¿Qué asusta más que China y el crudo? La iliquidez en la deuda high yield
La incertidumbre política en España no les asusta y han aprovechado los precios actuales para reafirmar su jugada con la recuperación económica del país. Lo hacen con la banca, pero la retail, con CaixaBank y el Popular. También, con el sector de medios,
"¿Mi principal miedo? La iliquidez en el mercado de crédito". No es China lo que debería preocupar a los inversores, es la renta fija. En una comida con la prensa financiera, Jean Louis Laurens, CEO de Rothschild & Cie Gestion, alertó de los riesgos de un mercado complaciente con el riesgo real que existen en los bonos high yield.
Las caídas en China, como también comentan muchos analistas, son exageradas, según ven. La transformación de su economía hacia la de un país maduro tiene sus consecuencias, como es de esperar. En cuanto al crudo, será un foco de estrés para los países emergentes que dependan de la materia prima, pero, a largo plazo, ven un rebote y estabilización en los 30 dólares. Fundamentalmente, no ven una catástrofe en la economía mundial. Pero los inversores no viven sin riesgo.
Precisamente el high yield -deuda por debajo del grado de inversión- está siendo una de las grandes apuestas para la renta fija este año. Hay mucha confianza depositada en el mercado, especialmente en el de países emergentes, que ofrecen en estos momentos rentabilidades muy atractivas. Pero, si algo ocurre, si comienzan a haber impagos, si hay un susto en el mercado de bonos casi basura como el que ya vivimos en verano, que recuerda peligrosamente a esas primeras señales de peligro en 2007, las ventas masivas arrancarían en cadena. Y el problema con las ventas impulsadas por el miedo es no tener a alguien al otro lado para comprar. La iliquidez del mercado que se multiplica con el efecto contagio.
En el segmento de high yield norteamericano tiene un peso importante el sector energético. Si comienzan a quebrar -recordemos el crudo tocando mínimos de 12 años estos días- ponen en juego la banca acreedora. Una crisis de confianza, que provocaría la retirada masiva de capital, no sentaría bien a un mercado menos líquido a causa de las mayores restricciones regulatorias tras la crisis. "Ya no existe una clase de activos sin riesgo", sentenció.
No por eso está el mercado falto de oportunidades. Como el consenso, apuestan por la bolsa europea en previsión de un crecimiento de beneficios que se está estancando en Estados Unidos.
La incertidumbre política en España no les asusta y han aprovechado los precios actuales para reafirmar su jugada con la recuperación económica del país. Lo hacen con la banca, pero la retail, con CaixaBank y el Popular. También, con el sector de medios, con Atresmedia, y el turismo, con Solmania y NH Hoteles.
Refuerzan su estrategia en España
A Rothschild &Cie Gestion no solo les interesa la bolsa nacional. Entre sus planes comerciales para España, destaca el desembarco de una de sus estrategias clave: el smart beta, una estrategia basada en algoritmos propios que buscan descorrelacionar la cartera de los movimientos del mercado.
De momento, en nuestro país solo está disponible a través de ETFs, pero la intención es que llegue también a través de fondos de inversión. "Estamos en busca de partners institucionales", cuenta el CEO. Su versión del smart beta está centrada en el control del riesgo, uno de los principales objetivos, creen, que se debería marcar el inversor, viendo cómo los mercados se están complicando. En esa línea, también tienen en mente traer los UCITs hedge fund y fondos con estrategias globales macro.
La familia Rothschild tiene una larga reputación de ser innovadores. Fueron los primeros en invertir en la revolución industrial. La actual generación de los barones franceses tampoco piensa quedarse atrás.