Obama inicia la "madre de todas las batallas"
Encorajinado por la derrota de su partido en Massachusetts y dispuesto a hacerse notar ante sus ciudadanos para no transmitir[…]
Encorajinado por la derrota de su partido en Massachusetts y dispuesto a hacerse notar ante sus ciudadanos para no transmitir la imagen de que la crisis le tiene paralizado, el presidente de Estados Unidos ha iniciado "la madre de todas las batallas". Así puede calificarse al discurso en el que ha presentado las grandes líneas que deberán marcar la reforma del sistema financiero de Estados Unidos, inspirado por su asesor Paul Volcker, expresidente de la Fed y buen conocedor de los bancos estadounidenses.
Las medidas anunciadas, aunque todavía no detalladas, atacan directamente al mecanismo de funcionamiento de las entidades financieras en los últimos años. Y Obama considera, con bastante razón, que esa forma de trabajar hace asumir a los bancos un riesgo innecesario que puede terminar por poner en peligro a toda la economía. Y no está dispuesto a permitirlo por más tiempo. Su propuesta es prohibir a los bancos comerciales que desarrollen productos cuyos resultados no compartan con sus clientes. Quiere que exista un grueso muro entre las operaciones de riesgo que realizan algunos bancos y con las que consiguen los mayores beneficios y los depósitos tradicionales y asegurados de sus clientes. Su discurso puede parecer radical, pero como él mismo dice tiene bastante sentido común: "No podemos aceptar un sistema en el que el accionista hace dinero con estas operaciones si el banco gana; y si el banco pierde, es el contribuyente el que gana la factura".
La otra gran medida anunciada es su determinación de que la crisis no propicie la creación de grandes bancos cuya posible quiebra exija la intervención del estado, tal y como ha ocurrido en los últimos tiempos.
Demasiado para los bancos porque ambas medidas, aplicadas a un tiempo, suponen el fin de crecimientos continuados de más de dos dígitos cada año de los bancos; el fin también, como consecuencia de ello, de las muy altas remuneraciones y los muy altos beneficios para los ejecutivos bancarios; el retorno a un modelo negocio bancario más tradicional, donde hay que dedicarse al cliente doméstico y competir por ese mercado con buenas ofertas.
Si hemos asumido que las Bolsas se moverán este año al ritmo del sector bancario, como ocurrió en los dos últimos ejercicios, y si estamos convencidos -yo lo estoy- que el ritmo dicho sector lo marcará el sector bancario de Estados Unidos, abróchense los cinturones porque se ha iniciado "la madre de todas las guerras". Y si hubiera alguna duda Obama lo ha dicho muy claro: "Si quieren pelea, la tendrán".