Pésimo ánimo de los inversores: ni rastro del "efecto enero" en las Bolsas
Los analistas creen que sigue habiendo margen para las bajadas, aunque algunos creen que enero podría terminar en tablas o incluso al alza
El año ha comenzado mal. No sólo porque se inició con la peor caída para una primera sesión de un ejercicio desde 1997 en el caso del Ibex-35, sino porque los descensos y el nerviosismo han continuado durante toda la semana. El primer detonador de los retrocesos fue China, con un dato económico regular, la previsión de que próximamente se levantaría el veto a las ventas de acciones por parte de grandes propietarios de títulos y gestores de empresas, los efectos perniciosos que terminó teniendo el interruptor del mercado que suspendía automáticamente la negociación cuando las caídas llegaban al 7%, la noticia de la reducción de sus reservas y las nuevas devaluaciones del yuan que hacen temer la reactivación de la guerra de divisas y nuevas oleadas deflacionistas. A todo ello se unió el recrudecimiento de las tensiones en Oriente Medio, con la ruptura de relaciones entre Arabia Saudí e Irán, que llevó consigo un nuevo tirón bajista para el barril de Brent, que marcó su nivel más bajo desde 2004. Además, Corea del Norte anunció que ya tiene la bomba de hidrógeno. Y el Banco Mundial, como colofón, revisó a la baja las previsiones globales de crecimiento por la debilidad de los países emergentes y advirtió de la posibilidad de inestabilidad en los mercados financieros por peligrosos movimientos de capitales.
La caída del Ibex-35 en el año ya es de un 6,65%.Y no es la mayor entre los mercados europeos, puesto que el Dax alemán retrocede un 8%. Pero es que el selectivo español partía en peor situación, con una caída en 2015 de algo más de un 7%, frente a los avances de alrededor de un 10% en Fráncfort, Milán y París.
«El comienzo de año está siendo muy complicado en las Bolsas y en la española, más, porque la cuestión política no ha dejado que el Ibex-35 se recuperara como lo hicieron otros índices. Por eso el selectivo ha perforado ya los mínimos del año pasado y el resto aún no ha llegado ahí», comenta Óscar Germade, de BNP Paribas Personal Investors. «No sé si las caídas van a ir más allá, o no. Lo más probable es que sí. El nivel crítico estaba en los 9.231 puntos y se ha perdido. La siguiente referencia importante está en los 8.750 puntos. Ése es el objetivo de la corrección y podría ser un nivel razonable para que se pararan las caídas. De perderse también esa cota, el siguiente nivel de relevancia estaría en los 7.500 puntos», continúa Germade.
Enero como pista para el año
Muy mal comportamiento se adivina, por tanto, para un primer mes del año que muchos inversores toman como pista de lo que puede ser todo el ejercicio. De hecho, hay una cierta correlación estadística entre el resultado de enero y el del año. Ni rastro, en todo caso, del tradicional «efecto enero», del frecuente positivo inicio de año en las Bolsas, fruto de las tempranas tomas de posiciones y construcción de carteras. Nicolás López, de MG Valores, no descarta que el indicador termine perforando los 8.800 puntos. Para este experto, la situación del Ibex-35 es especialmente débil por la exposición que tienen a Latinoamérica sus más importantes componentes. Añade que el indicador podría tener un margen del 10% de caída, hasta los 8.200 puntos, debido a que ésa es la distancia existente entre los niveles a los que cotizan los índices internacionales principales y sus soportes. En opinión de López, ése sería el límite de las caídas en el caso en que esta situación de inestabilidad se prolongue durante unos meses.
«Los mercados están débiles y en una fase de corrección que puede durar semanas o meses. Es difícil saber qué tiene que pasar para que desaparezcan los temores», comenta el experto de MG Valores. Eduardo Faus, de Renta 4, también señala el nivel de los 8.800-8.700 como la siguiente parada en la secuencia descendente. Este analista no cree probable que se perfore a la baja ese nivel pero, en ese caso, en los 8.300 puntos estaría el siguiente objetivo bajista del índice.
Para tener alguna pista internacional más, podríamos fijarnos, de acuerdo con Eduardo Faus, en los 3.000 puntos del Eurostoxx 50.
De momento, José Luis Martínez Campuzano, de Citi, comenta que los mercados están en un estado de pánico e irracionalidad, y que lo más peligroso es la escasa liquidez que se observa en todos los activos, es decir, que es difícil encontrar contrapartida para las operaciones, así como la elevada correlación entre los activos, dado que todo está cayendo a la vez y no se encuentra con qué cubrir las posiciones, aunque niega que esta crisis tenga algo que ver con la asiática de finales de los noventa o con la que estallaba en el año 2008.
