Ya estamos en los soportes y cerca de mínimos anuales... ¿Y ahora qué?

Los varapalos de estas dos últimas sesiones han dejado muy tocadas a las bolsas. Tanto que las han llevado a los niveles de soportes y a las proximidades de los niveles de los mínimos de agosto o en los de este mes. Además, algunos índices europeos están siendo aún más castigados.

Y es que lo cierto es que no se ha resuelto nada, más bien todo lo contrario. Grecia sigue pendiente de su quiebra, que si se produce de forma ordenada, puede evitar el efecto contagio y tranquilizar algo a los mercados. Pero lo cierto es que se ha perdido un tiempo precioso en que la economía no da muestras de recuperación sostenible.

Las nuevas previsiones del FMI son a la baja y, aunque no han acertado mucho en los últimos años, nos siguen mostrado un camino muy sombrío. Los inversores lo han fiado de nuevo a los políticos y a las autoridades monetarias. Pero los primeros han seguido con su falta de soluciones y a los segundos la munición les puede escasear.

Ahora, otra vez las expectativas puestas en la reunión del G-20. ¿El objetivo? Superar la crisis de confianza. Y hoy con ello puede que asistamos a un rebote, pero nunca se ha visto que una reunión de este estilo acabe con medidas concretas y soluciones. Sólo comunicados de buenas intenciones, cuando no desavenencias y poco más. Veremos cómo quedan los cierres semanales, pero las probabilidades están muy sesgadas hacia la continuidad de las correcciones. Técnicamente, de momento, seguimos dentro de los laterales, pero la situación está más deteriorada, más frágil y más vulnerable.

Tenemos objetivos para las correcciones, pero tampoco sabemos si se van a frenar ahí. De momento, los soportes pueden funcionar, pero no son lo suficientemenet consistentes como para tomar riesgos. La factura que se está pasando al sector bancario y financiero es muy grande y las consecuencias son impredecibles. Mientras no se aclare la situación del mercado de deuda, estar fuera puede ser una buena decisión de inversión.

La volatilidad es lo único que parece que tenemos garantizado. El dólar ayer atacaba los 1,3400, pero hacia el final de la sesión y hoy en apertura  intenta consolidarse sobre los 1,3500. De momento, ello ayuda a los soportes. También que el oro siga corrigiendo, tras perder los 1.800 dólares/onza, se sitúa en el techo del canal original que había superado sobre los 1740 dólares/onza. Este nivel puede ejercer de soporte, pero no olvidemos las extensiones hasta los 1700 dólares/onza. No se está salvando casi nada de nuevo en las correcciones, la diversificación se pierde en los peores momentos de los mercados, incluso la que está bien hecha.

El Dow Jones cerró finalmente por encima de los mínimos del pasado mes de agosto superando los 10.700 puntos, pero no sin antes visitar los mínimos intradiarios que lo situaron sobre los 10.600 puntos. Por lo tanto, no podemos considerar roto o perdido el soporte del rango lateral en el que seguimos inmersos, necesitamos cierres consistentes por debajo de los 10.600 puntos para que ello se dé. Desde luego, el cierre semanal de hoy será importante. Además, las condiciones para que no pierda el soporte las podemos tener por la brusca corrección que ha sufrido en apenas cuatro sesiones, en los que el selectivo americano ha perdido 700 puntos.

El rebote de una jornada es más que probable. Sin embargo, sigue habiendo lecturas de sobreventa. Por lo que el riesgo y la amenaza de pérdida de soporte sigue vigente. Los osciladores de corto plazo están en zona neutral, pero su sesgo es negativo. Si se pierden los 10.600 puntos podemos tener una extensión hasta los 10.500 puntos, pero luego ya prácticamente no hay zonas de soporte claras hasta el rango de los 10.200-10.000 puntos. Y sí tenemos en cuenta las opciones de objetivo teórico del patrón del lateral, los extendemos hasta los 9,800 puntos como objetivo probable, sin descartar tampoco una extensión hasta los 9.300, con lo que se completaría el patrón de continuación.

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Éste, por el momento, es el escenario más negativo que desarrollamos y que por ahora sigue aumentando su probabilidad, ya que estamos en fase bajista. Cualquier rebote en la sesión de hoy necesita cierres por encima de los 11.000 puntos para tener atisbos de consolidación y continuar dentro de la zona lateral de los últimos meses. Y es que el rango de resistencia la cambiado de los 11.500 puntos con la extensión hasta los 11.700, que es el nivel que tiene que superar, con apoyo de volumen, para deshacer la debilidad existente.

