Acertar con los activos es fundamental para 2019

El mercado alcista que hemos vivido en prácticamente todos los activos durante la última década, parece haberse frenado principalmente por unas condiciones monetarias más restrictivas y un proceso de reajuste en los precios, que ha provocado una incertidumbre creciente durante este 2018.

El mercado alcista que hemos vivido en prácticamente todos los activos durante la última década, parece haberse frenado principalmente por unas condiciones monetarias más restrictivas y un proceso de reajuste en los precios, que ha provocado una incertidumbre creciente durante este 2018. El crecimiento global parece haberse frenado y comienza progresivamente una desaceleración. Las ultimas euforias vividas en el mercado, -principios de este mismo año-, parecen haber sido causadas más por un foco de liquidez final que se ha dado por parte del sistema bancario global, que por solidez económica.

Por el momento Estados Unidos no se ha resentido, pero de cara al próximo año con un crecimiento más débil, una inflación más alta y una liquidez más limitada, podría representar un problema para la mayor economía del mundo, aunque aún estaría lejos de recesión. Deberíamos también tener en consideración la renovada fortaleza del dólar, para considerar la divergencia existente entre USA y el resto del mundo.

Mención aparte merece China, donde el crecimiento ya es moderado, a lo que habría que sumarle la pobre productividad que está generando el capital en el país del sol naciente. Las perspectivas siguen siendo negativas de cara al próximo año y para evitar dicha ralentización se seguirá fomentando el consumo por parte de dicha economía, siendo solo este factor tal vez demasiado débil y pudiendo ser también el próximo ejercicio un momento clave para abrir los mercados de capitales chinos a inversores extranjeros.

Ante esta situación y analizando también el comportamiento que ha tenido el mercado de materias primas, una vez se va acercando el final de ciclo, la historia nos dice que es factible una apreciación de las mismas, principalmente por un aumento de la inflación dentro de las economías desarrolladas. Pero puede que pese más la bajada de demanda debido a la desaceleración esperada que el hecho antes comentado. 

Mirando también de cerca los mercados emergentes, que actualmente tienen una mayor capacidad de expansión, un mayor crecimiento a largo plazo, inflación moderada y valoraciones más atractivas. Debemos tener en cuenta la elevada volatilidad del dólar estadounidense y las incertidumbres arancelarias, para tomar una decisión de inversión correcta.

El clima económico de cara a los próximos años es todavía ampliamente favorable para los activos de riesgo, principalmente para activos de riesgo dentro de renta fija, ya que el ciclo expansivo se está frenando y las mejoras fundamentales se estancan, siendo también un problema la reducción de márgenes existentes entre la mayoría de los activos, lo que provoca unos retornos más bajos y una mayor volatilidad, por lo que es clave en este punto la selección de valores.

Ante todas las situaciones comentadas, los riesgos para el 2019 son la posibilidad de que la FED ponga freno a la subida de tipos progresiva y la continuidad o no de la relajación de las tensión entre China y USA. Durante el 2019 se espera que el entorno siga siendo incierto, por lo que una alternativa interesante es plantearse el trabajo dentro de activos que puedan proteger el capital, sepan campear el aumento de la volatilidad y busquen aprovechar oportunidades puntuales dentro de activos concretos. Es clave tanto la selección de activos, como la reducción gradual del riesgo de forma selectiva, para tomar posicionamientos defensivos, dependiendo que segmento, reduciendo las exposiciones altas a correlaciones con los índices de referencia, principalmente fuera de Estados Unidos. Focalizando la inversión en activos de mayor calidad dentro de segmentos con previsibles mejores comportamientos.

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