Gestión multiactivo o cómo minimizar el riesgo en la cartera

Después de un periodo de cierta estabilidad en los mercados, a pesar de las tensiones provocadas por el conflicto en Ucrania y por la incertidumbre generada por el referéndum en Escocia, las bolsas europeas se han vuelto a sacudir tras las palabras de Draghi.

Después de un periodo de cierta estabilidad en los mercados, a pesar de las tensiones provocadas por el conflicto en Ucrania y por la incertidumbre generada por el referéndum en Escocia, las bolsas europeas se han vuelto a sacudir tras las palabras de Draghi alertando de que la recuperación europea está "perdiendo impulso". Si esta es la realidad en el mercado de acciones, por su parte, en renta fija nos encontramos con que los bonos soberanos de los considerados países centrales están ofreciendo rentabilidades muy bajas, sobre todo el bund alemán a 10 años, cuyo rendimiento ha llegado a caer por debajo del 1%.

Estos datos conviven con una realidad bastante distinta al otro lado del Atlántico, donde la situación parece bastante más alentadora. Como muestra, algunos indicadores macroeconómicos. El ISM manufacturero ha escalado hasta los 59 puntos, un dato no visto desde marzo de 2011 y la Confianza de los consumidores ha alcanzado 92,4; situándose en niveles de octubre de 2007. A lo que habría que añadir el reciente hito alcanzado por el S&P 500, que acaba de batir los 2.000 puntos.

Y, todo ello, además, en un entorno caracterizado por la divergencia en las políticas monetarias de los bancos centrales de las principales economías, que han emprendido caminos diametralmente opuestos. Si la Reserva Federal está escribiendo ya las últimas páginas de la retirada de su programa de Estímulos, por su parte, el Banco Central Europeo sigue apostando por una política acomodaticia y ha manifestado su total predisposición a activar nuevas medidas no convencionales para combatir el riesgo de un periodo prolongado de baja inflación. 

Habida cuenta de este escenario, todo parece presagiar que los mercados se verán forzados a seguir lidiando con la incertidumbre, lo que podría dar lugar a una mayor volatilidad. Por ello, consideramos que la gestión activa de una cartera diversificada, en la que se delegue en el gestor el mandato para tomar las decisiones de asignación de activos, podría convertirse en una buena opción que permita mitigar estas incertidumbres.

No hay que olvidar que se trata de estrategias que, a partir de un disciplinado proceso de inversión y siguiendo un riguroso de control de riesgo, serán capaces de capturar las subidas en los momentos de mercado alcistas y que, por el contrario, minimizarán las caídas en los momentos bajistas, pues la filosofía sobre la que se asientan es la preservación del capital.

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