El modelo sueco como ejemplo
El modelo escandinavo ha servido de espejo para el resto de países europeos a la hora de copiar el[…]
El modelo escandinavo ha servido de espejo para el resto de países europeos a la hora de copiar el sistema social de protección del que gozan países como Dinamarca, Finlandia, Noruega o Suecia. Y precisamente de este país puede llegar alguna solución para que, en el caso español, el Gobierno deje de acusar a la banca de haber cerrado el grifo, y ésta a la sociedad de haberles llevado a un callejón sin salida.
Hasta ahora, ninguna de las cuatro grandes soluciones puestas en marcha por los Estados han tenido efectos: ni las inyecciones de liquidez, ni las nacionalizaciones -totales o parciales-, ni el aumento en las garantías de los ahorros ni las medidas fiscales para incentivar el consumo... La solución pasa por una combinación perfecta de estas cuatro medidas, cada una en su dosis correcta, como se hizo en Suecia en la crisis de los años 90.
Fue en 1992 cuando los precios de las propiedades inmobiliarias se derrumbaron en el país escandinavo (¿les suena?); a las pocas semanas, cinco de los siete grandes bancos suecos se encontraban prácticamente en quiebra (¿encuentran alguna similitud con 2008?); el paro se duplicó en apenas un año (¿han analizado ya lo que suponen los 3,3 millones de desempleados hasta enero?)... El Ejecutivo sueco combinó a la perfección las medidas que estos meses han sido lanzadas como globos sonda en los últimos meses en Europa: la creación de un "banco malo" ("bad bank") en el que se agruparon los activos tóxicos de las entidades del país (propuesta Almunia), al tiempo que el propio Estado se incorporaba al accionariado de los bancos temporalmente (propuesta Reino Unido); se creó una agencia para supervisar a las instituciones que necesitaban una re-capitalización (Francia) y otra para vender los activos más peligroso que los bancos tenían en sus balances (España, por ejemplo). Al final, Suecia se recuperó.