La fusión Bankia-Caixabank puede encarecer el coste final de las hipotecas
Las condiciones del crédito hipotecario no se pueden modificar, pero sí las de los productos asociados
Bankia y CaixaBank protagonizaron la primera concentración de esta nueva fase. Desde el pasado 26 de marzo, ambas entidades están ya integradas dando lugar al primer banco del mercado español con un volumen de activos superior a los 650.000 millones de euros, una red de más de 6.700 oficinas y unos 20 millones de clientes.
Mucho se habló de cómo podría impactar esta unión en los clientes, especialmente en el tema de comisiones.
En ese sentido, la nueva política de cargos por servicios en cuentas, por ejemplo, deberán ser comunicados por el banco con dos meses de antelación.
Mismas condiciones en hipotecas…
En el caso de los hipotecados, estos pueden convertirse en los clientes más afectados. En un principio, CaixaBank no puede modificar las condiciones del préstamo, con tipo variable sobre el euríbor o interés en una hipoteca a tipo fijo.
“Las afectaciones pueden llegar en los productos de duración indefinida o renovación automática, como tarjetas de crédito o cuentas corrientes, pero no en productos de duración determinada como las hipotecas, pues las condiciones quedan fijadas en una escritura pública elaborada por un notario e inscrita en el Registro de la Propiedad”, apunta Vicenç Hernández Reche, CEO de Tecnotramit y presidente de API España.
En este sentido, las cláusulas hipotecarias escrituradas como el tipo de interés, el plazo de reembolso o las comisiones bancarias no podrían sufrir cambios de manera unilateral por parte de la nueva entidad, aunque desde Tecnotramit advierten que sí podrían sufrir alteraciones las condiciones de los productos que se contratan para obtener mejores condiciones en la hipoteca.
…pero hipotecas más caras
No obstante, lo que sí puede hacer CaixaBank es cambiar los costes de los productos asociados con la hipoteca, lo que se conoce como vinculaciones y que permitía al hipotecado, a cambio de una mayor relación con la entidad, lograr créditos más económicos.
Estamos hablando de como los seguros del hogar o de vida, o las tarjetas de crédito, cuyas condiciones no aparecen generalmente en la escritura hipotecaria y que, de cancelarlos, aumentarían el coste de las mismas.
Aunque como recuerda Almudena Velázquez, co-directora legal de reclamador.es, sólo se aplicarían a los productos que no estuvieran este detalle. Y de llevarse a cabo, la entidad también debería comunicárselo al cliente al menos con dos meses de antelación.
En ese sentido, la entidad sí que puede incrementar los precios de renovación de las tarjetas de crédito, o incrementar también los costes de los productos de protección o, incluso, si el crédito estaba asociado a un producto de inversión, puede ser que las comisiones de custodia o de los fondos sean también más elevados.
En definitiva elevan el precio final de la hipoteca.
La banca apuesta por la subrogación
¿Qué opciones tiene el ahorrador? Una posibilidad es cambiar de entidad. De hecho, desde marzo de 2020, como consecuencia del parón inmobiliario y de la actividad se volcó en captar hipotecas de otras entidades.
Especialmente las que se firmaron en 2013, con créditos más caros que los actuales.
Según el Insitituto Nacional de Estadística (INE), el número total de hipotecas con cambios en sus condiciones inscritas en los registros de la propiedad es de 21.462, un 378,2% más que en enero de 2020 (último dato publicado)
Esto no quiere decir que la subrogación sea la única vía. El poder negociador del cliente también tiene mucho qué decir y, ante la posibilidad de perder un cliente financiero solvente y con un buen perfil, la entidad puede abocarse a negociar comisiones más bajas.
La subrogación puede ahorrar 100 euros al mes
La subrogación puede ser una solución, ya que de media puede suponer un ahorro de 100 euros al mes, que para una hipoteca a 25 años, hace un balance total de cerca de 30.000 euros.
Es idónea para rebajar el tipo de interés de las hipotecas.