Los siete riesgos que pesan ahora sobre los mercados

China y la situación de los emergentes, el débil crecimiento global y la evolución del crudo son algunas de las preocupaciones de los inversores

El año 2015 acabó mal y 2016 ha comenzado en la misma línea. Además, a nivel global. Porque son muchos los frentes abiertos que tienen los mercados y será bastante difícil que éstos remonten el vuelo. 

1. China ha ocasionado el primer sobresalto del año. Los datos económicos que se publicaron el primer día del año, débiles, provocaron una salida en estampida de su mercado de renta variable que obligó a activar la suspensión de la negociación de acciones, un instrumento que entraba en vigor justo esa jornada. El resto del mundo se contagió de ese descenso. Al día siguiente, rebote débil, cauto, en las bolsas, acompañado de compras de renta fija y de oro, lo que significa que los inversores continuaban temerosos, pese a la intervención de las autoridades chinas, se cree que de manera directa, comprando acciones a través de fondos públicos, y se sabe que inyectando dinero a la banca. La que sentó rematadamente mal fue la medida que adoptó ayer: devaluar el yuan hasta su nivel más bajo desde 2011. Precisamente, fueron las tres devaluaciones de la divisa que acometió el pasado mes de agosto las que provocaron una seria corrección en la renta variable global el verano pasado. Ello porque lanza el mensaje de que la economía china puede estar de verdad en serios problemas. También, porque puede desatar devaluaciones competitivas en Asia y ello insuflar vientos deflacionistas al resto del mundo. Y ninguna de las principales economías va muy sobrada de inflación. 

2. Estados Unidos puede también estar en una situación delicada. Sus datos económicos (por ejemplo el de empleo que se conoció ayer) siguen siendo buenos. Pero se empieza a ver una cierta sombra de agotamiento del ciclo económico. Desde Groupama, Iván Díez Sainz comenta: "La reciente publicación de encuestas de coyuntura de empresas en áreas fuertemente vinculadas a la exploración energética (sobre todo Kansas) lleva a pensar que el descenso del precio del petróleo probablemente ha pesado en el clima global. Pero más allá del impacto de los precios del petróleo, el análisis de esta encuesta sugiere que los fabricantes también están decepcionados por las perspectivas de demanda y sienten la necesidad de continuar liquidando existencias. Por otra parte, la contracción de la actividad industrial sigue siendo generalizada, como el mes pasado, a una mayoría de los sectores". Esta firma apunta que la industria americana está en recesión. Y que ahí continuará. Y que la previsión de crecimiento para el cuarto trimestre del año queda limitada a un 1,5% en tasa anualizada, con riesgos a la baja. 

Ello, según Groupama, hace que la tarea de la Reserva Federal sea más complicada de lo que parecía. De hecho, de acuerdo con las últimas actas, que se publicaron anoche y corresponden a la reunión, la de diciembre, que fue cuando se subieron los tipos de interés por primera vez desde 2006, a muchos de sus miembros les resultó difícil votar por el incremento del valor del dinero. El mercado prevé que habrá dos subidas de los tipos de interés este año. Desde Groupama apuestan porque la institución se tome su tiempo antes de seguir con su subida de tipos y opinan que en junio se producirá el próximo movimiento. Pero el vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, dice que serán cuatro los incrementos. Estas dudas, esta incertidumbre, hacen prever que las especulaciones alrededor de lo que pueda hacer la Fed inyectarán volatilidad.

3. El petróleo. Una de las cuestiones que está detrás del debilitamiento de la economía americana es la caída del precio del crudo. Hay fundamentales detrás, como la caída de la demanda ante la mayor debilidad de China, que es el principal importador de materias primas del mundo. Pero tras la bajada del precio del barril también hay mucha política. La que está desarrollando Arabia Saudí para liquidar a la competencia. En primer lugar, su objetivo parecía estar en las empresas americanas que desarrollan nuevas técnicas de extracción (el fracking), pero se está extendiendo a Rusia, que combate al Estado Islámico en alianza con el dictador sirio Bachar al-Asad, y ya, por último, a Irán, con quien recientemente ha abierto una cruenta crisis tras decidir el régimen saudí el asesinato del clérigo chií Nimr al Nimr. A la ruptura de relaciones entre los dos países, se ha unido la forzada bajada del crudo auspiciada por Arabia Saudí para expulsar del mercado a Irán. En la jornada de ayer, el crudo Brent y West Texas cayeron más de un 5%. El Brent, en particular, perdía el nivel de los 35 dólares por primera vez desde 2004. Que continúe la caída del crudo puede provocar serios problemas en países productores que no pueden convivir con precios tan bajos, como Rusia, Venezuela, Ecuador o Brasil, por poner unos pocos ejemplos. Y ello, en un contexto de subidas de tipos de interés puede provocar movimientos de dinero que generen inestabilidad a nivel mundial. Kaushik Basu, economista jefe del Banco Mundial, advirtió ayer del riesgo de peligrosos movimientos de capitales. 

