Impotencia ante la necesaria reforma bancaria
No hay mejor expresión de la impotencia de los gobiernos para lograr una reforma en los sistemas bancarios que las[…]
No hay mejor expresión de la impotencia de los gobiernos para lograr una reforma en los sistemas bancarios que las declaraciones del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Dominique Strauss-Khan ha señalado que, si sigue la inacción en lo relativo a las reformas del sistema financiero, la gente empezará a impacientarse y puede ser el caldo de cultivo para que aparezcan "revueltas sociales".
El enfrentamiento entre los gobiernos y las grandes entidades bancarias para lograr una reforma del sector que impida que vuelva a producirse una crisis financiera es, sin duda, el pulso más importante que se está produciendo en estos momentos en el planeta. Un pulso que, por el momento, tiene un ganador claro: las entidades financieras que soportan estoicamente las declaraciones políticas sin mover un músculo para que cambie la situación.
De nada sirvieron aquellas declaraciones de Obama llamando "sinvergüenzas" a los ejecutivos del sector que en medio de la crisis cobraban altos bonus, tampoco la carta firmada por los ministros de economía de los grandes países de la UE llamando a un cambio en la retribución en los bancos. E igual de inútil parece la soflama lanzada por Obama, hace algo más de un mes, anunciando que su gobierno controlaría el sistema de retribuciones y, además, impediría la creación de grandes instituciones bancarias.
El mundo bancario no parece inquietarse, convencido de que será difícil tratar de imponerles un sistema de retribución y un modelo de dimensión. Sin embargo, auditoras y consultoras compiten en las últimas semanas en provocar debates sobre el futuro del sector y en incluir propuestas que suponen una cierta reforma del sector a las que asisten, e incluso participan, grandes banqueros. Pero, nada se mueve, probablemente porque sólo el director gerente del FMI ve el riesgo de "revueltas sociales", tal es la falta de capacidad de movilización de la sociedad en estos momentos.