A pesar de las bajadas, hay pocos nervios
Técnicamente hablando, este jueves no ha sido muy bajista, ya que bajaron 1.786 acciones en el NYSE, frente a las 1.305 que subieron, y 111 que quedaron en tablas.
Técnicamente hablando, este jueves no ha sido muy bajista, ya que bajaron 1.786 acciones en el NYSE, frente a las 1.305 que subieron, y 111 que quedaron en tablas. Sin embargo, es la parte positiva que puedo decir, puesto que si miro por debajo de la superficie veo que 276 valores marcaron un nuevo mínimo de 52 semanas, frente a los 33, que marcaron un nuevo máximo, mientras que el volumen ascendió a 3.400 millones de dólares, superando de esta forma la media del último mes.
Si unimos esto al hecho de que ya tenemos un nuevo mínimo decreciente, todo parece indicar que la presión vendedora va a continuar hacia el primer soporte de los 15.620,90 puntos, y que corresponde con el retroceso por Fibonacci del 38,2 de la subida previa, desde los mínimos de octubre.
Los medios de comunicación hablan del miedo del mercado de valores al hecho del posible inicio del tapering este año, pero a la vista de lo poco que está subiendo el VIX, no parece que los inversores estén poniéndose nerviosos.
El VIX sigue por debajo de lo que considero la zona de extrema tranquilidad, y que actuó como soporte a lo largo de los últimos años. Todo el mundo comienza a pensar que, efectivamente, la FED va a comenzar a reducir el programa de expansión cuantitativa de 85.000 millones de dólares mensuales este mismo mes. Reconozco que no hay cosa que me encantaría ver más que eso, pero no creo que sea posible. Motivos para ellos ahí muchos. Recordarán que el pasado 17 de octubre, EE.UU. se acercó al umbral del impago, y el presidente Obama tuvo que firmar un decreto especial para elevar el techo de deuda hasta el próximo 15 de enero. En ese momento, la deuda alcanzó los 16,73 billones de dólares, tal y como se puede ver en el siguiente gráfico de la propia FED:
Hoy, esta deuda está en los 17,22 billones de dólares, lo que implica un incremento de 487.843 millones de dólares en casi dos meses. Y es que la necesidad de dólares por parte de EE.UU. para su supervivencia es una razón de peso para aflojar el pie del acelerador del QE3. Y todo parece indicar que los problemas van a ir a más.
Recordarán que la semana pasada un juez dictaminó que Detroit tenía carta verde para declararse en quiebra. Este permiso implica que, a partir de este momento, podríamos ver quitas en las pensiones de los trabajadores jubilados de la ciudad. De acuerdo con la constitución de EE.UU., las leyes de bancarrota son un asunto nacional. Sin embargo, los estados tienen su papel también. El estado de Michigan permite que las ciudades que declararen en quiebra, pero la constitución sostiene que los beneficios de las pensiones (uno de los grandes pasivos de Detroit) no puede verse disminuido o menoscabado. Detroit ha apelado, y ganado, este extremo y, por lo tanto, se abre el camino a un nuevo robo a la población jubilada de la ciudad. Esto asolará aún más a una ciudad, que contaba con casi 2 millones de personas en 1950 y que se redujo hasta las 684.000.
Detroit cuenta con una de las tasas más altas de impuestos de la propiedad de todo EE.UU. y, a pesar de ello, los políticos quieren gravarlas aún más y llevarse los beneficios que sus ciudadanos consiguieron y pagaron con su sudor. Todo el mundo se pregunta si gravar aún más estos beneficios es excesivos o no y, sin embargo, nadie pide explicaciones a los antiguos dirigentes y actuales para preguntarles cómo desperdiciaron/robaron miles y miles de millones de dólares. Es más, tenga por seguro que ningún político irá a la cárcel por lo que está sucediendo en Detroit.
De media, las propiedades de Detroit perdieron dos tercios de su valor entre 1960 y 1980 y, desde entonces, aún han caído más. La ciudad cuenta con un déficit estimado de 3.500 millones de dólares, dedica el 38 por ciento de sus ingresos fiscales al servicio de la deuda, y se estima que ese porcentaje se eleve al 65 por ciento en cinco años.
La prensa no le está prestando ninguna atención a lo que ocurre en Detroit porque quieren hacernos ver que no importa, pero realmente lo que está ocurriendo en Michigan importa, y mucho. Hay otras muchas ciudades en los estados de California e Illinois que se encuentran en el mismo barco. De hecho, la población de Desert Hot Spring, una pequeña ciudad de 26.000 ciudadanos en el estado de California, ya ha avisado que el próximo 31 de marzo se queda sin dinero para poder hacer frente al pago de salarios y jubilaciones.
Y es que esta ciudad literalmente "balnearia", con 16 spas de lujo a 180 kilómetros de Los Ángeles, gasta cerca del 70% del presupuesto municipal a las necesidades del servicio de orden público. "Es obvio que no podemos continuar con los salarios y las pensiones, que están en un nivel estratosférico, por mucho que queramos a nuestro departamento policial", comentaba el concejal Russell Betts en una entrevista para Reuters. Desert Hot Springs ya se declaró en bancarrota en el año 2001, después de perder una demanda por varios millones de dólares, y tuvo que emitir 9,7 millones de nueva deuda para financiar su salida del capítulo 9 de bancarrota.