De lograrse la zona clave para a medio plazo y tener opciones de acceder a mayores avances, pasaría por la superación de los 12.000-12.250 puntos. Por ahora este escenario es alejado, como consecuencia de la volatilidad que sufrimos.

El Eurostoxx presenta un peor aspecto técnico, probablemente por elevado peso también que el Dax alemán le supone y el peso sector bancario de los valores franceses y españoles que siguen en el ojo del huracán. En este caso, el lateral se está descomponiendo en un canal bajista, que se ha visto debilitado en el último rebote que se frenó en los 2.200 puntos. Ahora, con el cierre de ayer por debajo de los 2.000 puntos, busca la banda baja que se proyecta sobre los 1.900 puntos. Sin embargo, no hay sobreventa y las opciones de tener un rebote significativo son escasas, aunque no descartaríamos uno en la jornada de hoy.

Ver más debilidad del euro nos llevaría a buscar esa cota, y es un nivel previo antes de los mínimos de 2009 que tenemos sobre los 1.760 puntos. Aún nos quedaría un soporte previo psicológico sobre el nivel de los 1.800 puntos. Cualquier rebote necesitará cierres consistentes por encima de los de los 2.100 puntos y cerrar el hueco dejado en la jornada de ayer para intentar superar el techo del canal bajista que se proyecta sobre los 2200 puntos.

Para salir del escenario de debilidad, es necesario que cierre con consistencia por encima los 2.350 puntos, para dejar un posible patrón de suelo que no se vislumbra todavía. Para recuperar un escenario lateral es necesario volver a entrar en un rango comprendido entre los 2.400 y los 2.800 puntos, algo difícil en este contexto. Desde luego, un escenario alcista a medio plazo tiene ahora una escasa probabilidad, menos del 10%, pero no es descartable aún.

El Ibex35 buscó apoyo en la sesión de ayer sobre la zona de soporte que establecíamos en los 7.800 puntos, que lograba mantener al cierre. Hoy seguimos teniendo esta referencia como primer soporte y, si no hay un apoyo del resto de mercados para iniciar un rebote, no descartamos que podamos ver la siguiente referencia de los 7.500 puntos. El sesgo de los osciladores de corto plazo es negativo y estamos muy lejos de lecturas de sobreventa, por lo que tener apoyo de estas condiciones de las zonas de soporte es complicado técnicamente.

Intervenciones y declaraciones pueden provocar rebotes, pero ya hemos visto la escasa consistencia de los mismos: la debilidad sigue estando ahí, sobre todo en el sector bancario, que a pesar de las prohibiciones de los cortos se le ha seguido atizando. La tendencia es bajista de forma clara en el sector y no se puede ir contra ella, ni con regulaciones, ni de forma artificial. El elevado peso del sector bancario en el índice tiene su reflejo, pero, por ahora, aún seguimos dentro del lateral que ya hemos visto que no es así en el selectivo europeo y en otros índices como el CAC o como el DAX.

Para tener rebotes sólidos primero deberíamos cerrar por encima de los 8.000 puntos de forma clara. Después, cerrar el hueco dejado sobre los 8.200 puntos y volver a buscar la resistencia de los 8.500 puntos que de momento resulte infranqueable antes del techo del rango lateral que tenemos en los 8.800 puntos. Esta última cota es la que nos permitiría cambiar la debilidad persistente si se supera con volumen y con cierres consistentes por encima de los 9.000-9.200 puntos. Si ello se lograra, pasaríamos al segundo escenario más probable que es un rango lateral ampliado hasta la cota de los 9.800 puntos.

Escenarios alcistas, por ahora, altamente improbables pasan por la superación de los 10.500-11.000 puntos. El predominio del escenario bajista en el que nos mantenemos se confirmará si definitivamente se pierden los 7.500 puntos y nos lleva a los siguientes objetivos de los 7.200-7.000 puntos, como siguiente referencia antes de los mínimos de 2009, en torno a los 6.700 puntos.
Siguen sin servir las declaraciones de que la bolsa está barata, de que tenemos alta rentabilidad por dividendo, de que estamos ante oportunidades históricas. El sentimiento es negativo y con tendencia bajista predominante por ahora y hasta que esto no cambie es preferible perderse el suelo del mercado que perder dinero.

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