La deflación, inevitable
Cuatro muestras de que la economía española se dirige sin freno hacia una caída generalizada de precios, esto es, hacia[…]
Cuatro muestras de que la economía española se dirige sin freno hacia una caída generalizada de precios, esto es, hacia la deflación.
Los grandes almacenes no esperan a acabar sus promociones. ¿Cómo es posible que, en temporada de rebajas, ya se estuvieran publicitando otras campañas posteriores? ¿Tan mal se han comportado las ventas, a pesar de rebajar los precios hasta un 60 por ciento?
La bombilla ya no se enciende tantas veces. Un 5,6 por ciento ha caído la demanda de energía eléctrica en el primer mes del año. ¡En el primer mes del año! Cuando las temperaturas han llegado a rozar los 10 ó 15 grados bajo cero en algunas regiones, cuando hemos visto las mayores nevadas de los últimos años, cuando se supone que la calefacción y los aparatos termoeléctricos se encuentran a pleno rendimiento.
Hay alimentos de los que prescindimos. Si sube el precio del arroz (un 2%) y baja el de la mayor parte de los pescados (hasta un 5%) es que nuestros hábitos alimenticios también están cambiando. Los alimentos básicos sustituyen a los de cierto "lujo".
El transporte público no se utiliza tanto. El coche se deja en casa, pero es que, muchos ciudadanos, ya no cogen ni los autobuses. En Madrid, su utilización ha caído un 8%. Los ciudadanos, o van andando, o directamente, se quedan en casa para no gastar.
Lo peor no son estos datos -que también-, sino la tendencia popular a la expresión: "voy a esperarme unos meses para comprar un... Por si acaso bajan de precio". Todo un peligro para cualquier economía.