Cuatro 'peros' a las ayudas hipotecarias

 Se retrasa la morosidad. Quienes accedan a la moratoria parcial que el Gobierno ha impulsado para los parados que estén pagando una hipoteca, deben calcular antes si puede salirles rentable la operación. Imaginemos un caso "tipo": préstamo de 150.000 euros a 25 años, con un TAE del 5,5%. Ahora mismo, estaría pagando 920 euros. Si se acoge a la medida, sólo pagará 460 euros hasta finales de 2010. Pero ¿qué ocurrirá cuando llegue la primera cuota de 2011 y años sucesivos? Pues que tendrá que incorporar todo ese dinero que ahora va a dejar de pagar, lo que puede suponerle unos 100 euros más al mes. Y eso, contando que, dentro de dos años, el Euribor se mantenga en los actuales niveles.

La inflación se puede comer a la cuenta-vivienda. Para quienes les cumplía su plazo máximo de cuatro años en su cuenta-vivienda, la prolongación del periodo durante dos ejercicios más puede resultar interesante. Pero, sin la desgravación fiscal, ya no es atractivo invertir más en este producto. Tenga en cuenta que si continúa aportando cantidades a su cuenta-vivienda, la rentabilidad que obtenga -sin la deducción del 15% anual- será menor que la inflación y, sobre todo, menos atractiva que otros productos de ahorro. Destine ese dinero que ahorre a un depósito de alta rentabilidad, a la espera de que pueda adquirir una vivienda.

No se deje llevar por el "ya no está obligado a declarar". La posibilidad de reducir en dos puntos lo que paga por IRPF, en vez de esperar a que en mayo presente su Declaración para deducirse sus aportaciones a primera vivienda, le vendrán muy bien para pagar la hipoteca en estos meses. Pero no salen las cuentas: si a un salario medio de 1.630 euros se le aplica ahora un 14% de retención y ese tramo se reduce al 12%, al cabo de 14 pagas el ahorro es de 32 euros al mes, o sea, unos 450 euros. ¿Y qué ocurre con el resto del dinero que puede aportar hasta llegar a la deducción máxima de 1.352 euros permitida por ley? Pues que habrá que presentar la Declaración. No se deje llevar por los cantos de sirena del "no está obligado a declarar", porque le dejará a Hacienda parte de lo que le corresponde.

Ampliación, a medias. La "ampliación" del plazo en dos años para que las familias que hayan adquirido una vivienda con la previsión de vender posteriormente su residencia habitual puedan hacerlo sin que se vean perjudicados fiscalmente es, en parte, confusa. Y esto es así porque, en realidad, sólo se "amplía" hasta diciembre de 2010. O sea, que beneficia un año más a quienes adquirieran la vivienda en 2007; dos años más a los de 2006; y "cero" años más a los que la hayan comprado en este mismo 2008.