo de pérdidas en la mayoría de las carteras. No se había dado tan mala racha en los últimos cinco años.