El beneficio no es suficiente

Isidro Fainé, presidente de CaixaBank, en el prólogo del libro "La buena empresa", del que informamos en esta sección, escribe: "un libro que piensa en qué y cómo las empresas debemos abordar la situación presente para vivir el futuro".

Isidro Fainé, presidente de CaixaBank, en el prólogo del libro "La buena empresa" --del que informamos en esta secciónescribe: "un libro que piensa en qué y cómo las empresas debemos abordar la situación presente para vivir el futuro". Y el autor del libro remata: "las empresas son tan necesarias para la sociedad como la sociedad lo es para ellas. El éxito global de las empresas es, en realidad, un bien público".

Una situación de presente difícil, porque si es verdad que "el éxito" es un bien público, la situación de crisis global en la que habitamos hace que las empresas estén pasando por un momento muy difícil de consideración social o de reputación. Cambiar la percepción requiere modificar un número importante de registros, muchos de los cuales no están en manos de los empresarios. 

Recuperar el éxito depende de que los políticos acierten en las medidas de recuperación de las economías y de que las empresas sepan aprovecharlas. Pero con todo y con eso, el éxito empresarial, que se mide en la capacidad para vender y obtener beneficios, gestionando acertadamente para crear empleo y pagar impuestos, ya no es suficiente.

Y algunas empresas son conscientes de que la sociedad les exige más. El libro de Justo Villafañe recoge 34 indicadores en los que hay que puntuar al máximo para ser considerado "buena empresa", y muchos de esos indicadores nada tienen que ver con la gestión del balance y la cuenta de resultados.

Las empresas financieras son un ejemplo. El sector atraviesa por momentos muy complejos de reputación, aunque es cierto que nunca se puede generalizar y si distinguir entre quien lo hace bien y quienes lo hace mal. Y muchas cosas se deben estar haciendo bien cuando los 34 indicadores dan una puntuación al sector de 70 puntos sobre 100. O lo que es lo mismo el cumplimiento es notable.

Pero, ¿qué exige de más la sociedad a las empresas? Sensibilidad para reconocer los problemas reales y cotidianos de los ciudadanos en dificultades y puesta en marcha de soluciones para los mismos. Demostrar la sensibilidad necesaria que completa el capítulo de la gestión bien hecha. 

En esta dirección están actuando un buen número de empresas y entre ellos uno de los grandes de la banca, Santander, Bancaixa y el BBVA. Este último, sin demasiados aspavientos, sin grandes operaciones de publicidad y marketing, ha puesto en marcha tres programas muy pegados a la realidad, que buscan paliar la situación de crisis por la que atraviesan sus clientes y clientes potenciales.
"Yo soy empleo", para crear 10.000 nuevos puestos de trabajo con un plan de incentivos de hasta 25 millones de euros, aportando 3.000 euros a aquellas pymes o autónomos que creen un puesto de trabajo. Y BBVA no está sólo, porque la Fundación ADECCO es un estrecho colaborador del programa. 

"Tu solidaridad vale el doble" en el que clientes, empleados y accionistas han aportado más de un millón de euros, el BBVA hizo una aportación inicial de 1,5 millones y duplicará la recaudación final para destinar la totalidad a las familias más desfavorecidas de España, asociado con Cáritas, Cruz Roja y Banco de Alimentos.

Publicidad

La última iniciativa es la apertura de una línea de ayuda para aquellas familias y clientes que pierdan sus viviendas, ayuda que pueden llegar hasta 400 euros mensuales durante dos años.

Es cierto que lo que se pide a una empresa es gestión rentable y creación de riqueza. Pero no sólo. La conciencia de los problemas de sus clientes y clientes potenciales y la articulación de sistemas de solución, son también una exigencia de la sociedad actual a la que un buen número de compañías están dando respuesta.

En portada

Noticias de