La inflación de la eurozona baja y mete presión al BCE
Los precios en la eurozona bajan dos décimas hasta el 0,1%
La inflación en la eurozona se situó en el 0,1% en tasa anual, dos décimas menos que la tasa de abril, cuando alcanzó el 0,3%, según los datos del Eurostat.
El dato se da en un mes marcado todavía por las medidas de contención del Covid-19. El confinamiento provocó que los precios cayeran de manera abrupta, puesto que un año antes la tasa de inflación en la eurozona se situó en el 1,2%.
Por otra parte, la inflación anual de la Unión Europea fue de 0,6% en 2020, por debajo del 0,7% en abril. Un año antes, la tasa era del 1,6%.
A pesar del dato positivo, ya hay países que registran datos negativos anuales en mayo. Es el caso de Estonia, con una tasa del -1.8%, Luxemburgo, con el -1.6%, Chipre y Eslovenia ambos con un -1.4%.
Las tasas anuales más altas se registraron en Polonia, al registrar un 3,4%, Chequia, con un 3,1% y Hungría, al situarse un 2,2%.
En comparación con abril, la inflación anual cayó en veinte Estados miembros, se mantuvo estable en dos y aumentó en cinco.
En mayo, la mayor contribución a la tasa de inflación anual de la zona del euro provino de alimentos, alcohol y tabaco al crecer en 0,64 puntos porcentuales, seguido de servicios, al subir 0,59 puntos porcentuales, bienes industriales no energéticos al crecer un 0,06% y energía, que descendió un 1,20%.
El caso de España
La tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) general en el mes de mayo en España se situó en el –0,9%, dos décimas inferior a la registrada el mes anterior y la más baja desde mayo de 2016.
Uno de los componentes que más sufrió fue el de transportes, que cayó 8 puntos porcentuales, un punto más que en el mes anterior como consecuencia de la evolución en negativo de los carburantes.
Por el contrario, los datos de alimentación siguen al alza, con un incremento del 3,4%, pero se trata de cinco décimas menos que en abril.
La tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) se mantiene en el 1,1%, con lo que se sitúa dos puntos por encima de la del IPC general, lo que no ocurría desde julio de 2009.
En mayo la tasa de variación mensual del IPC general es del 0,0%.
Mete más presión al BCE
Este dato de inflación mete más presión al Banco Central Europeo (BCE) puesto que tiene el objetivo de inflación en el 2%.
Para ello, el BCE aprobó para hacer frente a la crisis de deuda el quantitative easing, en 2012, que estuvo vigente hasta finales de 2018. A pesar de estos esfuerzos, que consistía en comprar deuda soberana, que inundó el mercado, fue incapaz de generar inflación.
El dato más elevado de inflación se logró en enero de 2020 cuando se situó en el 1,4%, mientras que para el conjunto de la Unión Europea el dato más elevado se situó en el 1,7%, también en enero de 2020.
Debido a la imposibilidad de alcanzar el 2%, la nueva presidenta del BCE, Christine Lagarde, anunció una revisión estratégica, que se desarrollaría a lo largo de 2020. Los analistas esperaban que el BCE estableciera una horquilla en torno a ese objetivo ideal del 2%, que podría variar tanto a la baja como al alza dependiendo del devenir económico.
Pero el estallido de la pandemia hizo saltar por los aires los planes del organismo, que se vio obligado a aprobar un programa de compras pandémico, conocido por sus siglas en inglés como PEPP dotado con 750.000 millones de euros y que recargó en la reunión de junio con otros 600.000 millones de euros y amplió la duración hasta junio de 2021.
Previsiones
El BCE, en la reunión de junio, dio las nuevas previsiones de inflación para este año y los próximos ejercicios. En 2020, la tasa de inflación se situará en el 0,3%, dos décimas más que el dato conocido de mayo.
Para 2021, la inflación escalará hasta el 0,8% y no será hasta 2022 cuando rebasará el 1%, en concreto, un 1,3%.