Telefónica recibe luz verde en el Reino Unido para la fusión de O2 y Virgin
La Autoridad de Mercados y Competencia (CMA) británica concluye que la operación no supone un riesgo para el mercado
Telefónica ya cuenta con el visto bueno de los reguladores de Reino Unido para la fusión de su filial O2 con el proveedor de telefonía Virgin Mobile, del grupo Liberty.
La Autoridad de Mercados y Competencia (CMA) británica emitió este miércoles un comunicado en el que despeja sus dudas sobre cómo la operación podría afectar al mercado.
“Un análisis exhaustivo de las pruebas recopiladas durante nuestra investigación han demostrado que es poco probable que el acuerdo genere precios más altos o una reducción de la calidad de servicios móviles”, explicó Martin Coleman, presidente del panel de la CMA.
Las dudas de la CMA
El organismo regulador sostiene en su informe que sus dudas residían en la posición que ocupan tanto Virgin como Mobile, dos de los mayores operadores de Reino Unido.
El primero cuenta entre sus clientes con gigantes de las telecomunicaciones como Vodafone o Three a través de 'backhaul', una técnica común en la industria.
La filial de Telefónica, por su parte, proporciona su red móvil, con unos 25 millones de clientes, a otras compañías como Sky o Lycamobile.
La CMA dudaba si la operación podría germinar en una subida de precios, lo que afectaría a la calidad de los servicios móviles tanto de los servicios mayoristas como de los minoristas.
“En última instancia conduciría a un peor trato de los consumidores en Reino Unido”, explica la CMA.
Beneficios para los clientes
El organismo concluye que los costes de backhaul, uno de los elementos de la fusión que más dudas generaba, son “relativamente pequeños” en comparación a los de las empresas rivales.
“Es poco probable que Virgin pueda aumentar los costes de manera que genere más cargos en los consumidores”, sostiene la CMA.
Por otra parte, la presencia de otros operadores como BT, con un “mayor alcance geográfico” que Virgin y que ofrece los mismos servicios que el socio de Telefónica, supone que la empresa resultante de la fusión “necesitará mantener la competitividad” al igual que O2.
La fusión, por tanto, “significa que los clientes deberían seguir beneficiándose de una fuerte competencia”, explica Martin Coleman.
La noticia provoca, no obstante, ligeras pérdidas para la cotización de Telefónica, cuyas acciones se dejan un 0,6% en la sesión hasta los 3,71 euros.