El peor verano
¿Vamos camino del rescate integral?
Cuando comenzó la crisis de la deuda en Europa y ante la proliferación de cumbres de emergencia -a deshora y en domingo- para acordar los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal, los periodistas comunitarios establecieron una especie de código para averiguar si se aproximaba un fin de semana de sustos: Preguntaban al discreto portavoz de Economía por sus planes de ocio en los días libres.
El Eurogrupo ha celebrado hoy una reunión por teleconferencia para aprobar el rescate bancario de España, de hasta 100.000 millones. El encuentro -celebrado en viernes y a una hora más que prudente-, pretende dejar zanjado el problema bancario de España antes de las vacaciones veraniegas, con el objetivo de garantizar un estío tranquilo (también para los funcionarios y dirigentes europeos). Sin embargo, los últimos acontecimientos indican que nada está más lejos de la realidad.
La subasta de deuda celebrada ayer por el Tesoro español activó todas las señales de alarma, al dejar claro que los inversores no confían en España, haga lo que haga. Los acuerdos de la última cumbre europea, el rescate bancario y la última oleada de ajustes sólo sirvieron para favorecer alivios temporales en el mercado, que vuelve a echar humo ante una certeza: en esta ecuación sigue faltando un ingrediente y es el crecimiento.
Así las cosas, es de prever que (salvo milagro en forma de intervención del BCE) la prima de riesgo seguirá en cotas imposibles, aumentando la presión para el Tesoro, cuyo colchón de liquidez para afrontar los vencimientos de este año es cada vez más exiguo. Todo ello, sazonado con las protestas de unos ciudadanos que han dejado de confiar en la capacidad de sus dirigentes de sacarles del atolladero.
De este modo, cada vez más analistas consideran que un rescate al completo para todo el Estado es inevitable, especialmente tras el rescate de la Comunidad Valenciana y las desafortunadas declaraciones del ministro Montoro reconociendo que no hay fondos para costear los servicios sociales.
En este punto, con las vacaciones a punto de comenzar y el ánimo cada día más sombrío, sólo queda preguntar al portavoz de Economía comunitario: ¿Playa o montaña este verano?