El BCE recargará su programa de compra de deuda y evitará el debate sobre tipos en negativo

El BCE ampliará el programa de compras que se agotará después del verano al ritmo actual

El Banco Central Europeo (BCE) se reúne este jueves y los expertos esperan que anuncie un incremento del programa especial de compras aprobado para hacer frente a la pandemia, más conocido como PEPP en inglés.

El volumen no está definido, pero un mínimo sería de 300.000 millones de euros más, pero el consenso del mercado marca como cifra los 500.000 millones de euros. De no hacerlo, el organismo corre el riesgo de decepcionar a los mercados. 

Asimismo, se espera que la presidenta del BCE mantenga un discurso muy prudente en la rueda de prensa, insistiendo que hará todo lo que sea necesario para apuntalar la economía de la eurozona, que según sus previsiones caerá un 8%.

También en rueda de prensa puede haber una mención a los tipos en negativo. un debate que está ahí, y que Lagarde debería solventar también con cierta prudencia.

El programa de compras acabará en octubre

Ya en la reunión de abril el BCE dejó claro que su objetivo es evitar la fragmentación financiera a cualquier precio y, ante el continuo deterioro de perspectivas económicas varios miembros del BCE han manifestado su intención de añadir estímulo monetario. 

De hecho,  el gobernador del Banco de Francia, Villeroy de Galhau, pidió actuar "rápida y poderosamente", con el Programa de compras de emergencia pandémica (PEPP en inglés) como instrumento "preferido", que, al ritmo que van las compras del BCE habrá alcanzado su límite de 750.000 millones en octubre.

En ese sentido, Konstantin Veit, analista de PIMCO, cree que el programa se ampliará en otros 500.000 millones de euros y ampliará las compras hasta septiembre de 2021.

En la rueda de prensa, Veit espera que el BCE reafirma la idea de que hará todo lo que sea necesario para apoyar a la eurozona.

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El obstáculo alemán

Gilles Möec, experto de AXA IM, argumenta que los factores de política económica favorecen que se anuncie el incremento del PEPP ahora, esta semana, en lugar de esperar a la reunión programada en julio.

De hecho, no tiene sentido retrasar las decisiones para incentivar a los Gobiernos nacionales a que “hagan su parte”, una vez que la Comisión Europea ya ha publicado su proyecto.

El problema, señala Möec es que si cada vez que se eleva el volumen general de la expansión cuantitativa se hace más difícil cumplir con los límites de flexibilización explicitados por el Tribunal Constitucional alemán, hacerlo en la primera reunión desde la sentencia podría considerarse una provocación.

Pero el problema de no hacerlo ahora supondría decepcionar al mercado, cuyo consenso se ha desplazado a la reunión de junio como fecha clave para hacer frente a la toma de nuevas decisiones.

De no hacerlo, se asistiría a un nuevo repunte de las primas de riesgo de los países periféricos.

Recordamos que la CE aprobó un fondo de reconstrucción por un importe de 750.000 millones de euros, de los cuales, España recibirá 144.000 millones de euros.

Cuatro posibles sorpresas

Durante la reunión, la presidenta del organismo, Christine Lagarde, actualizará las previsiones macro para al eurozona para este ejercicio y para el siguiente, incluyendo ya el impacto de la crisis económica provocada por el coronavirus.

No obstante, Frederik Ducrozet y Nadia Gharbi, economistas de Pictet WM, creen que en la reunión del BCE podrían darse cuatro sorpresas.

 El BCE puede aumentar la flexibilidad reinvirtiendo los ingresos del PEPP por un período limitado de tiempo.  Para ello puede argumentar que el principio rector de claves de capital se refiere a participaciones en el PEPP, no a flujos mensuales de compras, siendo el objetivo converger hacia las claves de capital a lo largo de un período de tiempo, mediante reinversiones.

Además el BCE puede aumentar la proporción de compras de deuda supranacional por encima del 10% en ambos programas, PSPP y PEPP.  Con ello absorbería una mayor parte de deuda vinculada al Fondo de Recuperación de la UE y mitigaría las restricciones de límite por emisor, pues la participación relativa disminuiría mecánicamente.

Asimismo puede incluir deuda de emisores empresariales degradados de calificación crediticia, “ángeles caídos”, en los programas de compra de activos.  Es una decisión controvertida legalmente y en cuanto a gestión de riesgos, pero el BCE está dispuesto a tomarla.  Los beneficiarios obvios serían los emisores de deuda de alta rentabilidad, así como Italia, suponiendo que la decisión aplicase a la deuda soberana.

Veit también espera que el BCE aclare el tratamiento respecto a esta última propuesta de compra de bonos de empresas que han perdido el grado de investment grade.

Igualmente el BCE puede aumentar de seis a ocho veces el multiplicador de reservas bancarias mínimas para el cálculo de las exentas de remuneración a interés negativo.  Ello ayudaría al sector bancario a mitigar los efectos secundarios de los tipos de interés negativos.  

El exceso de liquidez es mayor y se distribuye de manera más uniforme como resultado de la liquidez condicionada a concesión de crédito TLTRO, así que es momento adecuado para ajustar este sistema sin arriesgarse a que haya mucho arbitraje o aumento de los tipos en mercados monetarios

 

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