Economía y moral
El FMI incluye en su última revista mensual (Finanzas y Desarrollo), un interesante artículo que indaga en la relación (si la hay; yo creo firmemente que sí) entre economía y moral.
El FMI incluye en su última revista mensual (Finanzas y Desarrollo), un interesante artículo que indaga en la relación (si la hay; yo creo firmemente que sí) entre economía y moral. ¿Y las valoraciones que subyacen en las decisiones económicas? Cuestión de la política y sociedad, dirán muchos de mis colegas. Bueno, quizás. Pero no sólo.
¿Y la moralidad? De esta pregunta surgen otras tres mas:
1. ¿El funcionamiento económico permite la moralidad?
2. ¿El pensamiento económico va más allá de sus límites?
3. ¿Desalienta la moralidad estudiar economía?
Los acontecimientos de las últimas horas, en buena parte repetidos de otros acontecimientos similares que ocurrieron hace años, que ocurren en mayor o menor medida con terrible frecuencia, deben hacernos pensar a todos sobre esta relación entre moralidad y economía. Yo por mi parte, les incluyo algunas de las citas más relevantes que conozco sobre esta cuestión. En definitiva...
-Henry David Thoreau: La mayoría de los hombre viven una vida de tranquila desesperación
-Aristóteles: Una vida de lucro es una que se lleva en forma compulsiva, y evidentemente la riqueza no es el bien supremo que buscamos, porque sólo es útil em orden a otro bien
-Ralph Waldo Emerson: ya sea en nuestro trabajo burdo o refinado, plantar maíz, o escribir poemas épicos, tan sólo por ser un trabajo honrado, hecho para la propia aprobación, obtendrá una recompensa para los sentidos así como para el pensamiento: no importa cuántas veces seamos derrotados, hemos nacido para la victoria. La recompensa por algo bien hecho es haberlo hecho
-Andrzej Rapacynski: por eso el trabajo, que es la base de la vida económica, lejos de esclavizar a quienes lo realizan, es la expresión primordial de la creatividad humana, la verdadera producción de una nueva realidad regida por el intelecto y la imaginación humanos, en la cual podemos reconocernos y formarnos según nuestra propia voluntad
-Deirdre McCloskey: siete virtudes de la vida económica de la clase media: amor (benevolencia y amistad); fe (integridad), esperanza (espíritu emprendedor), coraje (entereza y perseverancia), templanza (moderación y humildad), prudencia (conocimientos y previsión) y justicia (equilibrio social y honestidad)
-Adam Smith: restringir el egoísmo y permitirnos disfrutar de los efectos benevolentes, constituye la perfección de la naturaleza humana
-Alfred Marshall: la economía es el estudio de los seres humanos en las ocupaciones ordinarias de la vida.
La moralidad no se debe dejar nunca de lado, en cualquier faceta de nuestra vida.