La eterna frustración del cliente bancario

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No hay mayor frustración que sentirse engañado o maltratado como cliente, que te de la razón el supervisor de turno, pero que la empresa no rectifique. Es un proceso que, por desgracia, se da mucho en España y, especialmente, en el mundo financiero porque las resoluciones del Banco de España y la CNMV no son vinculantes para las entidades financieras cuando se llega a presentar una queja ante ellas. Existe una Directiva europea que debería haber sido traspuesta en España antes de julio pasado para acabar con esta situación, pero el Gobierno ha decidido que "por su complejidad" debía posponerla hasta no sabe cuándo y, desde luego, hasta una próxima legislatura.

Pese a la crisis financiera y las pérdidas que han debido afrontar muchos clientes bancarios y accionistas, pese a las ayudas que ha recibido el sector financiero, pese a la necesidad de una creciente transparencia... nadie quiere ponerle el cascabel al gato. Hasta ahora, todos los gobiernos prefieren mantener los inútiles servicios de reclamaciones del Banco de España, CNMV y Dirección General de Seguros para aparentar lo que no es cierto: una preocupación por el cliente. Uno llega a pensar que no se resuelve el problema porque son conscientes de que esta situación obliga a plantear ante la justicia ordinaria lo que podría ser fácilmente resuelto, contribuyendo así al colapso de la administración de Justicia. Así, con una justicia colapsada y unas instituciones inútiles todos ganan, menos uno: el cliente bancario

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