Bolsa: los síntomas que nos adelantaban la corrección
Mientras el selectivo español superaba los 10.000 puntos, a nosotros había algo que no nos cuadraba: no sólo subían las[…]
Mientras el selectivo español superaba los 10.000 puntos, a nosotros había algo que no nos cuadraba:
no sólo subían las Bolsas, es decir, los activos financieros de mayor
riesgo, además del euro y las deudas de la Europa periférica, sino que
también ganaban posiciones los activos refugio, es decir, el oro y las
deudas más conservadoras, como la estadounidense y la alemana.
Ayer nos empezaron a cuadrar las cosas cuando se publicó el informe oficial de empleo de Estados Unidos.
Se daba a conocer con retraso, con el impuesto por el cierre de la
Administración americana, dado que siempre se publica el primer viernes
de cada mes. Bien, sucedió lo mejor que puede ocurrir en un momento como
éste: fue lo suficientemente bueno como para no temer demasiado por
la recuperación económica y lo suficientemente malo como para no
justificar una reducción inmediata de los estímulos de la Reserva
Federal norteamericana.
Para nosotros el comportamiento
último de los activos financieros cobró todo su sentido. Estaba previsto
que la Fed iniciara la reducción de estímulos antes de final de año.
Ahora, según Barclays, ese momento se ha retrasado incluso hasta que finalice el primer trimestre de 2014.
Así, a lo tonto, la coyuntura económica (sobre todo los problemas
presupuestarios de Estados Unidos y el desacuerdo entre republicanos y
demócratas para resolverlos) nos han regalado seis meses más de
estímulos de la Fed a razón de 85.000 millones de dólares mensuales.
Más
dinero de la Fed supone más liquidez a disposición de los actores
económicos (sobre todo de los bancos) para invertir en activos de
riesgo. Pero, además, como el banco central estadounidense compra sobre
todo deuda, los inversores, últimamente, han decidido no ponerse en su
contra y volver a apostar por los bonos americanos y alemanes, pese a su
escaso rendimiento. También hay que tener en cuenta que, dentro de los valores más seguros, los inversores internacionales ya colocan a la deuda española de más corto plazo.
Además de prestarle el dinero al Tesoro a un interés casi ridículo
(sobre todo si lo comparamos con las contrapartidas que pedían hace sólo
un año), la demanda es brutal: supera hasta cuatro o cinco veces el
volumen que quiere colocar en cada emisión.
Pero los economistas que más saben de este país nos han avisado siempre de que cuando algo raro sucede en los mercados, la razón siempre la suelen tener los bonos,
el mercado de renta fija. Eso quiere decir que si en un momento dado
todo sube, tanto las Bolsas como las deudas más conservadoras, llegará
un día en que la situación se normalizará a favor de las segundas y
contra las primeras.
Si sube el precio de la deuda, sobre todo si
lo hace la de países considerados refugio, incluso la que proporciona
rendimientos muy reducidos, es porque a los inversores les preocupa el
crecimiento económico (lo que se ha acentuado con las noticias que nos
llegan de China y la debilidad de su mercado interbancario) y porque,
además, esperan inflaciones muy bajas. Eso era lo que nos avisaba de que la corrección en las Bolsas estaba muy cerca.
A
los inversores no les ha pillado por sorpresa lo que está ocurriendo en
las Bolsas. Hace unos días publicábamos en "INVERSIÓN &
Finanzas.com" una encuesta entre analistas y prácticamente todos nos
avisaban de que se avecinaba una corrección en el Ibex-35. Ésta no
debería ser superior al 10%. Los expertos sólo se empezarían a preocupar si el índice pierde los 9.000 puntos o los 8.800.