El pánico en los mercados contrasta con la aparente indiferencia de los inversores
El pánico que se ha vivido en las últimas jornadas en los mercados financieros contrasta con la aparte tranquilidad con la que están reaccionando los ahorradores e inversores, buena parte de ellos en el inicio de su disfrute de las vacaciones.
Tal vez eso explique que en las entidades financieras apenas se note inquietud entre los clientes y casi nadie solicite información, lo contrario de lo que ha venido ocurriendo en los momentos críticos desde octubre de 2008. Bancos y cajas de ahorros, con una plantilla también diezmada por las vacaciones, señalan que apenas están teniendo llamadas y visitas de clientes inquietos con la evolución de las Bolsas. Tampoco en las oficinas de accionistas se está produciendo un número mayor de llamadas.
Por su parte, los bancos privados , en un contacto más directo y fluido con su clientela, reconocen también que la inquietud es mucho menor de lo que cabría esperar y que la única recomendación que están dando a quienes se han puesto en contacto con ellos es "calma y tranquilidad". En cualquier caso, estas entidades desaconsejan totalmente la venta de valores, incluso en las carteras con mayor riesgo, aunque reconocen que será difícil y tardará un tiempo hasta que se puedan recuperar los niveles de finales del mes de julio. En las primeras jornadas de agosto algunos bancos de inversión sugirieron a sus clientes más arriesgados comprar acciones por su precio bajo, pero tal recomendación la retiraron días después ante la contundencia de la caída.
Los ahorradores e inversores o no son conscientes de la profundidad de la caída y del riesgo que asumen sus carteras o, simplemente, han llegado a la conclusión de que nada pueden hacer ante una caída pronunciada de los mercados. Esta inconsciencia no es exclusiva de ahorradores e inversores. El recién nombrado presidente de una comunidad autónoma española utilizaba el twitter ayer miércoles para transmitir su gran preocupación: "La verdad, echo de menos el mes de julio, el más fresco de los últimos diez años..." (eran las seis de la tarde y las Bolsas españolas acababan de cerrar con una caída de casi el 4 por ciento y se acaba de anunciar que el Tesoro suspendía la subasta de bonos de mediados de agosto).
Tres horas después escribía su segundo tweet: "Me voy a hacer deporte, ahora que el calor se rinde un poco..." (A esa hora pintaban mal las cosas en Wall Street y se veía que el pánico en los mercados no cedía). Algunos políticos se resisten a asumir sus responsabilidades o al menos a aparentar una cierta preocupación ante la situación actual. Salvando las distancias, uno no puede evitar recordar a Luis XVI, quien en su diario personal escribió el 14 de julio de 1789: "Aujourd´hui, rien..." Ese "nada" fue el comienzo del fín de la monarquía francesa y el inicio de la Revolución Francesa con la toma de la Bastilla de Parín. Era julio y también hacía fresquito.