Pero Nicolás López recuerda que también el pasado verano vimos fortísimas caídas en los mercados por China para después rebotar de manera importante. Por eso está predispuesto a pensar que algo así ocurrirá ahora también. «No pinta bien, pero la situación puede cambiar de un momento a otro», apunta Óscar Germade. Quizás cuando se vuelva a caer en la cuenta de que lo que sucede es el precio que hay que pagar por el cambio de modelo económico en China y que la factura es asumible. En opinón de López, lo que anularía esa expectativa positiva sería que las economías española y europea se deterioraran también, aunque esa posibilidad no entra en su escenario.
Para Faus, después de una caída del 16% desde máximos de noviembre, el riesgo de que siga cayendo es menor.
¿Puede cerrar enero en verde?
¿Dará tiempo a que enero cierre en positivo? Jaume Puig, de GVC_Gaesco, opina que a la Bolsa le queda ya poco margen a la baja. Alrededor de una semana, precisa, aunque en su firma ya han empezado a comprar aprovechando los últimos recortes, sobre todo en la zona euro y compañías cíclicas. Porque a partir del día 20 de enero comienza la publicación de unos resultados empresariales que van a ser buenos y que pueden ser el impulso que necesita la renta variable para comenzar a recuperar. No sabe si enero podrá tener cierre alcista, pero sí cree que el final del primer trimestre no será negativo, por el peso de los buenos resultados empresariales, que se impondrá al del «ruido» que en su opinión es lo que ha llevado a los índices a caer en los últimos días.
Ignacio Cantos, de Atl Capital, sí confía en un saldo en tablas o incluso en positivo para el Ibex-35 en el mes de enero. Por fundamentales, asegura, la Bolsa debería estar más alta. Hace referencia, como Puig, al crecimiento del 6% en los beneficios que se espera en Europa y al hecho de que ningún inversor esté exigente en cuanto a esto. Hay un sentimiento muy negativo en general. Pero Germade añade que los resultados comienzan a presentarse ya muy avanzado el mes de enero, sobre todo en Europa, donde es fácil que las cuentas batan expectativas, por lo que apunta que es complicado que pueda acabar en positivo.
De acuerdo con Eduardo Faus, enero puede terminar buscando una zona de suelo desde donde poder rebotar a partir del mes de febrero. ¿Dónde puede estar buscando ese suelo? Según este experto, en el entorno de los 8.800 puntos.
Ése sería, de todas maneras, un nivel de compra de Bolsa, según afirma Óscar Germade. Ya decía Puig que ya ha comenzado a tomar posiciones en la Bolsa. En España en concreto, Faus cree que conservan buen aspecto técnico compañías como Amadeus, Grifols, Enagás, Endesa o Iberdrola. Ignacio Cantos no descarta Repsol o Telefónica y enumera otras compañías como Ferrovial, Amadeus, OHL, Mapfre o Acerinox.
Pero quizás este arranque de año sea premonitorio en cuanto a que va a ser volátil, como anticipan muchos analistas. Y no sólo por China, el crudo y la geopolítica. También, posiblemente, por Estados Unidos y la Reserva Federal norteamericana, además de por el Banco Central Europeo. Por eso, los expertos de Banca March avisan de su posición algo más cauta de cara a la evolución de los mercados. La firma redujo el riesgo en las carteras en noviembre y diciembre y ahora aconseja mantener las posiciones.
Pendientes de la inestabilidad política española
Además de a China, la delicada situación de muchos emergentes, la bajada del precio del petróleo y las dudas sobre la fortaleza del crecimiento mundial, la Bolsa española se enfrenta a incertidumbres internas que tienen que ver con la política. Las elecciones del pasado 20 de diciembre dejaron el panorama tan abierto que puede terminar ocurriendo casi cualquier cosa desde una gran coalición entre el PP y el PSOE con el apoyo de Ciudadanos, hasta la necesidad de convocar nuevos comicios, pasando por la posibilidad de un pacto entre los partidos de izquierda que podrían buscar algo de respaldo de las fuerzas nacionalistas. Para Nicolas López, de MG Valores, en estas circunstancias, con esta incertidumbre va a ser complicado que entre dinero en la Bolsa española hasta que se aclare la situación. Pero, ¿qué solución sería la más favorable para la Bolsa? Óscar Germade, de BNP Paribas Personal Investors, comenta que la mejor salida sería un pacto PP-PSOE y añade que antes que un acuerdo de las fuerzas de izquierda, se preferiría una repetición de las elecciones. Pero apunta que los cuatro o cinco meses de incertidumbre que conllevaría este último escenario no serían gratis. Ignacio Cantos, de Atl Capital, resta importancia a esto último, porque sigue habiendo Gobierno en funciones y, además, los presupuestos de 2016 están aprobados.