4. La crisis geopolítica en Oriente Medio está llegando a los niveles más elevados de las últimas tres o cuatro décadas. El conflicto entre los chiíes (representados fundamentalmente por Irán) y los suníes de Arabia Saudí tiende sus redes hasta el que se considera mayor riesgo global: el Estado Islámico, la versión más extrema de las ideas saudíes. Los ataques terroristas en Occidente (aunque se produzcan sobre todo en países árabes y contra musulmanes) pueden tener poder desestabilizador en el mercado, pese a que los que tuvieron lugar en París fueran limitados. También el combate contra el Daesh puede llevar consigo renovadas tensiones, como la que estalló hace unas semanas entre Turquía y Rusia, con claras consecuencias económicas para ambos. 

5. Corea del Norte, con la cuestionada prueba de la bomba de hidrógeno de la que dice disponer, nos recordó ayer que los focos de inestabilidad geopolítica son muchos y que uno de los puntos calientes del planeta está en Extremo Oriente. El deshielo de las relaciones entre India y Pakistán, con la visita realizada por el primer ministro indio, Narendra Modi, al país vecino, se ha visto anulado por la crisis que puede surgir entre Corea del Norte, su vecino del sur y Estados Unidos. 

6. Un crecimiento global decepcionante y desigual a nivel global. Son las palabras que utilizó la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, para definir el contexto económico del año 2016. Ayer mismo a última hora, el Banco Mundial rebajaba cuatro décimas su previsión de PIB mundial para 2016, desde el 3,3% que esperaba en junio hasta el 2,9%, debido al debilitamiento de los países emergentes, como China, que prevé que crezca un 6,7%, además de Brasil o Rusia. También los países desarrollados sufrieron rebajas, pero de menor dimensión: la previsión de crecimiento para Estados Unidos es de un 2,7% para 2016 y la de la zona euro, de un 1,7%. La ralentización del crecimiento económico hace dudar sobre la evolución de los resultados empresariales que son, al fin y al cabo, los que terminan cotizando en la Bolsa. 

Publicidad

7. El Banco Central Europeo lleva cerca de un año inyectando dinero en la economía sin que la inflación haya reaccionado de manera suficiente y sin que los mercados europeos hayan despuntado claramente (a excepción de la deuda). Ello puede tener una cara positiva y otra negativa. La positiva es que, ante la escasa respuesta, los inversores pueden especular con que el BCE tome más medidas de estímulo y, al final, acabe cumpliéndose esa expectativa. La negativa es que se dé la causa por perdida y el BCE deje de inyectar dinero. También puede suceder que la inflación repunte gracias a la mejora del consumo y del empleo y que entonces lo que comiencen a adelantar los inversores sea una finalización del programa de compra de activos. 

Álex Fusté, economista jefe de Andbank, resume que ahora mismo el mundo de las finanzas se mueve entre dos escenarios antagónicos. El primero, el escenario malo, se reduce, en su opinión, a lo siguiente: una China que se desmorona, una economía americana que decepciona notablemente y unos efectos financieros del colapso de las materias primas que trasciende y va más allá de empresas de minería y energéticas. Quien apueste por este escenario, comenta Fusté, debe vender acciones y comprar bonos. El segundo escenario, el que él denomina "suficiente", se resumiría en estas hipótesis: una China que sale del paso de sus reformas con un crecimiento decente del 6%, una economía americana que se las arregla para mantener crecimientos superiores al 2,5% y una economía europea que logra mantener el ritmo ascendente en su actividad. El inversor que crea que será este último escenario el que se hará realidad ha de comprar, en opinión de Fusté, acciones con perfil "value" preferiblemente de Europa y Asia y vender todo tipo de deuda "AAA".

En portada

Noticias de