Grecia, ¿caballo de Troya?
Semana marcada por la incertidumbre sobre Grecia.
Semana marcada por la incertidumbre sobre Grecia. El asunto parece ir para largo ya que los planes de extensión temporal y la modificación de condiciones son una patada hacia adelante al problema no llegando a afrontar el tema de manera contundente. Podemos caer en errores del pasado y hacer el problema más grande. Las ultimas noticias que llegaron y que aceleraron el proceso de negociación entre las partes fue el acercamiento de Rusia y China hacia Grecia, o tal vez deberíamos decir las posibles alternativas de Grecia si la cuerda se rompe debido a la tensión excesiva que ha mantenido en las negociaciones económicas con los diferentes Entes financieros europeos.
El movimiento también se pudo ver por parte de la zona euro y BCE como un órdago del Gobierno heleno cuya actitud y postura ha sido desafortunada desde sus primeros pasos en el poder. El motivo de esta actuación es, por una parte, buscar alternativas ante una situación financiera delicada, y, por otra y más importante, un hecho que podría acelerar el proceso de una posible salida del euro de Grecia ya que la zona euro no vería con buenos ojos la entrada indirecta de rivales económicos a través de la financiación de estos países al país heleno, lo que generaría discrepancias entre intereses totalmente enfrentados. Sería introducir el caballo de Troya en la zona euro que no generaría una guerra bélica pero si una batalla financiera. Este movimiento efectuado por estos países les abriría la puerta a Europa , pero aceleraría la salida de Grecia de hacerse efectivo.
Europa no permitiría un país perteneciente a la eurozona financiado por otros medios que no sean los establecidos por su núcleo financiero, pero tampoco quiere una salida forzada de Grecia, motivo por el cual dicho movimiento parece más un órdago basado en una odisea griega en la que todos los gobernantes actuales pretenden ser héroes del populismo. De nuevo las partes tensan la cuerda de la negociación pero aquélla que debería ser más sosegada en sus declaraciones y actuaciones, está siendo la que quiere establecer las condiciones sobre algo que no tiene potestad, no digo que su actitud pase a ser esclava, pero sí que debería no poner más impedimentos a unas negociaciones que ya son complicadas de por sí.
El plan de aproximación a nuevas fuentes de financiación no es viable y sólo sirve para lo antes comentado. Nadie en su sano juicio económico, financiaría a un deudor moroso, nadie tira el dinero sobre una economía que no tiene un plan viable económico que aboga por retornar a un plan que le ha llevado a la situación actual. Grecia además saldría de una estructura financiera estable y comenzaría un camino en el que perdería su mayor valor, una relación comercial con Europa que representa el 58% de su negocio principal, en los diferentes sectores de su economía.
Las últimas actuaciones griegas sitúan en una posición de privilegio a Europa ya que parecen acabársele las balas del chantaje . Tal vez sea el momento en el que el otro lado de la cuerda tire con contundencia, es el momento de que el BCE tome sus decisiones y éstas no van a esperar mucho más. Grecia es quien tiene que perder y este posicionamiento desde el comienzo de la negociación puede socavar de manera negativa en sus expectativas marcadas desde un inicio. Aún quedan decisiones por tomar antes del 28 de febrero, por lo que si no se llegara a un acuerdo el país heleno seria un barco a la deriva, esta situación es muy poco probable, pero el nuevo Gobierno griego no quiere defraudar a la ciudadanía, esperará hasta el último momento y valorará todos los caminos posibles, aunque sabiendo que solo tiene uno: aceptar las condiciones.