Al mercado siempre le quedará la FED

Los mercados se están moviendo en rangos cada vez más reducidos. En el caso del Ibex, por arriba tiene los[…]

Los mercados se están moviendo en rangos cada vez más reducidos. En el caso del Ibex, por arriba tiene los 12.000 como última frontera y, por abajo, en los últimos tiempos no ha caído por debajo de los 11.200 puntos. En la última semana, la horquilla ha sido aún más reducida: su mínimo lo marcó algo por encima de los 11.700 puntos y, desde ahí, está volviendo a atacar los 12.000 puntos.

Cuando a los analistas se les planeta la cuestión de si este movimiento lateral, cada vez más estrecho, podría ser síntoma de una debilidad que, finalmente, desembocará en pérdidas bursátiles, responden que es posible. Lo cierto es que un mercado lateral siempre rompe con fuerza. Y la ruptura puede ser tanto al alza como a la baja. En contra de la Bolsa juega que los volúmenes son muy reducidos y que éstos son todavía más bajos en las jornadas de subidas que en las de bajadas. Además, también se observa un cierto deterioro en algunas acciones. Están surgiendo fenómenos de máximos decrecientes y mínimos crecientes en varios valores del Ibex. Ello, dicho en cristiano significa que los máximos son cada vez más bajos y los mínimos, más altos.

Sin embargo, los analistas fundamentales confían en el mercado, en sus máximos y en que quizás las Bolsas escalen aún un poco más. Creen que los máximos son sostenibles. Y tienen un poderoso argumento: el decidido apoyo que los bancos centrales están prestando a las Bolsas. Uno de los objetivos del mantenimiento de unos tipos de interés en mínimos históricos es que los activos de riesgo ganen atractivo entre los inversores, frente a los conservadores, que ya no rentan nada. Por eso salen a la palestra personajes como el gobernador de la Reserva Federal de San Luis, que afirma que la primera subida del precio del dinero en Estados Unidos podría no subir hasta principios de 2012. Por eso la OCDE insta al presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, a no subir los tipos en la zona euro hasta finales del año 2010. Por eso el presidente de Estados Unidos alerta sobre una recaída en recesión el próximo año. Por eso sentaría muy mal que la canciller alemana Angela Merkel promocione al actual gobernador del Bundesbank, Axel Weber, como próximo presidente del Banco Central Europeo. De todos es sabida la obsesión alemana por la lucha contra la inflación. Quizá Weber sí se precipitaría a la hora de subir los tipos de interés. Pero a las Bolsas siempre les quedará la Reserva Federal. Y Ben Bernanke que, como especialista en la Gran Depresión, no permitirá una recaída como la de 1937, fruto de la temprana retirada de los estímulos.

Además, tranquiliza que los bancos centrales, antes que cualquier cosa, quieran que los mercados suban, para que el valor de los activos recupere niveles y el agujero de valoración termine de remendarse del todo. La subida de las acciones, como del resto de los activos, es una condición necesaria, aunque no suficiente, para que la crisis se termine.

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