Los porqués de la tendencia alcista

Enumeramos los factores económicos y políticos clave

Los mercados registraron rentabilidades excepcionales en 2012, tanto en renta variable como en renta fija, que generó rendimientos del orden del 20% durante el ejercicio. Esta subida, principalmente registrada en el último trimestre de 2012, parece continuar en la entrada del año 2013. Este movimiento al alza en los mercados ha tenido lugar debido a ciertos factores económicos y políticos favorables.

En el frente político, las elecciones de los últimos meses han disipado una serie de incertidumbres. Primero de todo, tras las elecciones en China, el nuevo gobierno estableció un paquete de medidas de estímulo económico y, en EEUU, la reelección de Obama proporcionó una resolución parcial del fiscal cliff. A esto hay que añadir, las decisiones de Mario Monti en Italia, que redujeron las incertidumbres políticas respecto a las elecciones de Febrero y también las elecciones de Japón, en las que Shinzo Abe instauró unas nuevas medidas de estímulo monetario y presupuestario. Por último, las próximas elecciones en Alemania están empujando a la Canciller alemana a hacer concesiones respecto al reajuste presupuestario.

A nivel económico, una serie de indicadores sugieren mejoras en diferentes países, entre ellos EEUU, donde las dinámicas de empleo deberían superar fácilmente el impacto del fiscal cliff (estimado en un 1% del PIB, en contra de un ajuste ya existente del 0.6% en 2012). Se espera que el crecimiento siga siendo moderado, pero suficientemente significativo para mantener el lento pero estable descenso de la tasa de desempleo. Los mercados emergentes, que mostraron señales de debilidad en el último trimestre del pasado año, son hoy una fuente de satisfacción, particularmente China y Brasil. La abundancia de liquidez introducida por los bancos centrales ha sido la principal ayuda.

Más allá de los signos de las mejoras recientes, los mercados están jugando su papel anticipatorio al centrarse en la situación económica más favorable a partir de la segunda mitad de 2013, particularmente en la Eurozona, donde una reducción momentánea del déficit estructural nos permitió creer que ya había pasado lo peor. De hecho, desde un punto de vista estructural, se han hecho muchos avances durante la crisis. Además de la intervención de los bancos centrales, los poderes políticos han llegado a ser conscientes de la necesidad de un cambio estratégico. Tras haber estado centrados en la consolidación presupuestaria y en los riesgos asociados a la deflación, los gobiernos europeos finalmente han optado por medidas más estructurales, y ahora han adoptado un enfoque de "esperar y ver" hacia el ajuste presupuestario. Esta mejoría de la situación económica va de la mano de ciertas tensiones en los tipos de interés de los bonos soberanos más seguros, como los de Alemania y, en menor medida, los de Francia. En este momento del ciclo, esta perspectiva no debería pesar en los mercados que ven el paso de la deflación a un cambio de tendencia al alza en escenario de crecimiento.

No obstante, este periodo es bastante favorable. A pesar de la reciente subida del 15% en los índices y de las tensiones en los tipos de interés, los mercados una vez más tienen niveles de valoración interesantes, lo que en general favorece el movimiento de subida. Más importante, incluso, que las tendencias de mercado, es la actual rotación de sectores. Las acciones defensivas, que se habían visto muy favorecidas durante los primeros 9 meses de 2012, se encuentran ahora en una situación estable, mientras que las acciones cíclicas se están beneficiando de la perspectiva de una mejora en la situación económica.

Por su parte, el sector bancario generó rentabilidades excepcionales en 2012 que pocos inversores anticiparon. De hecho, las amenazas que lastraban este sector en el otoño de 2011 se fueron dispersando gradualmente a medida que los tipos de interés de los bonos soberanos de los países periféricos caían a gran velocidad. Las fronteras de Basilea III no produjeron los incrementos de capital que habían augurado algunas predicciones pesimistas y los ratios de liquidez impuestos en este marco se están reduciendo.

Somos positivos respecto a la reciente subida en los mercados que está generando un retorno al optimismo entre los inversores, quienes han vendido grandes cantidades de acciones durante casi cuatro años. Este influjo de inversión debería servir de apoyo a la renta variable y permitir a los mercados continuar su tendencia alcista, especialmente dado que las alternativas, que ya eran pocas y distantes entre sí en el 2012, son ahora cada vez más difíciles de encontrar.

 Philippe Chaumel, co-responsable de gestión en Rothschild & Cie Gestion

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