Esto no pinta bien... ¿se habían dado cuenta?

 El perdió ayer los 12.000 puntos, en medio de un ambiente incierto, confuso, sombrío pesimista... por utilizar sólo algunos de[…]

 El perdió ayer los 12.000 puntos, en medio de un ambiente incierto, confuso, sombrío pesimista... por utilizar sólo algunos de los adjetivos que se me vienen en estos momentos a la cabeza. Detrás de ello nos encontramos con los temores inflacionistas (el petróleo cotiza ya a 143 dólares el barril), la desaceleración económica y la inminente reunión del Banco Central Europeo, donde veremos si, por fin, Trichet se decide a hacer realidad su constante amenaza de subida de tipos de interés.

La verdad es que si vamos a Bloomberg y miramos el gráfico del índice selectivo español desde que comenzara la crisis de las hipotecas "subprime" en Estados Unidos, a uno se le ponen los pelos de punta. Lo que no era normal es que el alcanzara su máximo histórico en noviembre de 2007 (15.945 puntos) en medio de una gran crisis mundial. Así que tampoco nos extrañe ahora que, desde entonces, se haya dejado por el camino casi 4.000 puntos, o lo que es lo mismo, más de un 25 por ciento, con dos caídas en vertical que impresiona sólo verlas.

Y no es que el español se esté comportando mucho peor este año que los mercados de nuestro entorno. Pero llevamos implícita alguna desventaja y esa es la que nos podría seguir pasando factura durante los próximos meses. Una encuesta realizada la semana pasada por Mi Cartera de INVERSIÓN entre algunos de las gestoras internacionales más importantes del mundo, nos dejaba claro que el inversor extranjero no está dispuesto a volver a España, al menos en el corto plazo, al menos hasta que no estén corregidos los excesos inmobiliarios. Algunos gestores como Frederic Leroux, de Carmignac Gestion, nos aseguraba que es posible que España (como Irlanda) "se suma en la melancolía", porque esos excesos "van a exigir tiempo para reabsorberse".

De momento, la falta de apoyo internacional se está notando en unos volúmenes de negociación que han caído más de un 40 por ciento en los últimos 12 meses. Por mucho que algunos quieran ver el vaso medio lleno (los titulares de prefieren comparar mayo contra junio, en lugar de junio contra junio, que parece más lógico), a mí me da que esta vez el vaso está medio vacío.

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